Fuera y dentro

La entrada en campa?a del delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa (¡°no quiero que mande un partido que se llama Ciutadans y que tiene un presidente que se llama Albert¡±) tiene tres lecturas, todas exuberantes. La primera es que no le gusta que a Andaluc¨ªa se le mande ¡°desde fuera¡± sin especificar, el representante del gallego Rajoy asentado en Madrid, hasta d¨®nde es fuera. La segunda es que tom¨® posesi¨®n de su cargo con una declaraci¨®n muy pesada sobre la Espa?a plural y la necesidad de cohesionarla. La tercera hunde discretamente sus ra¨ªces en la xenofobia: no queremos al diferente, sobre todo si se nos parece. Es una versi¨®n libre del alemanes en Mallorca que ya propuso Floriano pronunciando Ciutadans como si estuviese en medio de un ictus, y que explica la credibilidad que tiene el Gobierno en asuntos que considera sagrados, como Espa?a.

Ese pecado original que se le quiere inyectar a Albert Rivera desde G¨¦nova no va a la l¨ªnea de flotaci¨®n de C's sino a La Moncloa

La digesti¨®n que est¨¢ haciendo el Partido Popular de la contradicci¨®n Ciudadanos es todo un espect¨¢culo. Tanto y de tal modo que trasladarla a Andaluc¨ªa es como la planta baja del ascensor al infierno de Woody Allen: ¡°Todo el mundo fuera¡±. Ese pecado original que se le quiere inyectar a Albert Rivera desde G¨¦nova no va a la l¨ªnea de flotaci¨®n de C's sino a La Moncloa y desmonta el discurso vertebrador, el que m¨¢s ¨¦xitos dio a Rajoy en el Congreso con una frase tan simple que parec¨ªa a la altura del gobernante: todos los espa?oles son iguales. Eso, desde el poder; en la lucha por el poder hay que pronunciar el nombre del partido en catal¨¢n, como si se estuviesen comunicando con la ni?a del exorcista, e insistir en su origen con banda sonora de pel¨ªcula de terror.

Carme Chac¨®n quiso dirigir el PSOE present¨¢ndose en Olula del R¨ªo y bautiz¨¢ndose Carmen mientras desenrollaba un ¨¢rbol geneal¨®gico que la certificaba como ciudadana de mundo. Se desconoce qu¨¦ har¨ªa un estratega espa?ol si le encargan la campa?a de un negro llamado Barack Hussein en Estados Unidos; probablemente se suicidar¨ªa. Pero esta supeditaci¨®n a todo aquello en lo que no tiene ning¨²n m¨¦rito el candidato demuestra la confianza en el votante, no digamos en el candidato. Ese ¡°que vienen los catalanes¡± como si viniesen los b¨¢rbaros que ha puesto en marcha el PP es consecuencia de un discurso interiorizado que sale en las urgencias: en Espa?a hay fuera y hay dentro, y eso no s¨®lo lo ha inventado el independentismo, que recoge la cosecha.