El fiscal pide prisi¨®n para un oficial por intentar violar a una subordinada
El teniente de nav¨ªo A. D. R. se enfrenta a una pena de cuatro a?os de c¨¢rcel por un delito de abuso de autoridad
Nochevieja de 2013. Once militares intentan olvidar la soledad y la lejan¨ªa de sus familias en el islote de Albor¨¢n, a 92,6 kil¨®metros de la costa de Almer¨ªa. Aunque est¨¢ prohibido el consumo de bebidas alcoh¨®licas, la cena celebrada en el comedor del faro se remoja con vino y cerveza. Toman las uvas con cava y luego circulan botellas de ron, ginebra y whisky al son de la m¨²sica. El jefe del destacamento, el teniente de nav¨ªo A. D. R., no est¨¢ en condiciones de amonestar a sus subordinados: se tambalea al andar y le cuesta hablar.
Hacia las 4.30 de la madrugada, los que a¨²n est¨¢n despiertos dan un paseo hasta el cementerio. El teniente de nav¨ªo, sentado junto a la marinero Olga, le pasa la mano por la cintura. Ella se la retira, pero el jefe insiste y ella se levanta de un salto. Uno de los soldados se percata.
Pasados 15 minutos, inician el regreso por un camino escasamente iluminado. Pese a que ella intenta evitarlo, el oficial y la marinero se quedan rezagados. ?l se sit¨²a detr¨¢s de Olga y con una mano le agarra las mu?ecas y se las sujeta a la espalda. Con la otra le tapa la boca mientras le repite que no pasa nada. Los dem¨¢s siguen andando y se alejan de ellos. Ella consigue zafarse y llama a una de sus compa?eras ¡°?Raquel!¡±, pero su superior la coge del brazo y tira hacia atr¨¢s. La marinero pierde el equilibrio y cae al suelo boca arriba. A. D. R. se sienta a horcajadas sobre ella. Le vuelve a tapar la boca y le susurra: ¡°P¨®rtate bien que t¨² eres una ni?a buena. Esta noche te voy a hacer una reina, te voy a chupar entera y te voy a hacer un traje de saliva, esta noche te voy a hacer cosas que nunca te han hecho¡±. Mientras le besuquea la cara, A. D. R. le coge la mano izquierda y la coloca sobre sus genitales.
Encerradas en el ba?o
Olga, que no ha parado de forcejear, logra zafarse y huye despavorida. El oficial la persigue. Antes de que logre cogerla, ella alcanza a su compa?era. ¡°Raquel, corre, ag¨¢rrate a mi brazo y vamos para el faro¡±, le dice. Se meten en el aseo femenino y cierran con llave. Por fin se sienten seguras. Pero el teniente de nav¨ªo empieza a aporrear la puerta, mientras grita: ¡°Olga, ¨¢breme, tengo que hablar contigo, por favor no cuentes a nadie lo que ha pasado. Tengo dos hijos que no tienen culpa de nada¡±. Las dos marineros le responden que se vaya. Pero ¨¦l sigue golpeando la puerta, insistiendo en que salga Olga.
Antecedentes por maltrato
Seg¨²n el teniente de nav¨ªo A. D. R., fue Olga quien se le insinu¨® aquella Nochevieja de 2013 en la Isla de Albor¨¢n y le intent¨® coger la mano repetidamente. ¡°A la tercera ocasi¨®n, se volvi¨® y le dijo que le dejase, momento en que la marinero le intent¨® dar un beso en los labios. Entonces, ya de manera imperativa, le orden¨® que se marchase y ella empez¨® a llorar corriendo hacia el faro¡±. ?Por qu¨¦ entonces intent¨® con tanta insistencia hablar con la marinero para disculparse?, le pregunt¨® el juez.
Seg¨²n el registro de penados del Ministerio de Justicia, el teniente de nav¨ªo ya fue condenado en firme a seis meses de prisi¨®n como autor de un delito de violencia de g¨¦nero, lesiones y maltrato familiar cometido en 2003, lo que no afect¨® a su carrera militar.
Las dos mujeres abren el ventanuco del aseo y piden a gritos auxilio. Acuden un cabo y un soldado y las marineros les abren la puerta. El oficial aprovecha para colarse y coge de los brazos a Olga. Se arrodilla y le pide perd¨®n. El cabo y el soldado se lo llevan a su dormitorio.
Las dos mujeres van al cuarto del cabo primero, donde explican lo sucedido a cuatro compa?eros. Minutos despu¨¦s irrumpe el teniente de nav¨ªo y vuelve a suplicar a Olga, entre l¨¢grimas, que no le cuente nada a nadie. Por segunda vez tienen que llev¨¢rselo.
Las dos marineros se retiran a su habitaci¨®n y el oficial aparece de nuevo, vestido s¨®lo con los pantalones del pijama. Esta vez coge a Olga por las mu?ecas y la empuja contra un ropero mientras le suplica que hable con ¨¦l. La marinero le grita que se vaya y el cabo y el soldado se llevan de nuevo a A. D. R. Para evitar m¨¢s incidentes, el cabo se queda a dormir en el cuarto de las marineras: pone su colch¨®n en el suelo bloqueando la puerta.
A la ma?ana siguiente, cuando van al ba?o, las dos marineros se tropiezan con el teniente de nav¨ªo, que les est¨¢ esperando. Les dice que si cuentan lo que ha pasado lo hundir¨¢n personal y profesionalmente y ofrece a Olga todo el dinero que quiera para que no lo haga. Durante la ma?ana, el jefe del destacamento habla por separado con varios de sus subordinados para que convenzan a la marinero de que guarde silencio. Despu¨¦s de comer, los re¨²ne a todos y les dice ¡ªsin entrar en detalles¡ª que la noche anterior no se ha portado ni como un oficial ni como un caballero y pide perd¨®n por ello. Olga le contesta que no le denunciar¨¢ por consideraci¨®n hacia sus hijos.
En los d¨ªas siguientes, la marinero se siente cada vez peor, tanto f¨ªsica como ps¨ªquicamente. El suboficial ha retirado el arma al teniente de nav¨ªo, con el pretexto de limpiarla, pero ella no puede evitar encontr¨¢rselo en una isla de poco m¨¢s de siete hect¨¢reas. Le pide al sargento primero que la saque de all¨ª y ¨¦l le contesta que debe presentar un parte. Por fin, el 4 de enero, llega un helic¨®ptero para evacuarla. En el mismo vuelo, detr¨¢s de ella, viaja el teniente de nav¨ªo, relevado del mando, Hasta aqu¨ª el relato incluido en el auto de procesamiento.
Aborto espont¨¢neo
Seg¨²n Olga, tras esperar m¨¢s de una hora, es conducida a casa del almirante, de la que ve salir a su agresor. Dos altos mandos de la Armada intentan convencerla de que lo sucedido no salga a la luz para no manchar el nombre de la instituci¨®n, y le advierten de que, si acude a un hospital, ¨¦ste dar¨¢ cuenta a la Guardia Civil.
La marinero, que se siente cada vez peor, es examinada el 6 de enero en un centro m¨¦dico de Jerez de la Frontera (C¨¢diz), donde se le diagnostica contractura cervical, tendinitis en el hombro y esguince de mu?eca, as¨ª como un trastorno de ansiedad postraum¨¢tico. Cuando fue agredida por su superior, estaba embarazada de varias semanas. Diez d¨ªas despu¨¦s, sufre un aborto espont¨¢neo.
La denuncia por agresi¨®n sexual es tramitada por el juzgado de violencia contra la mujer de Jerez de la Frontera (C¨¢diz) pero, tras una larga disputa jur¨ªdica, el caso ha acabado en manos de la jurisdicci¨®n militar, que instruye un delito de abuso de autoridad. El juez militar ha asumido la orden de alejamiento dictada por el juzgado civil contra el oficial.
Desde enero de 2014, Olga est¨¢ de baja psicol¨®gica, por lo que su retribuci¨®n mensual se ha reducido a unos 800 euros. Ha vuelto a casa de sus padres y ha pedido un pr¨¦stamo bancario para pagar la minuta de su abogado. En el juicio, previsto tras el verano, su exjefe se enfrenta a una pena de cuatro a?os de c¨¢rcel.
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