Fuera de juego

Est¨¢ claro que la sociedad espa?ola no considera la edad como una variable limitadora del ejercicio del derecho de sufragio pasivo. Ah¨ª est¨¢n los casos de Manuela Carmena y de ?ngel Gabilondo, que han sido candidatos nada menos que a la alcald¨ªa y a la presidencia de la Comunidad de Madrid con algo m¨¢s y algo menos de setenta a?os respectivamente, sin que dicha circunstancia les haya afectado negativamente en lo m¨¢s m¨ªnimo. Todo lo contrario.

Ahora bien, siendo esto as¨ª, hay que a?adir inmediatamente que Carmena y Gabilondo son la excepci¨®n y no la norma. Con las elecciones europeas de mayo de 2014 se puso en marcha un proceso de renovaci¨®n generacional de pr¨¢cticamente todos los partidos pol¨ªticos, con la excepci¨®n de UPyD y el PP. Rosa D¨ªez y Mariano Rajoy (tambi¨¦n Dur¨¢n y Lleida) son los ¨²nicos dirigentes que han sido protagonistas relevantes durante las ¨²ltimas legislaturas, que contin¨²an si¨¦ndolo todav¨ªa hoy. Con el resultado de las elecciones municipales y auton¨®micas del 24-M van a ser muchos m¨¢s los protagonistas en los subsistemas auton¨®micos y municipales en los dos ¨²ltimos decenios pertenecientes a esa generaci¨®n, los que van a dejar de estar en primera fila.

Con las elecciones europeas de mayo de 2014 se puso en marcha un proceso de renovaci¨®n generacional de pr¨¢cticamente todos los partidos pol¨ªticos

Este es el panorama con el que nos encaminamos a las elecciones generales de noviembre. Y en dicho panorama, el PP parece que se est¨¢ quedando fuera de juego. La edad en s¨ª misma no es un obst¨¢culo, a menos que esa sea la percepci¨®n que se impone en la opini¨®n p¨²blica. El ¡°m¨ªrate al espejo¡± del presidente de Castilla y Le¨®n es suficientemente elocuente. Cuando hasta los colaboradores m¨¢s pr¨®ximos y leales tienen la percepci¨®n de que el candidato a presidente del Gobierno no es capaz de transmitir con su f¨ªsico el mensaje de ilusi¨®n y de energ¨ªa necesario para la direcci¨®n del pa¨ªs, es dif¨ªcil que el cuerpo electoral pueda tener una percepci¨®n distinta.

Ya es pr¨¢cticamente imposible que el PP pueda rectificar. Pero todav¨ªa queda por ver si en la composici¨®n de las candidaturas se produce una renovaci¨®n importante, de tal manera que se dibuje un partido ¡°en transici¨®n¡± o si, por el contrario, el presidente del Gobierno se sigue rodeando de quienes ¨¦l considera su guardia pretoriana. El desconcierto parece ser, en todo caso, la sensaci¨®n dominante. Veremos.