A la b¨²squeda del incendiario
Espa?a registra al a?o miles de fuegos intencionados, pero solo logra condenar a un centenar de personas y la fiscal¨ªa admite que se esclarecen pocos casos
Durante a?os, el 18 de julio, los efectivos antiincendios de Catalu?a fijaban la mirada en un pueblo de la comarca barcelonesa de L¡¯Anoia. Llevaban mucho tiempo intentando "cazar" a quien, cada aniversario del levantamiento golpista, prend¨ªa fuego al monte. Nunca fallaba. "Pero, de repente, dej¨® de hacerlo. Sin que encontr¨¢semos explicaci¨®n. Simplemente, acabaron", relata Miguel de Pablo, vicepresidente de Aeafma (Asociaci¨®n Espa?ola de Agentes Forestales y Medioambientales), que averiguar¨ªa pasados los meses a qu¨¦ se deb¨ªa ese cambio: "Alguien nos coment¨® que hab¨ªan parado justo tras la muerte de un vecino que acusaba al propietario de la finca donde sol¨ªan producirse de haber matado a su hermano en la Guerra Civil". Pero eso lo supieron despu¨¦s. As¨ª que nunca pudieron imputarlo, como a una gran parte de los autores de incendios forestales intencionados que se producen en Espa?a.
Los datos del Ministerio de Medio Ambiente y de la Fiscal¨ªa General del Estado insisten en esa idea. Espa?a sufri¨® 9.771 incendios en 2014 (6.754 fueron conatos que afectaron a menos de una hect¨¢rea) y 10.797 en 2013 (7.708). A falta de conocer las cifras del Ministerio P¨²blico relativas al pasado a?o, hace dos solo 87 personas fueron detenidas, 418, imputadas y se dictaron cerca de 150 sentencias ¡ªcasi 120, condenatorias¡ª. "Teniendo en cuenta que se estima que m¨¢s de la mitad de los fuegos son intencionados, se confirma que la tasa de esclarecimiento de sus autores es todav¨ªa muy baja en comparaci¨®n con otras modalidades delictivas", explica la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente en un informe.
Un estudio de la Fundaci¨®n Civio, a su vez, recoge que entre 2007 y mediados de 2013 solo ocho personas fueron condenadas a penas de prisi¨®n superiores a dos a?os ¡ªque suponen el ingreso obligatorio en la c¨¢rcel¡ª. "El mismo fuego elimina las pruebas incriminatorias. Liquida cualquier rastro org¨¢nico que pueda servir a los agentes", explica Miguel ?ngel Soto, de Greenpeace. ¡°Aunque en muchos casos se averigua c¨®mo se originaron, es muy complicado hallar al culpable. Sobre todo, si son incendios aislados. Resulta m¨¢s f¨¢cil si se repiten en una zona. Ah¨ª, la colaboraci¨®n ciudadana es clave¡±, a?ade Miguel de Pablo.
A la ayuda de los vecinos, de hecho, han recurrido las autoridades extreme?as tras el fuego que ha devorado 7.500 hect¨¢reas de la Sierra de Gata. Despu¨¦s de que el presidente regional se?alara, tras registrarse cinco incendios en la zona este verano, que "todo parece indicar que la mano del hombre est¨¢ detr¨¢s", la Guardia Civil pidi¨® a los ciudadanos que le informasen de cualquier "cosa rara" que hubieran visto: "Cada pista es fundamental". Al menos, para llegar a ellos.
Porque, despu¨¦s, obtener una condena resulta m¨¢s complicado. "Son muy destacables las dificultades para determinar la autor¨ªa y, sobre todo, para reunir indicios suficientes que permitan tener garant¨ªas de obtener una condena", recalca la fiscal¨ªa, que recuerda que solo se esclarecieron el 30% de los casos investigados por el instituto armado en 2013; y que solo uno de cada diez acab¨® con un arrestado o imputado.
Radiograf¨ªa del pir¨®mano
Un informe confeccionado por el Ministerio de Medio Ambiente, que recopila los incendios registrados en Espa?a entre 2001 y 2010, recoge que solo detr¨¢s del 4,3% de todos estos fuegos hab¨ªa causas naturales; y del 23,3%, negligencias y accidentes. Del resto, un 15% se desconoce qu¨¦ los provoc¨®; y un 54,7% fueron intencionados. "Estos ¨²ltimos son los m¨¢s numerosos, representan el 60% de la superficie afectada", explica el documento, que se?ala que, de ellos, un 68,3% corresponden a quemas ilegales agr¨ªcolas, eliminaci¨®n de matorral y regeneraci¨®n de pastos que se hicieron "de forma incontrolada"; un 11,9% a venganzas y vandalismo; y un 9,7% a pir¨®manos.
Los investigadores distinguen, por ello, dos perfiles. El del incendiario: "Un hombre de 30 a 50 a?os, con domicilio cerca del lugar y sin cualificaci¨®n profesional; que act¨²a por motivos de maldad, inter¨¦s econ¨®mico, venganza... Son frecuentes las personas desestructuradas, tanto familiarmente como socialmente", explica un informe de la Guardia Civil de Galicia. Y los pir¨®manos: "Son gente enferma, con un trastorno de conducta, que no pueden controlarse y que requieren tratamiento", sentencia el integrante de Greenpeace.
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