La madre de Asunta recurre un veredicto ¡°basado en especulaciones¡±
El abogado de Rosario Porto pide su libre absoluci¨®n y cree que el jurado popular decidi¨® la condena de antemano y luego trat¨® de argumentarla al descartar "pruebas de descargo"
"Rosario Porto Ortega result¨® condenada en base a especulaciones, suposiciones y conjeturas, y no en indicios susceptibles de ser elevados a la categor¨ªa de prueba de cargo con entidad suficiente para destruir el derecho constitucional a la presunci¨®n de inocencia". El abogado de la madre de Asunta, Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez Aranguren, argumenta as¨ª el recurso presentado esta ma?ana en la Secci¨®n Sexta de la Audiencia de A Coru?a por este caso.
El letrado de la madre de Asunta, condenada al igual que su exmarido Alfonso Basterra a 18 a?os de prisi¨®n por el asesinato en 2013 de la ni?a compostelana de 12 a?os, cree que el jurado decidi¨® de antemano el fallo. Para el abogado, el jurado popular parti¨® en su veredicto (apuntalado despu¨¦s por el juez que presid¨ªa el tribunal), "de una aprior¨ªstica presunci¨®n de culpabilidad". Seg¨²n Aranguren, aunque el ordenamiento jur¨ªdico espa?ol lo "proscribe", los nueve jurados elegidos por sorteo entre residentes en la provincia de A Coru?a resolvieron "rigi¨¦ndose por los postulados del denominado realismo jur¨ªdico norteamericano": "Solo despu¨¦s de haber predeterminado la culpabilidad de los acusados busc¨® una racionalizaci¨®n jur¨ªdica de la misma".
Igual que hizo el pasado d¨ªa 1 la abogada del otro condenado por el crimen, la defensa de Porto pide la libre absoluci¨®n por la falta de pruebas de cargo. "Siempre se est¨¢ girando en torno a suposiciones y conjeturas amplia y categ¨®ricamente contradichas por verdaderas pruebas de descargo" que fueron silenciadas a conveniencia del resultado final previamente fijado, argumenta el penalista.
Tanto el veredicto como la consiguiente sentencia del magistrado presidente del tribunal, Jorge Cid, afirma el letrado, son una "aberraci¨®n en virtud de la cual aquello que no se puede conocer por inexistencia de pruebas se presume acreditado en contra del reo". A lo largo de 62 folios de recurso, el abogado pone numerosos ejemplos de lo que considera "presunciones de culpabilidad", tales como el hecho de que en la condena se concluyese que Basterra hab¨ªa viajado en el Mercedes al chal¨¦ familiar donde se supone que fue asesinada la menor y luego regresado a la ciudad sin ning¨²n medio de locomoci¨®n y sin ser visto, obviando cualquier explicaci¨®n l¨®gica al respecto.
En opini¨®n de Guti¨¦rrez Aranguren, que teje a lo largo del recurso toda una lecci¨®n de derecho penal con abundantes citas de tratados y art¨ªculos de especialistas, el fallo es el lugar en el que desembocan las sospechas iniciales, encauzadas por la investigaci¨®n siempre en el mismo sentido y sin alternativa, desde el comienzo. ¡°Como reconocieron los primeros agentes que intervinieron en la investigaci¨®n, las sospechas de estos recayeron sobre aquella [Rosario Porto] desde el primer momento porque consideraron que denunci¨® la desaparici¨®n de su hija demasiado pronto¡±, apunta, ¡°o porque les pareci¨® an¨®malo que se hubiese negado a aceptar la triste y dura realidad cuando fue informada de la aparici¨®n del cuerpo sin vida de su hija¡±.
El abogado, adem¨¢s, incide en la ¡°teor¨ªa del absurdo¡± que ya desarroll¨® durante el juicio, en el que lleg¨® a preguntar c¨®mo es posible que una mujer descrita como ¡°inteligent¨ªsima¡± pod¨ªa cometer tan burdos errores y dejar rastros de su delito desde meses antes, con episodios de sedaci¨®n como los que describieron los profesores de m¨²sica de la cr¨ªa. De ser as¨ª, dijo en una de las sesiones finales, su clienta ¡°rayar¨ªa la subnormalidad¡±. ¡°Es absurdo que si Rosario Porto pretendiese acabar con la vida de su hija hubiera suministrado o consentido que se le suministrase una sustancia t¨®xica como la que ella misma consum¨ªa por razones m¨¦dicas¡±, dice en su recurso, ¡°y que permitiera que la menor fuese vista por sus profesores, pues estar¨ªa anticipando las pruebas de su condena¡±. ¡°Lo mismo cabe predicar de la supuesta preocupaci¨®n de Rosario de eludir las c¨¢maras de seguridad en su regreso a Santiago¡±, a?ade, ¡°y que en cambio no haya adoptado medida alguna tendente a evitar su captaci¨®n en el recorrido inverso¡±.
Aranguren recuerda, adem¨¢s, en un recurso presentado ante la Audiencia con el objetivo de que sea trasladado a la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que ¡°todos los testigos¡± fueron ¡°un¨¢nimes¡± al definir la relaci¨®n entre madre e hija de ¡°excelente¡±. Tambi¨¦n, que ¡°jam¨¢s se encontr¨® objeto alguno relacionado con el crimen¡±, y que en las cuerdas halladas en la pista los peritos no fueron capaces de encontrar ning¨²n resto biol¨®gico, ni de la v¨ªctima, cuyas heridas ¡°supuraban¡±, ni de la madre.
En el veredicto y la sentencia tambi¨¦n se sobrevuela sin dar explicaci¨®n alguna, asegura la defensa, la escena en la que la madre habr¨ªa depositado el cuerpo en una pista forestal situada a unos cuatro kil¨®metros del chal¨¦. En este aspecto, se?ala, no se tuvo en cuenta la declaraci¨®n de dos testigos, vecinos de aquel camino, que pasearon repetidas veces desde las nueve de la noche a medio metro del lugar donde supuestamente yac¨ªa Asunta sin darse cuenta de ello. Esta pareja describi¨® en el juicio "con todo lujo de detalle" los autom¨®viles que vieron pasar el lugar aquella noche, y ninguno, dijeron, era un Mercedes verde como el de la condenada por asesinato. Tampoco, reprocha el abogado en su recurso de hoy, se dio explicaci¨®n alguna al testimonio de la familia que vio salir a Porto del chal¨¦, y habl¨® con ella, pero que en toda la tarde no vio a Basterra, considerado coautor de los hechos. Estos vecinos paseaban a dos perras que tampoco percibieron la presencia de un cad¨¢ver en el coche.
Para Guti¨¦rrez Aranguren, su clienta se vio "indefensa" por el "quebrantamiento de las normas y garant¨ªas procesales". Se produjo la "retransmisi¨®n en directo de las sesiones de juicio oral", con lo cual se pudo dar lugar a la "contaminaci¨®n" de testigos y peritos. El presidente del tribunal, adem¨¢s, dice el abogado, no recalc¨® de forma "muy afortunada" la importancia del principio "in dubio pro reo" y fue "nocivo para las defensas", de tal manera que "se vulner¨® el derecho a un juez imparcial".
El recurso, que subsidiariamente, en caso de que no decida la absoluci¨®n, pide al Tribunal Superior que devuelva el asunto a la Audiencia Provincial para la celebraci¨®n de un nuevo juicio, cuestiona tambi¨¦n los resultados de algunas de las pruebas periciales como la autopsia, cuyas conclusiones se demoraron m¨¢s de dos meses, por lo que, apunta Aranguren, podr¨ªa haberse estado esperando para que sus conclusiones casasen con la tesis del juez instructor.
"Se rechazaron otras v¨ªas de investigaci¨®n", critica, y se interpretaron con el objetivo de acusar a la madre de Asunta determinadas pruebas como las grabaciones del coche en c¨¢maras urbanas y el posicionamiento del tel¨¦fono m¨®vil de Rosario Porto seg¨²n los datos de los repetidores. Para Aranguren, por ejemplo, hay im¨¢genes que fueron descartadas porque podr¨ªan refrendar la versi¨®n de la condenada cuando explic¨® que ocup¨® la tarde en idas y venidas desde el chal¨¦ para comprar una pelota de Pilates.
Otras cuestiones quedan sin responder, a pesar de ser ¡°especialmente relevantes¡± para el abogado, como el hecho de que no se hallase ni rastro de la tierra de la pista en las alfombrillas del coche de Porto, que no hubiera ADN en las cuerdas o que no se lograse desentra?ar el m¨®vil del crimen. Las acusaciones sostuvieron que la ni?a ¡°les estorbaba¡± a sus padres adoptivos, pero Aranguren insiste en que qued¨® ¡°acreditado categ¨®ricamente¡± que ¡°Rosario Porto se desviv¨ªa por Asunta y ten¨ªa importantes planes de futuro con y para ella¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.