Una cosa es el sistema y otra aplicarlo
El sistema de financiaci¨®n foral es una excepci¨®n en el panorama internacional
El sistema de financiaci¨®n foral es una excepci¨®n en el panorama internacional. Ni siquiera en los pa¨ªses federales el gobierno central est¨¢ dispuesto a renunciar a su poder fiscal en beneficio de alguna de sus regiones, provincias, estados o L?nder, como s¨ª ocurre en el Pa¨ªs Vasco y Navarra. Hoy seguramente no se hubiese hecho de la misma manera. Pero en 1978 la Constituci¨®n dio cabida a esta asimetr¨ªa. En parte porque exist¨ªan muchas urgencias, presiones y conflictos que resolver. Y, en parte, porque era dif¨ªcil anticipar el enorme desarrollo del sistema fiscal espa?ol en las d¨¦cadas siguientes y las posteriores consecuencias de esa asimetr¨ªa. Sea como fuere, hoy es una restricci¨®n legal a tener muy presente.
No obstante, el amparo gen¨¦rico no puede extenderse a cada una de sus piezas y concreciones. Porque la Constituci¨®n contiene otros derechos y obligaciones a atender. En particular, la forma en la que se computan el cupo vasco y la aportaci¨®n navarra generan inequidad manifiesta entre los espa?oles, algo que choca con el bloque constitucional y que acaba provocando o agravando conflictos en el espacio pol¨ªtico. Porque legitima las reivindicaciones de otras Comunidades Aut¨®nomas a favor del recorte en los flujos de nivelaci¨®n interterritorial.
En esencia, el problema es que las haciendas forales someten a una presi¨®n fiscal ligeramente inferior a la media a sus contribuyentes, tanto las personas f¨ªsicas como las empresas (he ah¨ª las pol¨¦micas "vacaciones fiscales" y las denuncias de competencia fiscal de los territorios lim¨ªtrofes) pero acaban disfrutando de muchos m¨¢s recursos per c¨¢pita para financiar sus servicios p¨²blicos. Un resultado que se produce por la combinaci¨®n de dos factores. Por un lado, son territorios con renta y capacidad tributaria por habitante superiores a la media. Por otro, las cuant¨ªas del cupo vasco y aportaci¨®n navarra que transfieren anualmente a la administraci¨®n central son muy bajas. Los flujos fiscales netos per c¨¢pita que todos los ejercicios salen de los territorios forales hacia el resto de Espa?a son muy inferiores a los que proceden de Catalu?a, por ejemplo. De hecho, las dos principales anomal¨ªas que reflejan las balanzas fiscales que publica el Ministerio de Hacienda son la de esos dos territorios. Dada su renta per c¨¢pita y necesidades de gasto relativas, deber¨ªan contribuir mucho m¨¢s a la nivelaci¨®n y la solidaridad interterritorial, como lo demuestran numerosas investigaciones aplicadas publicadas en la ¨²ltima d¨¦cada.
La pr¨®xima revisi¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica va a volver a abrir el debate sobre la equidad en el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica y el grado deseable de nivelaci¨®n interterritorial. Y en ese debate no podemos volver a orillar la cuesti¨®n de las grandes ventajas financieras que proporciona la metodolog¨ªa con la que se computan los flujos fiscales de las haciendas forales a la hacienda central. Una metodolog¨ªa que, por cierto, no se concreta en la Constituci¨®n cuya reforma no exige, de entrada, cambios constitucionales.
Porque lo que no podemos hacer es tildar a los catalanes de insolidarios y ponernos a silbar cuando se nos recuerda lo que ocurre en el norte. Sin duda, es un asunto de una gesti¨®n pol¨ªtica compleja, que no se puede afrontar desde la ingenuidad.
A mi juicio, la soluci¨®n debe integrar cuatro ideas fuerza o ideas b¨¢sicas. La primera es que se puede respetar el bloque constitucional e incluso no entrar a discutir la l¨®gica global del sistema al tiempo que se establecen f¨®rmulas de c¨®mputo del cupo muy diferentes a la actual, y que proporcionar¨ªan resultados financieros similares al r¨¦gimen com¨²n. La segunda es que el di¨¢logo razonado y la discusi¨®n t¨¦cnica rigurosa en pos del pacto pol¨ªtico deben presidir la estrategia del gobierno central. El ruido y las amenazas no son lo m¨¢s inteligente cuando uno tiene los argumentos m¨¢s s¨®lidos a su favor. En tercer lugar, ser¨ªa bueno contar con el respaldo de la mayor parte de los partidos de la oposici¨®n. Estamos hablando de un cambio de calado y estructural, no de decisiones coyunturales. Y cuarto, cualquier soluci¨®n pasa por definir per¨ªodos transitorios muy largos, que permitan metabolizar una alteraci¨®n radical en las finanzas auton¨®micas del Pa¨ªs Vasco y Navarra.
Santiago Lago es catedr¨¢tico de Econom¨ªa P¨²blica de la Universidad de Vigo.
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