Los expertos creen que el tibur¨®n confundi¨® a la ba?ista con un pez

Fernando Fr¨ªas Reis es el presidente de la organizaci¨®n Alianza por los Tiburones de Canarias. Tambi¨¦n practica el submarinismo y en sus m¨¢s de 150 inmersiones en aguas de las islas nunca se ha topado con un tibur¨®n sedoso como el que mordi¨® a una ba?ista la semana pasada en Gran Canaria. "Y en las pr¨®ximas 1.500 inmersiones tampoco me encontrar¨¦ con uno salvo que lo busque", a?ade.

Fr¨ªas, tras conocer el percance de la ba?ista, entr¨® en contacto con ella. Y tras analizar la mordedura y el relato de la mujer, concluye que se trata de un ejemplar de sedoso de entre 1,80 y dos metros de largo, "aunque el cuerpo no llegar¨¢ al metro y medio". Fr¨ªas tambi¨¦n ha contactado con varios expertos de la Universidad de Miami, que le han confirmado que se trataba de esta especie.

Rechaza que se utilice la palabra "ataque". "No es un ataque; los tiburones atacan a sus presas y no a las personas". En su opini¨®n, el escualo debi¨® confundir el brazo de la nadadora con alg¨²n pez e intent¨® capturarlo. "Al tibur¨®n no le gusta el sabor de la carne humana", apunta. El sedoso se suele alimentar de peces medianos o de presas m¨¢s grandes, pero enfermas. "Es un oportunista", dice Fr¨ªas.

Pero, ?qu¨¦ hac¨ªa este escualo a solo 20 metros de la playa? "No es normal que se acerquen tanto a tierra", sostiene Pascual Calabuig, director del centro de recuperaci¨®n de fauna silvestre del Cabildo de Gran Canaria. Calabuig apunta a la presencia en las inmediaciones de varias jaulas de piscifactor¨ªa, que pueden atraer a estos depredadores oportunistas.

"Las jaulas de piscifactor¨ªa son polos de atracci¨®n de muchos peces, de rayas, mantelinas, tiburones y aves", explica Ricardo Aguilar, director de Investigaci¨®n de la organizaci¨®n Oceana en Europa. "Es un lugar de concentraci¨®n, pero lo extra?o es que se produzca un ataque a una persona", a?ade. "La jaulas llevan m¨¢s de diez a?os aqu¨ª y es la primera vez que hay una mordedura", sostiene Fr¨ªas.

Todos los expertos consultados coinciden en lo inusual de la mordedura. "Es la primera vez que ocurre; es la excepci¨®n que confirma la regla. La regla es que en Canarias los tiburones no se acercan a la playa y no muerden", afirma Calabuig.

Pero eso no significa que en las aguas de las islas, con una rica biodiversidad, no existan animales de este tipo. "Hay muchos tiburones, pero en alta mar. Yo lo he visto cuando rescatamos el cad¨¢ver de alg¨²n cet¨¢ceo", indica el director del centro de recuperaci¨®n de fauna de Gran Canaria.

"En Canarias se ha detectado la presencia de 86 especies de tibur¨®n y rayas, que son las primas del tibur¨®n", apunta Fr¨ªas. "La mayor parte viven en grandes profundidades y no llegan al metro de longitud", explica el responsable de la organizaci¨®n Alianza por los Tiburones de Canarias.?

Fr¨ªas cree que en el encontronazo tambi¨¦n influyeron las condiciones de la mar. "Hab¨ªa viento del sur, calima, y el oleaje era sur norte", afirma. "Todo estaba al rev¨¦s", sostiene para explicar la cercan¨ªa del ejemplar a la playa.

"Esto servir¨¢ para que dentro de 100 a?os si vuelve a suceder algo parecido se pueda tirar de hemeroteca y decir: ya ocurri¨® una vez", concluye Calabuig.?????