Tres discursos contra el desencanto
El Rey insiste en todos sus discursos en la necesidad de recuperar la ilusi¨®n Apela a utilizar la ¡°conciencia social¡± para provocar una ¡°profunda regeneraci¨®n colectiva¡±
Don Felipe inici¨® el pasado 19 de junio una batalla contra el desencanto. Ese d¨ªa subi¨® al trono el primer rey de Espa?a que tendr¨ªa que ganarse el puesto cada d¨ªa, como ¨¦l mismo admiti¨®. ¡°La Corona debe saber ganarse continuamente el aprecio, el respeto y la confianza de los ciudadanos¡±, dijo. La instituci¨®n ha remontado ligeramente en las encuestas, pero los tiempos en que fue la mejor valorada quedan muy lejos: en 1995; y los viejos problemas, como el ¡°martirio¡± del caso N¨®os, que comenz¨® en 2011, o el desapego ciudadano hacia las instituciones debido a una letal combinaci¨®n de paro, crisis y corrupci¨®n, no solo permanecen, sino que van a m¨¢s. El nuevo Monarca ha convertido en el eje central de sus discursos la necesidad de revertir esa desconfianza y recuperar la ilusi¨®n. Que la poblaci¨®n m¨¢s descre¨ªda venza el desencanto y utilice esa ¡°conciencia social¡± para forzar la ¡°regeneraci¨®n¡±.
Este es un an¨¢lisis de los discursos del Rey que reflejan ¨²nicamente su pensamiento porque son ¨¦l y su equipo quienes los redactan, no el Gobierno.
La corrupci¨®n: ¡°Necesitamos una profunda regeneraci¨®n colectiva¡±
¡°La lucha contra la corrupci¨®n es un objetivo irrenunciable¡±. ¡°Debemos cortar de ra¨ªz y sin contemplaciones la corrupci¨®n¡±, dijo en su mensaje de Nochebuena, llam¨¢ndola, por primera vez, por su nombre. Ya en su discurso de los Premios Pr¨ªncipe de Asturias se hab¨ªa referido a ella, pero indirectamente: ¡°La sociedad necesita referencias morales a las que admirar y respetar; principios ¨¦ticos que reconocer y observar; valores c¨ªvicos que preservar y fomentar¡±, dijo entonces. En su proclamaci¨®n, en junio, tambi¨¦n hab¨ªa mostrado su deseo de que los ciudadanos ¡°recuperen la confianza en sus instituciones¡±. Incluida la suya; ¡°una monarqu¨ªa renovada¡± , prometi¨®, que observar¨ªa ¡°una conducta ¨ªntegra, honesta y transparente¡±.
En su mensaje de Nochebuena no mencion¨® a su hermana, a la que el juez Jos¨¦ Castro acaba de enviar al banquillo como cooperadora necesaria en el fraude fiscal de su marido. Tampoco cit¨® don Juan Carlos a I?aki Urdangarin cuando, en la Nochebuena de 2011, dijo ¡°la justicia es igual para todos¡±. Pero don Felipe quiso trasladar en su primer mensaje de Navidad como Rey que comparte la ¡°indignaci¨®n¡± que generan los ¡°tratos de favor¡± o la malversaci¨®n del dinero p¨²blico y recordar que ¡°los responsables de esas conductas irregulares est¨¢n respondiendo de ellas¡±. ¡°Eso es una prueba del funcionamiento de nuestro Estado de derecho¡±, subray¨®.
La crisis no es historia.
Hace solo unos d¨ªas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, proclam¨®: ¡°La crisis ya es historia¡±. En su mensaje de Nochebuena el Rey no es tan optimista. Arranc¨® su discurso recordando que ¡°muchos ciudadanos y Espa?a en general¡± viven ¡°tiempos dif¨ªciles¡± y que ¡°la dureza y duraci¨®n de la crisis produce [en presente] en muchas familias incertidumbre¡±. ¡°La situaci¨®n econ¨®mica contin¨²a siendo un motivo de grave preocupaci¨®n para todos. Los ¨ªndices de desempleo son todav¨ªa inaceptables¡±, dijo.
El pasado octubre, en Oviedo, durante la entrega de los premios Pr¨ªncipe de Asturias, don Felipe elogi¨® ¡°el enorme sacrificio y esfuerzo¡± de los espa?oles ¡°para superar juntos una de las crisis econ¨®micas m¨¢s profundas¡±. Y en su discurso de proclamaci¨®n tambi¨¦n transmiti¨® su ¡°solidaridad¡± con los ciudadanos a los que ¡°el rigor de la crisis ha golpeado duramente hasta verse heridos en su dignidad como personas¡±. ¡°Tenemos con ellos el deber moral de trabajar para revertir esta situaci¨®n y el deber ciudadano de ofrecer protecci¨®n a las familias m¨¢s vulnerables¡±, declar¨® entonces.
Esta Nochebuena volvi¨® a pedir que la lucha contra el paro sea una ¡°prioridad¡± y apunt¨® que algunos datos macroecon¨®micos son ¡°una base para la esperanza de que en el futuro puedan generarse de forma sostenible muchos m¨¢s empleos y especialmente, empleos de calidad¡±.
Catalu?a. El recado a Mas y Rajoy.
Es otra de las grandes preocupaciones del Monarca, como prueban los frecuentes viajes que ha hecho a Catalu?a desde su proclamaci¨®n, hasta dos en una misma semana. Como en su discurso del pasado octubre en Oviedo, don Felipe realiz¨® una f¨¦rrea defensa de la Constituci¨®n de 1978: ¡°Es la garant¨ªa de una convivencia democr¨¢tica, ordenada, en paz y en libertad¡±. Esta Nochebuena, adem¨¢s, record¨® que Catalu?a ¡°ha contribuido a la estabilidad pol¨ªtica de toda Espa?a y a su progreso econ¨®mico¡± y defini¨® el conflicto actual como un problema, ¡°sobre todo, de sentimientos¡±. ¡°Millones de espa?oles llevamos a Catalu?a en el coraz¨®n. Como tambi¨¦n para millones de catalanes los dem¨¢s espa?oles forman parte de su propio ser. Por eso me duele y me preocupa que se puedan producir fracturas emocionales o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos. Nadie en la Espa?a de hoy es adversario de nadie¡±, dijo. ¡°Todos nos necesitamos¡±.
Don Felipe utiliz¨® en Nochebuena unas palabras muy parecidas a las de su discurso de proclamaci¨®n ¡ª ¡°en esa Espa?a unida y diversa, basada en la igualdad de los espa?oles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos. Caben todas las formas de sentirse espa?ol¡±¡ª. Pero este mi¨¦rcoles a?adi¨®, sin citarlos, una petici¨®n para el presidente del Gobierno y el de la Generalitat: ¡°Los desencuentros no se resuelven con rupturas emocionales. Hagamos todos un esfuerzo leal y sincero y reencontr¨¦monos en lo que nunca deber¨ªamos perder: los afectos mutuos y los sentimientos que compartimos¡±.
Esperanza en el futuro
Don Felipe repiti¨® este mi¨¦rcoles seis veces la palabra ¡°confianza¡± y 10 ¡°futuro¡±. Cuatro veces dijo ¡°ilusi¨®n¡± y tres ¡°esperanza¡±, con la que cerr¨® su primer mensaje de Nochebuena como Rey. En todos sus discursos ha repetido esos mismos t¨¦rminos. Est¨¢ convencido de que van a superarse los que a su juicio, suponen los grandes retos del pa¨ªs: garantizar el Estado de bienestar, preservar la unidad respetando su pluralidad y que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones. Es decir, vencer el desencanto.
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