Cabrera, un capit¨¢n de lengua sucia
El Supremo absuelve a un militar que denigr¨® en p¨²blico a una sargento
La secuencia se desarroll¨® el 17 de febrero de 2012. El capit¨¢n Jos¨¦ Francisco Cabrera se dirige a la sargento M. A. R. ¡°?Deja de hacerte pajas! No, mejor, como eres mujer, deja de hacerte dedillos, y piensa¡±. Un grupo de suboficiales presencia la escena en un despacho de la base Los Rodeos de San Crist¨®bal de Laguna (Tenerife). La v¨ªctima, que navega por la treintena, entra en una crisis nerviosa.
El Tribunal Supremo considera probado el suceso. Pero, como sucede en una decena de episodios similares, entiende que los exabruptos no constituyen un delito de abuso de autoridad, que el C¨®digo Penal Militar castiga con hasta cinco a?os de prisi¨®n. ¡°Los hechos no revisten la entidad necesaria¡±, recoge una sentencia, in¨¦dita, que acaba de dictar la Sala Quinta de lo Militar del Supremo. Solo uno de los cuatro magistrados del tribunal, Jacobo L¨®pez Barja de Quiroga, vot¨® en contra de exculpar al mando y se muestra a favor de la condena en un voto particular. Capit¨¢n y sargento se ver¨¢n pronto las caras de nuevo en el cuartel tinerfe?o. ¡°Mi cliente est¨¢ aterrada con la vuelta. Tambi¨¦n, los siete militares que declararon en el juicio contra el capit¨¢n¡±, explica el abogado Antonio Su¨¢rez-Vald¨¦s.
Para entender esta historia con tintes de La chaqueta met¨¢lica hay que remontarse a noviembre de 2011. El controvertido capit¨¢n desembarc¨® entonces en la base de Los Rodeos tras regresar del contingente espa?ol en Qala-i-Naw (Afganist¨¢n). Perfeccionista y exigente, Cabrera recurr¨ªa a un vocabulario ¡°cuartelero¡± y ¡°soez¡±. ¡°?No tienes ni puta idea!¡±, ¡°in¨²til¡± o ¡°deja de hacerte pajas¡±, sazonaban su vocabulario, seg¨²n el Supremo. El fallo quita hierro a estas groser¨ªas al entender que el oficial tiraba de este lenguaje para mostrarse m¨¢s cercano y sin ¨¢nimo de ofender.
Quiz¨¢ por eso, el mando recurr¨ªa a par¨¢bolas sexuales para amenizar sus clases. ¡°Os deb¨¦is tatuar la polla de manera que en reposo se lea perra y empalmada, percutor de guerra¡±, dijo en una ocasi¨®n. En otra, el 5 de marzo de 2012, reprimi¨® a la sargento M. A. R. por desconocer el paradero de dos soldados. ¡°?In¨²til! No tienes ni puta idea. Ponte las pilas. ?Para qu¨¦ co?o te quiero si no sabes ni siquiera alinear una formaci¨®n?¡±. A Cabrera no le gustaba que su equipo se lesionase. Cuando la sargento que le denunci¨® sufri¨® un golpe en la rodilla, tras caerse de un veh¨ªculo, le solt¨®: ¡°Eres una in¨²til. ?No te da verg¨¹enza? Eres peor que un soldado renegado de Infanter¨ªa...¡±. Despu¨¦s, al conocer los detalles, remat¨®: ¡°?Lo que faltaba, la bater¨ªa tiene un sargento que se cae de camiones y encima le dan ataques de ansiedad!¡±.
La v¨ªctima se muestra "aterrada" ante el reingreso de su jefe en la base militar
Pese al diagn¨®stico del traumat¨®logo, el capit¨¢n nunca se crey¨® la lesi¨®n. Lleg¨® a acusar a la sargento de ¡°inventarse el dolor¡±. ¡°Deja de traer papelitos del acupuntor¡±, le advirti¨® para reprenderle despu¨¦s: ¡°?Hasta cu¨¢ndo vas a seguir ech¨¢ndole cara a lo de la rodilla?, ?en dos a?os no te ha dado tiempo de ponerte en forma? Que si tienes rehabilitaci¨®n, que si te duele la rodilla...¡±. Los insultos empezaron a minar la mente de la sargento. Una mujer de car¨¢cter estable, seg¨²n su abogado.
Tras dos a?os de invectivas y broncas en p¨²blico, de reprimendas y zafiedad, M. A. R. pidi¨® la baja por ansiedad. El Servicio de Psiquiatr¨ªa del Mando A¨¦reo de Canarias (MACAN) le diagnostic¨® una alteraci¨®n psicol¨®gica. Cuatro de los cinco jueces del Supremo no aprecian relaci¨®n entre la severidad verbal del capit¨¢n y el cuadro nervioso de la militar.
Un sargento record¨® en el juicio un grosero episodio. Ocurri¨® en abril de 2012. Cabrera le solt¨® a M. A. R.: ¡°?Contesta aqu¨ª delante de todo el mundo para que vean la clase de mando que eres! Esto es como las putas. Que no quieren que se la metas hasta que llegas a un acuerdo con ella y les pagas¡±. Fuentes jur¨ªdicas entienden que la absoluci¨®n supone ¡°una clara involuci¨®n de la Sala de lo Militar en el castigo de conductas vejatorias en los cuarteles¡±.
investigacion@elpais.es
¡°Es una clara humillaci¨®n¡±
La sentencia que absuelve al capit¨¢n Jos¨¦ Francisco Cabrera de un delito de abuso de autoridad sali¨® adelante con los votos de cuatro de los cinco magistrados de la Sala Quinta de lo Militar del alto tribunal. Vot¨® a favor de la absoluci¨®n y de entender que no hay delito en las reiteradas groser¨ªas soltadas por el capit¨¢n a su subordinada el sector considerado m¨¢s conservador de esta Sala. Es decir, el presidente ?ngel Calder¨®n y los magistrados Javier Juliani, Benito G¨¢lvez y Francisco Javier de Mendoza Fern¨¢ndez. En minor¨ªa a favor de la condena, porque entiende que los hechos s¨ª constituyen un delito, qued¨® el magistrado Jacobo L¨®pez Barja, quien emiti¨® un voto particular disconforme con sus colegas.
Considera L¨®pez Barja que los exabruptos contra la v¨ªctima ¡ª¡±in¨²til¡±, ¡°no tienes ni puta idea¡± o ¡°deja de hacerte pajas¡±¡ª conducen a la humillaci¨®n y degradaci¨®n de la persona. Sostiene este magistrado que minan la dignidad de la sargento, tal y como recoge el art¨ªculo 106 del C¨®digo Penal Militar, que fija una pena de hasta cinco a?os de prisi¨®n.
En su voto particular, el magistrado critica que la sentencia enmarque las groser¨ªas de Cabrera en el ¡°lenguaje cotidiano¡± para dirigirse a sus subordinados. Y cuestiona el argumento de que los dardos no ten¨ªan como objetivo humillar solo a la sargento M. A. R.
L¨®pez Barja se muestra contrario a la idea de que las invectivas persegu¨ªan la superaci¨®n personal en la base Los Rodeos de San Crist¨®bal de Laguna (Tenerife). Y arremete contra la presunta finalidad pedag¨®gica de los insultos. ¡°Esto no puede asumirse ni como regla ni como excepci¨®n a las Reales Ordenanzas¡±, dice. El magistrado critica que la sentencia reduzca el comportamiento de Cabrera al de un ¡°maleducado¡± sin hablar de vejaciones. Como ejemplo, expone los insultos de Cabrera a la sargento. En una ocasi¨®n, el oficial le pregunt¨® a esta si se hab¨ªa preparado unas clases te¨®ricas que deb¨ªa impartir a la tropa. Ante la respuesta afirmativa de M. A. R. , Cabrera le contest¨®: ¡°S¨ª, claro, seguro que te lo has mirado como cuando yo leo la etiqueta del champ¨² cuando cago¡±. Fuentes jur¨ªdicas se?alan que las recientes salidas de varios jueces progresistas han supuesto una ¡°involuci¨®n¡± en la doctrina que en los ¨²ltimos a?os hab¨ªa acu?ado esta Sala. Y que el Tribunal, sin tener que hacer una nueva valoraci¨®n de la prueba, ha podido revocar la sentencia absolutoria del tribunal de instancia y castigar como delito los improperios e insultos que la propia Sala valida como probados.
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