Leopoldo Rod¨¦s: las tareas y los bienes
Siempre lo he visto a la cabeza de las causas no s¨®lo justas, sino de largo plazo. Ten¨ªa el instinto met¨®dico, esa virtud cl¨¢sica
![Leopoldo Rod¨¦s, en una imagen de 2011.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RL6ROTTIFTOHCKDVJFR46LEUWY.jpg?auth=9c41a6c6312e01fdb09c41dff985dbb5e2c85e289bc8666343f411d2e5969caa&width=414)
Nunca le dije a Leopoldo Rod¨¦s que la nota que escribi¨® a la muerte de Emilio Bot¨ªn ten¨ªa la certidumbre de lo sobrio y la virtud de lo breve. La f¨¢cil elegancia de Leopoldo lo exim¨ªa de cumplidos. Su buen humor y amable inteligencia hac¨ªan hospitalario cualquier encuentro, aun en los debates que ¨¦l y Ainhoa Grandes, su mujer, convocaban en su casa para ventilar los temas m¨¢s ardorosos, desde el independentismo nacionalista a la legitimidad del sistema entre la corrupci¨®n y el populismo. Leopoldo era experto en las pausas, donde la discusi¨®n respira y vuelve el di¨¢logo. Contra el martirio, martinis.
La verdadera causa son los otros, debi¨® ser su divisa, porque siempre lo he visto a la cabeza de las causas no s¨®lo justas sino de largo plazo. Vino a Brown acompa?ando a un amigo, de pronto amenazado en las mismas fechas en que recib¨ªa un homenaje. Aunque Leopoldo dir¨ªa que lo casual es s¨®lo la l¨®gica de los afectos.
Y seguramente no aceptar¨ªa que la madre Espa?a prodiga esas iron¨ªas, como si no hubiese honor sin dolor. Era, como dec¨ªa Alfonso Reyes de otro amigo, m¨¢s liberal que espa?ol. Hace ya muchos a?os, en un homenaje a Joaqu¨ªn Marco por su jubilaci¨®n de la Universidad de Barcelona, que organiz¨® Jordi Gracia, me pidieron hacer un brindis en la comida, y puse a prueba el protocolo recordando que la Universidad de Barcelona era la ¨²nica Universidad importante de Espa?a que no ten¨ªa todav¨ªa una c¨¢tedra de Literatura Latinoamericana.
Cuando se lo cont¨¦, Leopoldo midi¨® la extensi¨®n de ese reclamo, considerando, sobre todo, que Barcelona era, hab¨ªa sido, o fue la capital de la literatura latinoamericana; esto es, una urbe cosmopolita. De inmediato, se ofreci¨® a apoyar, con su propia gesti¨®n, la creaci¨®n de esa c¨¢tedra.
Como siempre, me arrepent¨ª. Tem¨ª empezar otra paliza espa?ola (no en vano la novela en Espa?a es una paliza permamente, desde la picaresca y el Quijote), d¨¢ndole m¨¢s trabajo a los amigos (defecto atrozmente latinoamericano, creer que todo est¨¢ por hacerse). Pero no contaba con que Leopoldo ten¨ªa el instinto met¨®dico, esa virtud cl¨¢sica. Esa c¨¢tedra podr¨ªamos convocarla en la Universidad Ramon Llull, me dijo, donde tengo algo que ver. Pero como pose¨ªa el raro don de sumar, a?adi¨®: Podr¨ªamos llamarla "C¨¢tedra Latinoamericana Carmen Balcells". Celebr¨¦ esa suma latinoamericana, catalana y espa?ola.
Hace menos de un mes, Leopoldo convid¨® a tres buenos amigos para persuadir a uno de ellos de aceptar un tributo p¨²blico por sus muchos trabajos de amistad atl¨¢ntica. Pl¨¢cidamente este amigo agradeci¨® el entusiasmo pero se excus¨®, abrumado por el exceso de atenci¨®n. Los tres nos fuimos un tanto melanc¨®licos porque nada es m¨¢s vivificante que dar las gracias, la m¨¢s bella palabra del idioma. Leopoldo, sin embargo, me dijo: Lo convencer¨¦.
Nos ver¨ªamos en octubre en Barcelona con el Foro Iberoamericano, del que ser¨ªa anfitri¨®n, y luego en Brown, donde Ainhoa dar¨ªa unas charlas sobre el MACBA y la pintura catalana. Otros que lo conocieron m¨¢s, dar¨¢n testimonio de sus muchos trabajos y virtudes. Otros podemos darlo de los proyectos que con gusto por el optimismo despleg¨¢bamos al buen tiempo por venir.
Esa dimensi¨®n creativa y generosa de Leopoldo Rod¨¦s dice mucho de su pasi¨®n por la cultura como base del futuro democr¨¢tico. Nunca lo he visto m¨¢s feliz que inaugurando una gran exhibici¨®n en el MACBA. Es su lecci¨®n m¨¢s generosa. Nos ha hecho sentirnos bienvenidos, a nombre de las tareas y los bienes venideros.
Julio Ortega es un escritor literario peruano que reside en EE UU, donde imparte clases en la Universidad de Brown.
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