El hueco catal¨¢n es muy estrecho
Como su c¨²pula la forman polit¨®logos, Podemos sabe que su hueco en Catalu?a es m¨¢s estrecho que en el conjunto de Espa?a. Tiene que codearse aqu¨ª contra siete partidos parlamentarios, casi todos muy representativos, mientras que sus rivales en el Congreso son las dos grandes formaciones de gobierno (PP, PSOE) y los dos grupos medianos (IU, UPyD). Por eso, para agrandar el hueco, Pablo Iglesias y los suyos pespuntearon su estreno en Barcelona de se?ales, o codazos, a los siete competidores.
As¨ª, a Converg¨¨ncia y Esquerra les socav¨® con el ingenuista s¨ªndrome de Heidi, tan propio de sus movilizaciones: ilusi¨®n, ilusi¨®n, ilusi¨®n; ¡°su odio, nuestra sonrisa¡±; este es un d¨ªa hist¨®rico y los rebeldes sociales somos el verdadero ¡°sujeto hist¨®rico¡±, mucho m¨¢s que ninguna naci¨®n. Se postul¨® para ocupar la funci¨®n t¨ªpica del PSC, la de ¡°puente de di¨¢logo¡±. Atac¨® a la casta y la partitocracia con la misma vehemencia que Ciutadans. Labr¨® el frente de los desahuciados y en general de la cuesti¨®n social con el ¨ªmpetu de Iniciativa. Apel¨® incluso a la ¡°soberan¨ªa¡± y a la ¡°patria¡± y debel¨® a los ¡°traidores¡± a esta con la convicci¨®n del Partido Popular. Y propin¨® un puntapi¨¦ a las Candidaturas de Unitat Popular (CUP), al prometer que no se abrazar¨¢n ni con Rajoy ni con Mas, como hizo el l¨ªder de la CUP, David Fern¨¢ndez, el 9-N.
Este intento de definirse ante todos es muy propio de los partidos abr¨¢zalo-todo (catch-all-party), que pretenden pescar en todas la aguas, y por eso el destinatario del mensaje era la ¡°gente¡±, un concepto menos articulado, m¨¢s abstracto descomprometido que el de ciudadan¨ªa, pero que constituye una ¨²til contraposici¨®n a los pocos de la casta, los poderosos. Es, curiosamente el concepto preferido del pujolismo: la ¡°nostra gent¡±, la ¡°gent de casa¡±, ¡°quina mena de gent es pensen que som¡±. Quiz¨¢ no ser¨¢ ¡°populismo¡±, atribuci¨®n que tanto les desagrada. Bueno, qu¨¦dese en ¡°gentismo¡±. Una suerte de masa muy distinta a la naci¨®n articulada de ciudadanos que fund¨® la Revoluci¨®n francesa. Ser¨ªa excesivo pedir de un mitin --escenario de cr¨ªtica, denuncia y calentamiento-- alguna propuesta program¨¢tica.
Pero en cambio ser¨ªa normal reclamar, en una ciudad como la Barcelona de hoy, una idea-fuerza sobre la cuesti¨®n catalana. Ni Pablo Iglesias ni Gemma Ubasart quisieron ir m¨¢s all¨¢ de unas inconcretas referencias a su distancia tanto respecto del ¡°unionismo¡± como del ¡°independentismo¡± ¡ªsin referirse a las propuestas federales o de profundizaci¨®n auton¨®mica¡ª y de su postura favorable a un ¡°derecho a decidir¡± que no se limita a la cuesti¨®n territorial, sino que debe aplicarse a todo. Ll¨¢menlo democracia.
La ambig¨¹edad de este planteamiento, sin embargo, no excluye algunas pistas de inter¨¦s. En Catalu?a, Podemos, o sea, Podem, ha sentado su intenci¨®n de desmarcarse del movimiento antisistema representado por la CUP, radicalmente independentista. Aparentemente equidistante entre unionismo y secesi¨®n, para lo que ha subrayado su desapego hacia las banderas ¡ªespa?ola o catalana--, ha atacado sobre todo cualquier acercamiento o complicidad con el nacionalismo que estos d¨ªas riza el rizo de unas improbables elecciones plebiscitarias.
?Le bastar¨¢ esa aproximaci¨®n gen¨¦rica ante los pr¨®ximos retos que plantear¨¢ pronto el secesionismo de Artur Mas y Oriol Junqueras? Es muy arduo marcar perfil propio con apelaciones tan poco concretas. Y si el tiempo se encarga de diluir sus grandes propuestas (del repudio a la deuda a una mera auditor¨ªa; de la renta b¨¢sica universal a la renta m¨ªnima selectiva; de las nacionalizaciones generalizadas a unas cuantas), ?en qu¨¦ quedar¨¢ el derecho a decidir sobre todas las cosas?
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