ETA tiene activos a 20 de los 100 terroristas a¨²n en libertad

Antes de que les pusieran las esposas, Iratxe Sorzabal y David Pla, los ¨²ltimos jefes de ETA, llevaban dos d¨ªas en la peque?a casa rural Chambres d'Hotes Agorerreka, en la localidad francesa de Saint-?tienne de Ba?gorry. Un establecimiento aislado, de tres habitaciones, lejos del pueblo, que hab¨ªan alquilado ¡ªseg¨²n cuentan los investigadores de la Guardia Civil que participaron en su captura el pasado martes¡ª para ¡°mantener reuniones¡± con personas vinculadas a lo que queda de la banda terrorista, despu¨¦s de que declarase ¡°el cese de la actividad armada¡± el 20 de octubre de 2011. Formaban la c¨²pula de la organizaci¨®n desde entonces, eran los protagonistas de ¡°la ETA que no mata¡±, los encargados de gestionar el final, tras 829 asesinatos y 43 a?os de actividad terrorista.

El principal encuentro previsto por los etarras result¨® ser con un antiguo miembro del aparato internacional de la organizaci¨®n, Ram¨®n Sagarzazu, Ramontxo, de 49 a?os, libre tras pasar diez en prisi¨®n y ahora tambi¨¦n detenido. Fueron sorprendidos todos en la misma habitaci¨®n a las 12.30 de la ma?ana, en la que despu¨¦s los polic¨ªas se incautaron varios ordenadores y documentaci¨®n. Pantxo Flores, propietario de la vivienda, fue el cuarto arrestado en la llamada Operaci¨®n Pardines. Sorzabal, de 43 a?os, y Pla, de 39, aunque "no opusieron resistencia", iban armados.

Escalaron puestos en la organizaci¨®n casi al mismo tiempo. Sorzabal, a quien se le atribuyen tres asesinatos, asumi¨® el liderazgo tras la detenci¨®n de su predecesor y jefe ideol¨®gico Aitor Elizar¨¢n en 2009. Y Pla, abogado de Halboka ¡ªaparato de apoyo a presos¡ª, tras quedar en libertad en 2010. No dudaron en dejarlo todo ¡ªhijos incluidos¡ª para asumir la responsabilidad de una banda en disoluci¨®n, ¡°sellado de zulos, control de las armas, posibles negociaciones...¡±. Ellos son las voces encapuchadas de los ¨²ltimos comunicados y los que fracasaron en 2013 en Oslo negociando el desarme. Han deambulado juntos, ¡°como el Guadiana¡±, por Francia y pa¨ªses lim¨ªtrofes, como la mayor¨ªa de los 20 miembros de la organizaci¨®n que las fuerzas de seguridad calculan que siguen activos.

Fuentes de la lucha antiterrorista, con cifras de trazo grueso, estiman en ¡°un centenar¡± los etarras que siguen libres con causas pendientes, diseminados por Europa y Latinoam¨¦rica. En los ¨²ltimos cuatro a?os han ca¨ªdo m¨¢s de cien. Al otro lado del charco, existe un colectivo importante en Venezuela ¡ª¡°unos 20¡±¡ª, donde, por ejemplo, ¡°De Juana Chaos mont¨® una licorer¨ªa¡±. O en M¨¦xico ¡ª¡°unos 15¡±¡ª. Pero ¡°el n¨²cleo duro sigue estando en las proximidades de Francia¡±, aseguran.

El golpe de gracia del pasado 22 de septiembre se une a las ocho anteriores operaciones contra etarras clandestinos ¡ªen julio cayeron los dirigentes I?aki Reta Frutos y Xavier Goyenetxea¡ª desarrolladas en los ¨²ltimos tiempos por la Guardia Civil en ¡°muy buena¡± colaboraci¨®n con la polic¨ªa francesa. Y se suman a la veintena de detenciones llevadas a cabo (tambi¨¦n en el extranjero) por la Polic¨ªa Nacional desde 2011. Con todo, nadie da por muerta a la banda terrorista. Tampoco los veteranos investigadores.

Tras los nombres de Sorzabal y Pla, resuenan otros que retuercen el gesto de los agentes, como el de Mikel Barrios, de 27 a?os, crecido con los cachorros borrokas de la extinta Segi y en paradero desconocido desde 2009. O el de Mikel Irastorza, exrepresentante del Foro de Debate Nacional. Tambi¨¦n sale el de la exconcejal de Herri Batasuna y conseguidora de pasaportes Nekane Txapartegi. De hist¨®ricos como Josu Ternera, que huy¨® de Francia en 2002 aquejado de un c¨¢ncer; o de Jos¨¦ Luis Eziolaza, Dienteputo, antiguo jefe del aparato militar, de 55 a?os y presumiblemente en Venezuela, se habla casi como de jubilados pistoleros.

Parece claro que ¡°la ETA que puede venir¡±, no tendr¨¢ nada que ver con la que exist¨ªa hasta hoy, y menos con la de los a?os de plomo. ¡°Es una organizaci¨®n desestructurada, desanimada, asumiendo su derrota, sin aparatos definidos, todos hacen un poco de todo, con un enorme vac¨ªo de liderazgo¡±, valoran fuentes de la lucha antiterrorista.

Se desconocen las relaciones que pudieran existir entre esta banda diezmada y la izquierda abertzale y ¡°no se han detectado¡± nuevas incorporaciones. Los investigadores descartan que se cobre el impuesto revolucionario, pero reconocen ¡°aportaciones voluntarias¡± de familiares y resaltan ¡°la sensaci¨®n de abandono¡± que reina entre los 437 etarras presos en c¨¢rceles espa?olas cuando la amnist¨ªa parece haber quedado en tercer plano para sus debilitados l¨ªderes.