La ilusi¨®n del atajo a la prosperidad
Existe un convencimiento general de que el Gobierno central discrimina financieramente a la comunidad
La Valencia en estado de choque postraum¨¢tico est¨¢ harta de ser se?alada como uno de los agujeros negros de la corrupci¨®n europea, de cargar con ese sambenito. De ah¨ª que, con mayor o menor ¨¦nfasis e intenci¨®n, algunos de los entrevistados para este reportaje terminen apuntando hac¨ªa otras comunidades en el prop¨®sito de relativizar y sacudirse parte de la responsabilidad y de la culpa. ¡°Le recuerdo que la trama G¨¹rtel naci¨® en Madrid¡± (¡) ¡°?Y por qu¨¦ no se centran m¨¢s en la Catalu?a de la familia Pujol?¡± (¡) ¡°?No cree que el fraude andaluz de los ERE supera en cifras a lo que ha pasado aqu¨ª?¡± (¡) ¡°?Qu¨¦ me dice del PER? ?Y de Galicia?¡±. Ciertamente, la Comunidad Valenciana no deja de ser un exponente, acusado y descarnado, del espejismo que llev¨® a buena parte de Espa?a a creer que exist¨ªa un atajo colectivo a la prosperidad.
El otro boquete por el que supura la herida de la bancarrota nace del convencimiento compartido a derecha e izquierda de que la Comunidad Valenciana est¨¢ siendo discriminada financieramente por el Estado. Pese a que el argumento puede sonar recurrente en esta Espa?a auton¨®mica de puja continua en la que nadie se declara conforme con su financiaci¨®n, los valencianos se est¨¢n armando de datos extra¨ªdos de las balanzas fiscales que demostrar¨ªan ese maltrato. ¡°Cada valenciano recibe 829 euros menos que un c¨¢ntabro, 702 menos que un riojano, 513 euros menos que un aragon¨¦s. Somos el 10,7% de la poblaci¨®n espa?ola y tenemos una renta per c¨¢pita del 87,5% de la media nacional, pero en los dos ¨²ltimos a?os el Estado solo ha invertido aqu¨ª el 6,2%¡±, destaca Jos¨¦ Vicente Gonz¨¢lez, presidente de la patronal Cierval y propietario de la empresa GH Electrotecnia.
En su af¨¢n por minimizar el impacto econ¨®mico de la corrupci¨®n ¡ª12.500 millones de euros es el resultante del estudio llevado a cabo por el profesor de An¨¢lisis Econ¨®mico y diputado socialista Juli¨¢n L¨®pez Milla con metodolog¨ªa del Fondo Monetario Internacional (FMI) estatal¡ª, la derecha pol¨ªtica subraya ahora la idea de que el problema de la Comunidad Valenciana no ha sido la corrupci¨®n y la mala gesti¨®n, sino la deficiente financiaci¨®n. Hay, pues, un novedoso punto de rebeld¨ªa ante ¡°Madrid¡± y hasta empiezan a revisarse los postulados del proverbial anticatalanismo del PP valenciano. ¡°Desde el punto de vista empresarial no tiene sentido enemistarnos con nuestros vecinos y principales clientes y proveedores. Para el corredor del Mediterr¨¢neo, para nuestras exportaciones, para todo, Valencia tiene que contar por Catalu?a¡±, afirma Jos¨¦ Vicente Gonz¨¢lez.
Ahora que el cuento propagand¨ªstico se ha acabado, los valencianos vuelven a demostrar que su proverbial disposici¨®n al trabajo est¨¢ por encima de la fama que les atribuye cierta inclinaci¨®n a pasar f¨¢cilmente de la euforia al catastrofismo. Individualistas y emprendedores, acreditan que mantienen sus reflejos a punto, preparados a aprovechar la oportunidad. Pocas horas despu¨¦s de que la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, se inventara ante la rechifla general el vocablo ¡°el caloret¡± las canciones y v¨ªdeos de chanza y burla ya inundaban la Red. Pensat i fet (pensado y hecho). ?No vuelve a o¨ªrse en las calles de Elche y de las poblaciones de la ribera del Villalop¨® el caracter¨ªstico tac, tac, tac artesanal de los talleres dom¨¦sticos familiares, ahora que algunos empresarios del calzado han vuelto de su frustrada experiencia en China y compiten por la calidad del producto? ¡°Hemos formado parte de esa Espa?a de locura colectiva, aunque tampoco es que hayamos hecho las cosas mucho m¨¢s diferentes que los dem¨¢s. Esta es una sociedad din¨¢mica con muchas empresas peque?as que pueden moverse con rapidez. Ahora exportamos ya por encima de la media espa?ola. Cuando a Espa?a le va bien a nosotros nos va muy bien y al rev¨¦s¡±, declara Jos¨¦ Vicente Gonz¨¢lez.
Una parte de la patronal apuesta por fundar un partido nacionalista
Pese a que el presidente de la patronal es m¨¢s bien refractario a la idea ¡ª¡°la pol¨ªtica la tienen que hacer los partidos¡±¡ª, ha aflorado en una parte del empresariado la propuesta de fundar un partido nacionalista, se supone que al modo de aquella Uni¨®n Valenciana, luego integrada en el PP, que tan buenas oportunidades de negocio brind¨® a determinados promotores inmobiliarios. De acuerdo con el relato de un antiguo cargo de la Generalitat hoy apartado de la pol¨ªtica, ah¨ª se inici¨® la carrera de la financiaci¨®n irregular de los partidos que ha desembocado en la actual situaci¨®n. ¡°Uni¨®n Valenciana, que estaba financiada por una serie de empresas interesadas en la cuesti¨®n urban¨ªstica, gan¨® la alcald¨ªa de Valencia en 1991 y quiso hacer un aparcamiento bajo la plaza del Ayuntamiento. Rita Barber¨¢ no lo vio claro, ni tampoco el PP, porque tem¨ªan que si se levantaba la plaza aparecer¨ªan restos arqueol¨®gicos y habr¨ªa una gran oposici¨®n ciudadana al proyecto. Como la obra hab¨ªa sido adjudicada a la empresa Entrecanales, me reun¨ª con el due?o Jos¨¦ Mar¨ªa Entrecanales para pedirle en nombre de Barber¨¢ y del PP que renunciara a la obra. Muy contrariado, el patr¨®n me dijo que estaba harto de pagar las campa?as electorales del PP nacional, aunque termin¨® aceptando mis argumentos a la espera de verse compensado de otra manera¡±, cuenta este antiguo representante del PP.
A su juicio, el momento clave en la larga historia de la corrupci¨®n vinculada a la financiaci¨®n de los partidos es el paso del pago de las comisiones por obra al pago deducido del sobrecoste presupuestario. ¡°Hubo un momento en el que las empresas comenzaron a quejarse de que las comisiones que pagaban a los partidos reduc¨ªan mucho sus beneficios y entonces se recurri¨® a la f¨®rmula del sobrecoste. Es un sistema mucho m¨¢s ventajoso para las compa?¨ªas porque el respaldo institucional del partido les otorga un margen de maniobra presupuestario poco definido. Muchos aprovecharon para hacer as¨ª verdaderas fortunas con la obra p¨²blica¡±.
De acuerdo con el relato de este informante, el PP fue heredando el apoyo financiero del grupo de empresas que hab¨ªa apoyado a Uni¨®n Valenciana a medida en que se constitu¨ªa en la verdadera alternativa de poder de la derecha valenciana. ¡°Gracias a la ayuda de esas empresas amigas, n¨²cleo de la simbiosis pol¨ªtica empresarial del PP, Eduardo Zaplana logr¨® llenar el estadio de Mestalla ¡ªun millar de autobuses¡ª, para el mitin del 29 de febrero de 1996 que aup¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a la presidencia del Gobierno de Espa?a¡±. A partir de ese momento, el entonces presidente de la Generalitat pas¨® a convertirse en ¡°el gran Eduardo¡± a ojos del l¨ªder nacional y pudo manejar a su antojo las instituciones y el PP valenciano hasta que, cumplido su sue?o de ser ministro, pas¨® las riendas a Francisco Camps. La Comunidad Valenciana era la tierra conquistada del PP, la fortaleza segura que otorgaba glorificantes ba?os de masa a los l¨ªderes nacionales y hac¨ªa so?ar a los locales con alcanzar un d¨ªa el Gobierno de Espa?a. El antiguo cargo de la Generalitat cree tener una explicaci¨®n a la pasi¨®n por los caros trajes hechos a medida que han mostrado los dirigentes del PP valenciano. ¡°Tiene que ver con el complejo de inferioridad latente en la burgues¨ªa valenciana que proviene en buena medida del naranjo o de la peque?a empresa. Los trajes caros eran el uniforme, la armadura, con la que exhibirse en Madrid y demostrar el poder¨ªo valenciano. En esto, como en otros asuntos, el precursor fue Eduardo Zaplana, el gran ausente de la actualidad valenciana. Si alguien registrara el despacho de la sastrer¨ªa Antonio Puebla de Valencia e inspeccionara los libros de contabilidad descubrir¨ªa que el gasto en trajes de Zaplana durante su presidencia alcanz¨® cifras astron¨®micas¡±.
La corrupci¨®n del PP valenciano, destapada ya en 1990 en las escuchas telef¨®nicas al tesorero del partido Rosendo Naseiro y en la conversaci¨®n igualmente registrada del expresidente de la Diputaci¨®n de Valencia Vicente Sanz. En ella le confes¨® a Eduardo Zaplana: ¡°Estoy en la pol¨ªtica para forrarme¡±. Algo que parece haber formado parte del ADN de esa formaci¨®n sin soluci¨®n de continuidad. La pregunta es por qu¨¦ la direcci¨®n nacional consisti¨® este estado de cosas, por qu¨¦ sigui¨® respaldando a los que ahora se sientan en el banquillo. Los catedr¨¢ticos de la Universidad Jos¨¦ Antonio Piqueras, Antonio Laguna, Francesc Andreu Mart¨ªnez y Antonio Alaminos trataron de encontrar una respuesta a la otra pregunta, tan crucial como la primera, de por qu¨¦ el PP valenciano ha seguido teniendo, pese a todo, tanto ¨¦xito electoral.
¡°Cuando a Espa?a le va bien, a nosotros nos va muy bien¡±
Dice Antonio Laguna que sus investigaciones, recogidas en el libro El secuestro de la democracia, demuestran que ¡°m¨¢s all¨¢ de las consultas electorales, en la Comunidad Valenciana se produjo por la v¨ªa de hecho el secuestro de la democracia a cargo de un partido que utilizaba las instituciones y el dinero p¨²blico en su propio beneficio, incluso con t¨¦cnicas propias del caciquismo del siglo XIX como la compra de votos y la alteraci¨®n de censos electorales¡±.
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