Otras agresiones a pol¨ªticos

La agresi¨®n al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Pontevedra tiene varios precedentes en el ¨¢mbito internacional. El antecesor de Barack Obama, el presidente de EE UU, George W. Bush, sufri¨® en 2008 un intento de agresi¨®n en Irak por parte de un periodista, que arroj¨® un zapato al por entonces l¨ªder del Partido Republicano, que pudo esquivarlo. El autor del ataque, el periodista chi¨ª Mountazer al Zaidi, pas¨® nueve meses en la c¨¢rcel por la agresi¨®n, que acompa?¨® del grito ¡°?perro!¡±.

Con el mismo m¨¦todo, un activista kurdo intent¨® atacar al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mientras lanzaba consignas por un Kurdist¨¢n libre durante un homenaje en Sevilla el 22 de febrero de 2010. El zapato tampoco lleg¨® a impactar al l¨ªder musulm¨¢n, y choc¨® contra el veh¨ªculo oficial al que iba a subir antes de que su equipo de seguridad redujera al agresor. El atacante, Hokman Joma, pag¨® m¨¢s caro su intento de agresi¨®n: pas¨® 33 meses en la prisi¨®n de Sevilla I hasta ser liberado despu¨¦s de pedir un indulto en repetidas ocasiones.

Otras im¨¢genes que dieron la vuelta al mundo fueron las del ex primer ministro Silvio Berlusconi sangrando de nariz y boca tras recibir el impacto de un souvenir de la catedral de Mil¨¢n a la salida de un mitin en dicha ciudad italiana en 2009. El atacante, Massimo Tartaglia, sufr¨ªa problemas mentales y fue arrestado inmediatamente por la polic¨ªa.?

En Espa?a, el atentado de ETA contra Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 1995 fue el momento de mayor peligro para la vida de un presidente de Gobierno desde el fin del franquismo.?El l¨ªder del PP se salv¨® por llevar coche blindado y porque los etarras actuaron con precipitaci¨®n. La agresi¨®n a un pol¨ªtico que alcanz¨® mayor relevancia medi¨¢tica se produjo en 1989, cuando el empresario Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos abofete¨® al que fuera ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Miguel Boyer, al grito de "que te pego, leche, que te pego". Tras el incidente, acompa?antes de Ruiz-Mateos arrojaron monedas a Boyer, cuando bajaba las escaleras, camino de la calle, mientras le gritaban: "Para el chal¨¦".

Ya en el siglo XXI, en 2003, el que fuera secretario general del sindicato Comisiones Obreras, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo, abandon¨® sangrando de la cabeza la manifestaci¨®n convocada por el D¨ªa del Trabajo el 1 de mayo tras ser agredido con el palo de una pancarta por un extrabajador de Sintel. En 2005, Rafael Hernando, hoy portavoz del PP, pero entonces diputado, intent¨® arremeter contra el socialista Alfredo P¨¦rez-Rubalcaba al acabar una tensa sesi¨®n de la diputaci¨®n permanente del Congreso sobre un incendio en Guadalajara que cost¨® la vida a 11 personas. El secretario general del PP, ?ngel Acebes, y el portavoz de su Grupo, Eduardo Zaplana, tuvieron que sujetar a su compa?ero de partido. Ese mismo a?o, el socialista Jos¨¦ Bono, en el cargo de ministro de Defensa, fue insultado al grito de "asesino, pelota, demagogo, ap¨®stata y mentiroso" durante una manifestaci¨®n organizada por la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo. Seg¨²n los testigos de la agresi¨®n, varias personas le propinaron empujones y pu?etazos hasta que sus guardaespaldas, la polic¨ªa y miembros de la organizaci¨®n lograron sacarlo de la multitud.

M¨¢s recientemente, en octubre de 2011, la entonces presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, tambi¨¦n vivi¨® un episodio desagradable cuando miembros de Mugitu, un colectivo de oposici¨®n a la obra del Tren de Alta Velocidad (TAV) en Navarra le lanzaron dos tartazos cuando se encontraba en Toulouse participando en un Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP). Los autores fueron condenados a dos a?os de c¨¢rcel y pagaron 14.400 euros para eludir ingresar en prisi¨®n. Para cubrir su pago abrieron una cuestaci¨®n popular entre los socios del colectivo.

El ¨²ltimo ataque contra un representante de un partido pol¨ªtico se produjo en agosto de este a?o contra la presidenta de Vox en Cuenca, Inmaculada Sequ¨ª, de 18 a?os, que fue hospitalizada tras quedar inconsciente al ser agredida por dos hombres y una mujer al grito de "fascista". Entre otras lesiones, le partieron el labio y tuvo contusiones en el p¨®mulo.