¡°Es doloroso que en Catalu?a no se cumplan las sentencias¡±
El hasta julio n¨²mero 1 de la Sala de los Contencioso del Supremo arremete contra la forma de elecci¨®n de los miembros del Poder Judicial y no acierta a entender su relevo
Jos¨¦ Manuel Sieira, de 68 a?os, llega a la entrevista con EL PA?S con el recuerdo de lo que sucedi¨® el pasado julio. Con preguntas en su mente que, indica, ¡°merecer¨ªan una explicaci¨®n¡±. Hasta julio fue el presidente de la todopoderosa Sala Tercera de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo, la que puede (y de hecho tumba) decretos del Gobierno. Y tambi¨¦n la que desde hace a?os ve con impotencia como sentencias que dicta sobre Catalu?a (en materia educativa, por ejemplo) muchas veces son incumplidas: ¡°Es francamente doloroso. Nos preocupa y claro que produce desencanto¡±.
Pregunta. ?No tiene medios el Supremo para hacer cumplir las sentencias?
Respuesta. Una vez que el Supremo dice esto es blanco y la Administraci¨®n sigue diciendo que es negro, estamos ante una resoluci¨®n manifiestamente contraria al ordenamiento jur¨ªdico. Quien tiene que hacer cumplir las sentencias es el Ejecutivo, que es el que tiene los medios.
Sieira fue abogado del Estado antes de llegar al Supremo. En 2010 accedi¨® a la presidencia de la Sala Tercera. La encontr¨® con un fort¨ªsimo atraso: m¨¢s de 11.000 recursos aletargados en sus estanter¨ªas y a cuatro a?os vista de ser resueltos. Recuerda que el exministro socialista de Justicia Francisco Caama?o puso dinero para agilizar las causas y que ¨¦l dise?¨® un plan de trabajo que solo tres a?os despu¨¦s redujo las esperas a entre 12 y 14 meses. Y, de camino, liber¨® varios miles de millones congelados por pleitos para las arcas p¨²blicas y el mercado. El exministro Alberto Ruiz-Gallard¨®n, del PP, retir¨® despu¨¦s el dinero del plan y la Sala vive ahora de la inercia de aquel esfuerzo. Pero est¨¢n llegando muchas y nuevas causas que, si no se pone remedio, amenazan con ¡°colapsar¡± la Sala. Por ejemplo, ya han entrado unos 800 recursos relacionados con el denominado c¨¦ntimo sanitario que anul¨® Bruselas. Y se esperan varios miles m¨¢s.
Sieira ama su trabajo, pero est¨¢ molesto con lo sucedi¨® en julio, cuando el Consejo del Poder Judicial decidi¨® sustituirle por Luis Mar¨ªa D¨ªez-Picazo, un hombre de la cuerda del presidente del Supremo y del Consejo del Poder Judicial Carlos Lesmes. No acierta a entender las razones. ¡°Me hubiera gustado que me lo hubieran explicado¡±, indica.
En fuentes jur¨ªdicas se atisba como una de las causas el que Sieira fuese presidente de la Sala cuando esta, por mayor¨ªa, anul¨® el indult¨® que dio el Gobierno a un kamikaze de Alicante. Lesmes, propuesto por Ruiz-Gallard¨®n para ocupar el primer sill¨®n de la justicia, elabor¨® entonces una ponencia a favor de ese indulto, solicitado por un bufete en el que trabajaba un hijo del exministro. La Sala que analiza los recursos sobre las decisiones Consejo es la Tercera, en la que Sieira contin¨²a como magistrado.
P. Muchas veces trascienden los nombres de los jueces que van a ser ascendidos antes incluso de que los aspirantes realicen la preceptiva entrevista, una especie de examen que impuso el anterior Consejo.
R. Me parecen bien las entrevistas, los v¨ªdeos est¨¢n en internet, pero no valen para nada... Eso, y c¨®mo se hacen los nombramientos de los vocales, provoca desconfianza ciudadana en la justicia.
Ruiz-Gallard¨®n modific¨® la norma por el que se rige el actual Consejo del Poder Judicial y otorg¨® un poder enorme al presidente (ahora Lesmes), quien tambi¨¦n lo es del Tribunal Supremo. Las vocales progresistas del Poder Judicial no dan cr¨¦dito (y han presentado recursos) a lo que est¨¢ pasando con la nueva normativa del Consejo, que Lesmes (todos dicen que particip¨® en su elaboraci¨®n) aplica con rigor y que relega a un papel secundario a dos tercios de los vocales.
La ley permite que, por ejemplo, las denuncias contra jueces ni siquiera lleguen a la comisi¨®n disciplinaria si el llamado promotor disciplinario la archiva. Lesmes y sus colegas vocales conservadores suman mayor¨ªa de votos en el pleno, y tambi¨¦n en la elitista y deseada Comisi¨®n Permanente. Estar en ella es cobrar unos 6.000 euros netos y disponer de coche oficial. Es ah¨ª donde se acumula el verdadero poder en materia de nombramientos y disciplina de los jueces. ¡°Las cosas no han cambiado desgraciadamente mucho en el Consejo. Antes hab¨ªa un grupo conservador y otro progresista y negociaban entre ellos. Ahora se negocia m¨¢s dentro de la Permanente, donde hay una mayor¨ªa clara del sector conservador, que indica a su grupo af¨ªn en el pleno lo que hay que votar¡±.
No comparte Sieira el actual sistema de nombramientos. Cree que al Consejo deben de ir personas con ¡°el m¨¢ximo prestigio y auctoritas¡± en la carrera y que no se deben poner ¡°a un coronel a mandar generales, no es razonable¡±, matiza. En este aspecto no se refiere a Lesmes.
Los vocales los eligen las Cortes y suelen reproducir las cuotas de poder de los partidos en ambas C¨¢maras. ¡°La primera perversi¨®n del sistema fue cuando se computaron los 15 a?os de jurista a una persona a la que hubo que sumar los cinco a?os de carrera¡±. Prefiere no dar el nombre de esa persona.
P. En el Consejo molesta que la Sala Tercera revoque muchas decisiones suyas y se la tilda de corporativista por anular muchas sanciones disciplinarias.
R. La Sala hace lo que tiene que hacer. Anula decretos del Gobierno y nadie se rasga las vestiduras, pero si lo hace con un acuerdo del Consejo parece que es un drama. Eso a veces genera rencillas. La Sala Tercera controla a todos los ¨®rganos del Estado, y el Consejo es uno m¨¢s. Adem¨¢s, tambi¨¦n est¨¢ sujeto al principio de legalidad, y tiene seis meses para resolver los expedientes disciplinarios. Si se pasa el plazo, se pasa. La Sala no tiene culpa de que haya prescrito.
P. Vocales del Consejo han puesto un recurso ante la negativa de Lesmes a renovar cada a?o a los miembros de la Comisi¨®n Permanente
R. La Permanente la vota el pleno, donde tiene mayor¨ªa un sector [el conservado]. El recurso est¨¢ pendiente y no puedo hablar sobre ese tema.
Sieira sostiene que, para garantizar la independencia judicial (y no ya en materia jurisdiccional, que los jueces la tienen) hay que dar autonom¨ªa econ¨®mica al Poder Judicial, que son los tribunales. ¡°El Poder Judicial deber¨ªa tener su propia partida presupuestaria y que se rindiesen cuentas ante el Parlamento. No habr¨ªa ning¨²n problema en hacerlo¡±.
Otra cuesti¨®n que piensa afecta a la independencia es la actual subordinaci¨®n de los secretarios judiciales (ahora letrados de la Administraci¨®n de justicia) al Ministerio. ¡°La carrera profesional de los secretarios depende del Ministerio. En lo contencioso el Gobierno es parte en los procesos. Y nos encontramos con que una de las partes es la que controla los medios materiales y personales de quien tiene que decidir: eso es una aberraci¨®n¡±, indica.
P. La gente se queja de que la justicia es muy lenta
R. La soluci¨®n no es crear juzgados y m¨¢s juzgados. Los jueces no se improvisan. A veces se crean juzgados sin tener jueces o funcionarios adecuados y hay que nombrar interinos. Yo he tenido en el Supremo una peluquera como interina¡ Eso no puede ser. La soluci¨®n no es incrementar los juzgados, sino implementar un cambio en la organizaci¨®n y modelo de trabajo, al modo de los que hicimos en la Sala Tercera para reducir los atrasos.
P. Aparte del c¨¦ntimo sanitario, qu¨¦ otros temas importantes est¨¢n pendientes en la Sala
R. El tema de las el¨¦ctricas, los cambios normativos habidos en la financiaci¨®n de las fotovoltaicas con subvenciones a empresas de energ¨ªa solar... Otro tema importante es el plan de urbanismo de Marbella de la ¨¦poca de Jes¨²s Gil. El Ayuntamiento ha aprobado un plan que trata de legalizar lo que hay. Pero su idea es que los particulares, due?os de viviendas y edificios, paguen por los gastos de urbanizaci¨®n, a lo que ellos se oponen. Es un tema muy importante: o se legaliza o se cae todo.
P. El Tribunal de Cuentas est¨¢ plagado de familiares. ?Existe corrupci¨®n administrativa?
R. No. Hay asuntos puntuales. Acabamos de anular el nombramiento de un familiar de un cargo del Tribunal de Cuentas.
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