Lecciones de las elecciones andaluzas

Susana D¨ªaz ten¨ªa muy claro hace un mes que la marca PSOE no le iba a ayudar a ganar las elecciones en Andaluc¨ªa. Pensaba que su imagen val¨ªa m¨¢s que la de su partido y plante¨® una campa?a personalista pidiendo el voto para poder seguir gobernando la regi¨®n a su manera; la doctrina Sinatra (I did it my way) aplicada a Andaluc¨ªa. Por el contrario, Juan Manuel Moreno pens¨® (o le convencieron) que su mejor baza era apoyarse en la potencia de la marca del PP y en la presencia de miembros del Gobierno, empezando por Mariano Rajoy. D¨ªaz tap¨® las siglas de su partido con la bandera de Andaluc¨ªa, ocup¨® todos los espacios posibles y gan¨®. Moreno se agarr¨® a los mensajes nacionales del Partido Popular, se fio del tir¨®n de Moncloa y perdi¨®.

Las dos fuerzas emergentes, Podemos y Ciudadanos, basaron su campa?a en la imagen de marca de unos partidos j¨®venes, regeneracionistas y capaces de sacar a Andaluc¨ªa de la pobreza y la corrupci¨®n. Ambos obtuvieron muy buenos resultados, que les permiten entrar en el parlamento andaluz, desarbolar a sus competidores m¨¢s directos (Izquierda Unida y UPyD) y ara?ar parte del pastel del bipartidismo. Han ganado posiciones pero se mantienen como fuerzas de oposici¨®n, no como alternativas de gobierno.

?Y ahora, qu¨¦? ?Se pueden extrapolar estos resultados para las elecciones municipales, auton¨®micas y generales de los pr¨®ximos meses? No se pueden extrapolar, pero s¨ª pueden ayudar a plantear las pr¨®ximas campa?as. Hay lecciones que seguro que han aprendido todos ellos y hay algunas conclusiones en las que coinciden todos los expertos consultados. Ah¨ª van algunas:

1.- Las elecciones de Andaluc¨ªa confirman la tendencia de las encuestas y consolidan un sistema pol¨ªtico de cuatro partidos.

2.- Las marcas de las fuerzas del bipartidismo est¨¢n en declive, mientras que las de los emergentes tienen valor electoral.

3.- Ahora van a coexistir dos partidos convencionales que tienen que regenerarse, con dos ¡°estados de ¨¢nimo consolidados¡± que tienen que estructurarse.

4.- En esta convivencia entre lo viejo y lo nuevo habr¨¢ que ver c¨®mo rejuvenecen los viejos y c¨®mo maduran los j¨®venes.

5.- En las auton¨®micas y municipales se pueden plantear estrategias personalistas, pero para ganar las generales hace falta recuperar el prestigio de marca.

La tendencia se consolid¨® en 2014 con la llegada de Podemos y Ciudadanos

6.- Los pactos postelectorales de las andaluzas, municipales y auton¨®micas marcar¨¢n a las fuerzas pol¨ªticas en las generales.

7.- La victoria en las elecciones de noviembre la dar¨¢n los votantes de centro por los que luchan los cuatro partidos en liza.

Los expertos no quieren ni o¨ªr hablar de extrapolar los resultados de Andaluc¨ªa para las generales de noviembre; ni siquiera de las auton¨®micas y municipales como indicador para las nacionales. Se escudan en microclimas y en que falta mucho tiempo. Sin embargo, no niegan las tendencias que se iniciaron en 2012 y se consolidaron en 2014 con la irrupci¨®n de Podemos y Ciudadanos.

¡°El declive del PP comenz¨® a finales de 2012¡±, comentan los expertos de Metroscopia, ¡°y el del PSOE hab¨ªa ocurrido en las elecciones de 2011 y tras una recuperaci¨®n volvi¨® a caer en oto?o del 2014. Muchos de los votantes de ambos grupos se pasaron a la abstenci¨®n y no es que hubiera un voto oculto, sino un voto hu¨¦rfano que m¨¢s tarde ha ido a parar a Podemos y a Ciudadanos¡±.

Una evoluci¨®n l¨®gica que los pol¨ªticos no se han terminado de creer hasta ver los resultados de las elecciones andaluzas. Y aun as¨ª, siguen confiando en que los dos partidos emergentes tienen menos recorrido del que dicen las encuestas ¡ªla ¨²ltima, publicada por El Pa¨ªs el 8 de marzo, predec¨ªa un cu¨¢druple empate en las elecciones generales entre Podemos (22,5%), PSOE (20,2), PP (18,6) y Ciudadanos (18,4)¡ª . Un grave error, porque la tendencia al alza de los dos partidos nuevos se confirma mes a mes a pesar de la inconsistencia de Podemos y de la falta de estructura de ambos.

Joan Navarro, vicepresidente de Asuntos P¨²blicos de la consultora Llorente y Cuenca, lo explica as¨ª: ¡°El PSOE no deber¨ªa confiarse por lo que ha ocurrido en Andaluc¨ªa, aunque s¨ª sacar conclusiones. Han ganado porque la apuesta de Susana por la centralidad ha tenido ¨¦xito y esa deber¨ªa ser la l¨ªnea de actuaci¨®n del partido en toda Espa?a y no competir con Podemos por la izquierda¡±. Esta tesis se confirma con el gr¨¢fico de perfil ideol¨®gico de los votantes de cada partido, que se acumulan entre el 3,5 y el 6,5 (el 5 es el centro-centro) en los electores de las cuatro principales fuerzas pol¨ªticas. Hasta los votantes de Podemos van creciendo en el centro (como se demostr¨® en Andaluc¨ªa), desplazando a la derecha a los del PP.

Lo que parece claro es que hoy la situaci¨®n es muy l¨ªquida. El PP y el PSOE han encontrado un suelo s¨®lido pero muy inferior al de hace cinco a?os; IU y UPyD est¨¢n en ca¨ªda libre; y Podemos y Ciudadanos mantienen su ascenso aunque con una enorme volatilidad mes a mes, dependiendo de la actualidad del d¨ªa. La fuerza de Podemos y de Ciudadanos depende de la debilidad del PSOE y del PP, una vez que han sacado de la partida a IU y UPyD.

Las ¨²ltimas claves las aportan el mapa y el sistema electoral espa?ol. El gr¨¢fico muestra que las circunscripciones cuyos representantes se reparten entre solo dos partidos sumaron en las ¨²ltimas elecciones 145 de los 350 diputados nacionales, a los que hay que sumar otros 69 en provincias con tres fuerzas pol¨ªticas elegidas. Esa es la clave de bipartidismo contra la que tendr¨¢n que luchar Podemos y Ciudadanos si quieren convertirse en alternativas de gobierno o, al menos, en bisagras para la gobernabilidad. La ventaja para PP y PSOE es su fuerte implantaci¨®n territorial y que sus competidores tienen una presencia esencialmente urbana y una doctrina imprecisa y vol¨¢til.