Mariano va a por todas
Rajoy se mueve entre el ¡®fumando espero¡¯ y el dontancredismo
Sus detractores difunden alternativamente dos im¨¢genes del presidente Mariano Rajoy. En la primera, aparece tumbado en la chaiselongue, como dice el cupl¨¦ de Sarita Montiel, fumando mientras espera recibir en La Moncloa a Pedro Arriola, quien con las ayudas demosc¨®picas convenientes procede a disipar el humo cegador del habano, permite superar la incertidumbre paralizadora y hace posible la adopci¨®n de las decisiones adecuadas. La segunda, es la vera efigie de don Tancredo L¨®pez, quien del permanecer inm¨®vil hizo un modo pr¨®spero de vida, seg¨²n glosaba don Jos¨¦ Bergam¨ªn. El dontancredismo requiere por parte de quien se entrega a su ejercicio un dominio pleno de s¨ª mismo as¨ª como el m¨¢s severo control de todas las funciones fisiol¨®gicas. Desde luego, la congregaci¨®n mariana tiene veneraci¨®n por ese proceder desconcertante y prefiere suponer que obedece a un c¨¢lculo racional muy preciso a partir de variables desconocidas para nosotros que somos peque?itos y de pueril inteligencia y que no sabemos apreciar el bien que se nos hace en esta santa casa.
Empieza a perfilarse el comportamiento de ciertos medios ante ciertos l¨ªderes pol¨ªticos
En cuanto al asesor ¨¢ulico del presidente, impasible el adem¨¢n ante las arremetidas ansonianas, estima que los primeros aires de recuperaci¨®n econ¨®mica barruntan el pronto regreso a la normalidad de la intenci¨®n de voto de las encuestas. Convencido de que para las urnas municipales y auton¨®micas del 25 de mayo, quienes se han tomado unos meses de vacaciones abstencionistas volver¨¢n a las aulas para votar como es debido por los colores de siempre. La cuesti¨®n que suscita dudas es si esa capacidad de recuperaci¨®n podr¨ªa quedar comprometida por la galerna judicial que destapa la corrupci¨®n y amenaza con sobrepasar las cotas habituales hasta degenerar en fen¨®menos de ciclog¨¦nesis explosiva.
Otra cuesti¨®n es que se observen dificultades para hacer comulgar a la feligres¨ªa con ruedas de molino y que, como dice la leyenda de la vi?eta de El Roto de este lunes en estas p¨¢ginas de EL PA?S, habida cuenta de que a la gente le cuesta tragarse las mentiras, ahora quieran suministr¨¢rselas mediante supositorios v¨ªa rectal. Desde luego, los pron¨®sticos tranquilizadores, coherentes con la inercia de tantos a?os, quedar¨ªan en el alero si en cualquier momento despertara G¨¹rtel, el caso Caja Madrid o el de Caja Castilla-La Mancha, silenciado en aras de la avenencia matrimonial de los cigarrales, si las fianzas de Rato, Blesa y otros acabaran por multiplicar los ingresos en prisi¨®n, si la ristra de altos cargos peperos de Valencia, la f¨®rmula 1 y las dem¨¢s f¨®rmulas concomitantes vinieran a confirmar que la indecencia, los sobresueldos y el dinero negro para obras y campa?as electorales han sido de ordinaria administraci¨®n en el Partido Popular.
Sus detractores difunden alternativamente dos im¨¢genes del presidente Mariano Rajoy
Dec¨ªa Ram¨®n P¨¦rez de Ayala en un momento de grave desencuentro con Ernesto Gim¨¦nez Caballero, que su antagonista ¡°hab¨ªa escrito un libro, Yo, inspector de alcantarillas, reflejo de su subconsciente¡± y le atribu¨ªa ¡°como m¨¢ximo sue?o instalarse en el ciego del hombre poderoso y halagarle el recto con caricias in¨¦ditas de manera que si, al acaso, viera a lo lejos un peque?o orificio creer¨ªa estar ante inmensos horizontes¡±. De esta misma manera empieza a perfilarse el comportamiento de ciertos medios, y de ciertos profesionales en ellos encuadrados, ante ciertos l¨ªderes pol¨ªticos y las organizaciones partidarias donde se sustentan, ahora que las v¨ªsperas electorales aprietan. Sin embargo, los y las m¨¢s fieles congregantes y congregantas del marianismo sostienen tranquilos que ¡°Mariano va a por todas¡±. El sube y baja sin cesar a Andaluc¨ªa del presidente para aupar a los candidatos municipales all¨ª donde los hay, para sacar del anonimato al candidato auton¨®mico pepero y para denigrar a la presidenta y candidata socialista, Susana D¨ªaz, parece traspasar en ocasiones algunas l¨ªneas que separar¨ªan las licencias permitidas a un l¨ªder partidario del respeto que a s¨ª mismo se debe merecer el jefe del Gobierno de toda Espa?a. Veremos.
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