Hacienda no es para tanto
La segunda temporada de Montoro, que desarrolla una trama de la primera, ha tenido la crisis como protagonista
Crist¨®bal Montoro cerr¨® su primera temporada como ministro de Hacienda (las segundas siempre son las mejores) avisando del impacto econ¨®mico de una promesa socialista: la de equiparar las parejas de hecho con el matrimonio. El d¨ªa anterior Rouco hab¨ªa abandonado el terreno de las almas para advertir que si los gais pod¨ªan casarse se producir¨ªa una quiebra de la Seguridad Social, que fue lo m¨¢s cerca que estuvimos de ver a Cristo preguntando por la inflaci¨®n antes de los panes y los peces. Montoro a?adi¨® que si las ventajas econ¨®micas eran para todos crecer¨ªa el gasto p¨²blico, y por tanto aumentar¨ªa el paro. Hab¨ªa algo m¨¢s en esa teor¨ªa complej¨ªsima, pero el ministro pas¨® de largo: consiste en que el problema de la caja no es que vivamos mucho, como dijo Lagarde, sino que vivamos sin cotizar. En una econom¨ªa ideal un hombre se jubila saltando por la ventana. No le vas a pagar la pensi¨®n a un muerto, aunque Fraga en su momento los llevase a votar a¨²n no s¨¦ si presencialmente.
Hubo algo m¨¢s, esto ya anecd¨®tico: en 2003 Montoro se felicit¨® de que las familias se endeudasen con la vivienda porque era una ¡°muy buena noticia¡±. Y antes hab¨ªa tenido que prescindir de su n¨²mero dos, el secretario de Estado Enrique Gim¨¦nez-Reyna, porque su hermana era Pilar Gim¨¦nez-Reyna, presidenta de Gescartera. Gescartera fue una obra magn¨ªfica en tiempo de paz producto de la mente de Antonio Camacho, un treintea?ero que se vest¨ªa como el Bigotes, tambi¨¦n moralmente, y de la protecci¨®n del Gobierno. Estaf¨® 120 millones de euros a hu¨¦rfanos de la Guardia Civil, monjas, ciegos y, en el colmo de la degradaci¨®n, perdidos todos los valores, a Los Del R¨ªo: casi no salimos de aquella. A Pilar Gim¨¦nez-Reyna se le encontr¨® en su diario la nota: ¡°Gran deuda con Hacienda no ser¨¢ problema. Con H se puede negociar y es el activo m¨¢s importante¡±. Cayeron todos menos Montoro, incluida la presidenta de la CNMV, Pilar Valiente, de la que se sospech¨® c¨®mplice de las artima?as de Gescartera para evitar los controles del organismo que presid¨ªa. Valiente, inspectora antifraude, volvi¨® a ascender con Montoro a n¨²mero dos de la oficina cuando se limpi¨® el departamento en 2012, entre a ellos V¨ªctor de la Morena, responsable de investigar el caso G¨¹rtel. Podr¨ªa seguirse con nombres, conexiones familiares y nombramientos; Espa?a es un pa¨ªs f¨¢cil cuando se lee hacia atr¨¢s.
Momentos de debilidad de la Agencia Tributaria:? cuando pas¨® por delante la Monarqu¨ªa y? el PP
El ministro cre¨® al salir del Gobierno una empresa de asesor¨ªa fiscal para los m¨¢s necesitados, Montoro y Asociados, que al olisquear de nuevo el poder (que no la pol¨ªtica, pues la compagin¨® con un esca?o en Bruselas) vendi¨® rebautizada de forma ex¨®tica como Equipo Econ¨®mico. All¨ª siguen sus amigos y exsocios menos los que decidi¨® llevarse al Ministerio de vuelta; es tal la confusi¨®n que alguna ma?ana hay se?ores que llevan dos horas trabajando en un despacho y se les dice que ya no es ah¨ª, que tienen que ir a la otra punta de Madrid. La segunda temporada de Montoro, que desarrolla una trama de la primera (la empresa que fund¨® est¨¢ bajo investigaci¨®n por hacerse con un contrato sin concurso) ha tenido la crisis como protagonista. Organiz¨® una amnist¨ªa para los que tuviesen millones en Suiza y el primero que apareci¨® solo tuvo que llamar al ascensor: el tesorero de su partido. Con la informaci¨®n fiscal de los espa?oles ha ido present¨¢ndose con la guada?a a las puertas a quienes le molestaban o no le bailaban el agua, como futbolistas, actores, partidos y periodistas, y contra otros, como Pujol o Monedero, ha saltado para disolver las investigaciones en una gigantesca ofensiva pol¨ªtica. Cualquier d¨ªa pierde el oremus y le hace una paralela a Los del R¨ªo.
En estos ¨²ltimos tres a?os de precauciones extremas y sospechas la Agencia Tributaria ha tenido dos momentos de debilidad. El primero sucedi¨® cuando pas¨® por delante la Monarqu¨ªa; el segundo cuando pas¨® por delante el PP. Ese llevarse las manos a la cabeza con todos se convirti¨® de repente en una muy rigurosa defensa de planteamientos legales seg¨²n los cuales se pueden admitir facturas falsas como deducibles si son de una infanta, y defender, en el caso del PP, que las donaciones ilegales no tributan siempre que se dediquen a pagar actividades propias de los partidos. Una frase la ¨²ltima que o bien se dirige a ni?os de cinco a?os con un verano de menos o asume que entre las actividades propias de un partido pol¨ªtico est¨¢ la de fabricarse una econom¨ªa sumergida con la que pagar obras y sobresueldos a espaldas de Hacienda, o sea, a espaldas de ellos mismos.
Es todo tan delirante que cuesta ponerlo en orden
Es todo tan delirante que cuesta ponerlo en orden: lo que la Agencia Tributaria acaba de defender con u?as y dientes a trav¨¦s de Garc¨ªa-Valdecasas es que no tiene por qu¨¦ decirle al juez, a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y a cuatro magistrados de la Audiencia Nacional algo que ya hab¨ªa hecho antes en otros casos, que es calcular la cantidad defraudada por el PP a la propia Agencia y presentarla en el juzgado. Y el juez le recuerda a Hacienda que la ley obliga a ¡°todas las personas y entidades p¨²blicas y privadas¡± a colaborar con los jueces cuando lo reclamen, y no solo eso: ¡°Hacienda debe servir con objetividad los intereses generales¡±. Para que la Agencia Tributaria sepa algo tan fundamental hemos tenido que levantar a un juez de la cama y ponerlo a escribir una providencia. No solo eso: el esfuerzo saboteado por la Agencia Tributaria est¨¢ dirigido a que la Agencia Tributaria cobre. Algo tan descabellado para la Agencia Tributaria, reacia a recaudar dinero, que ha dicho que adem¨¢s del PP hay organizaciones como C¨¢ritas que tampoco tienen que pagar impuestos si reciben dinero ilegal, cosa que es verdad. De ah¨ª el eterno debate entre los miembros de la CEOE cuando llega la Navidad: si entregar 200.000 euros al partido del Gobierno o construir un pozo en Burundi.
Todo esto no quiere decir que Montoro sea un mal ministro. Es un buen ministro, no tanto de Hacienda como del PP.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.