Patrullas, palizas y un secuestro entre aceitunas
La tensi¨®n se dispara en Badajoz donde los agricultores se organizan para vigilar sus cultivos
El fuerte olor a fermentaci¨®n y los gritos compiten para dominar el ambiente de la cooperativa agr¨ªcola San Isidro. ¡°?Que eso es nuestro! ?Lo hemos pagado!¡±, exclama una mujer retenida ante un Ford embarrado. Junto a otras tres personas, gesticula aparatosamente ante los guardias rurales que los han cazado, supuestamente, robando aceitunas en mitad del campo. Les han obligado a venir hasta aqu¨ª para descargar la mercanc¨ªa. Y les han quitado el instrumental usado para recogerla. ¡°Eso les jode. Cada rodillo vale unos 170 euros. Por eso se ponen as¨ª. Encima de que no consiguen llevarse nada, se los incautan¡±, dice Valent¨ªn, que observa la escena con una veintena de agricultores. De momento, mantienen la calma entre insultos cruzados.
Pero la tensi¨®n sobrevuela Navalvillar de Pela (Badajoz), este pueblo de 4.500 habitantes rodeado por unas 5.000 hect¨¢reas de olivos, donde los vecinos se han organizado por primera vez para patrullar d¨ªa y noche sus cultivos. Llevan m¨¢s de 60 jornadas as¨ª porque grupos itinerantes de ladrones saquean sus cosechas. Las asociaciones agr¨ªcolas ampl¨ªan a toda la comunidad aut¨®noma. ¡°Llevamos a?os sufriendo los robos. Pero esta campa?a de aceituna ha sido muy buena ¡ªcon m¨¢s olivas, se ha alargado la recogida¡ª y los hurtos han aumentado¡±, relata Juan Metidieri, presidente del colectivo Apag-Extremadura-Asaja, que habla de toneladas perdidas a diario. Hasta el presidente extreme?o, Guillermo Fern¨¢ndez Vara (PSOE), ha mostrado su preocupaci¨®n y comparte que se refuerce la vigilancia en el campo para evitar ¡°que la gente se sienta desamparada¡±.
Y los ¨¢nimos se han caldeado en el campo. En Navalvillar, los enfrentamientos entre ladrones y agricultores han subido de tono en estas semanas: lunas rotas, golpes y persecuciones por la carretera. Hace 10 d¨ªas, por ejemplo, despu¨¦s de pillar in fraganti a otro grupo, los condujeron hasta la cooperativa para recuperar la mercanc¨ªa. ¡°Empez¨® a acumularse gente y se encendi¨® el ambiente. Los ladrones subieron al coche y salieron a toda velocidad, atropellando a gente. Pudo ocurrir una tragedia¡±, narra Metidieri.
Grupos itinerantes de delincuentes saquean los olivos en plena campa?a
La Delegaci¨®n del Gobierno asegura que los robos en el campo se redujeron un 20% en 2015 respecto al a?o anterior: entre enero y septiembre se registraron 1.012 sustracciones en explotaciones agr¨ªcolas y ganaderas de la regi¨®n. En el mismo periodo de 2014, estas ascend¨ªan hasta las 1.266. Eso s¨ª, pese a esta ¨²ltima ca¨ªda, el alza es evidente: en 2011 se contabilizaron 925; en 2012, 1.156; y en 2013 sumaron 1.242.
Este tipo de robos, adem¨¢s, se extienden por toda la pen¨ªnsula, aunque las zonas var¨ªan en funci¨®n de la campa?a. En Andaluc¨ªa, la comunidad donde m¨¢s casos se contabilizan, los agricultores tambi¨¦n han constatado un repunte en los dos ¨²ltimos meses. Y antes, en octubre, se sucedieron las detenciones en Arag¨®n por el robo de almendras; y en la Comunidad Valenciana, en primavera, por la desaparici¨®n de miles de kilos de naranja. Seg¨²n los datos de Interior, este tipo de sustracciones se redujeron un 12% en 2014: se registraron 24.078 casos en todo el pa¨ªs, frente a 21.153 de 2013.
¡°La situaci¨®n va a estallar¡±, pronostica Antonio Masa, presidente de la plataforma contra el robo de aceitunas en Navalvillar. ¡°La Guardia Civil los detiene, les quita la mercanc¨ªa y despu¨¦s los sueltan. No les hacen nada m¨¢s¡±, afirman ¡°impotentes¡± David y Francisco, agricultores de 35 y 32 a?os, mientras recorren con su coche los caminos rurales del municipio. Escudri?an cada terreno en busca de sospechosos. Como muchos del pueblo, rechazan que se revelen m¨¢s datos de ellos por temor a posibles represalias. Es lo que ocurri¨® en La Nava de Santiago (Badajoz), de 1.000 habitantes.
¡°Vinieron a matarme¡±
La vieja furgoneta gris se le cruz¨® en mitad de la carretera a las seis menos cuarto de la tarde del 7 de enero. ¡°Era jueves¡±, recuerda Pedro (nombre ficticio), que no olvida c¨®mo salieron del veh¨ªculo ¡°unas 10 personas¡±, le golpearon ¡°con palos¡± en la cabeza y le metieron a la fuerza en el autom¨®vil. ¡°No s¨¦ ad¨®nde me llevaban. Pero vinieron con la idea de matarme¡±, sentencia este jornalero de 51 a?os dedicado en las ¨²ltimas semanas a vigilar los olivares del pueblo.
"La situaci¨®n va a estallar", advierten los vecinos de los pueblos afectados
Tras meterlo en la furgoneta, los asaltantes se lanzaron a la carretera. En ese momento, otro coche se atraves¨®. Varios vecinos, que hab¨ªan echado en falta a Pedro, sospecharon del veh¨ªculo. Empez¨® una pelea. Los agresores se enzarzaron a golpes con dos agricultores, a los que robaron una escopeta. Y Pedro escap¨® entre la confusi¨®n. Finalmente, los atacantes huyeron del lugar. La Guardia Civil ha anunciado ya la detenci¨®n de dos de ellos, de 28 y 31 a?os.
¡°En mayo de 2013, ante el repunte de delitos en estas fincas, el Gobierno puso en marcha los equipos ROCA [acr¨®nimo de robos en el campo] de la Guardia Civil¡±, dice Interior. Una medida insuficiente, seg¨²n los agricultores, que se reunieron hace 10 d¨ªas con el Ejecutivo aut¨®nomo y la Delegaci¨®n de Gobierno. Pidieron m¨¢s agentes y el cierre de los puestos donde se vende lo robado. ¡°Tambi¨¦n hay particulares que compran las aceitunas a un precio baj¨ªsimo y las entregan como si fueran suyas a precio de mercado¡±, relata Valent¨ªn, que participa en las patrullas de Navalvillar. La creaci¨®n de estos grupos tambi¨¦n se plante¨® en La Nava tras la agresi¨®n a Pedro. ¡°Ped¨ª a los vecinos que no lo hicieran, la cosa estaba muy caldeada¡±, comenta el alcalde, Emiliano Cort¨¦s. Habla de impotencia y miedo.
Pedro, por ejemplo, que apenas dos horas antes del incidente hab¨ªa expulsado de las fincas a un grupo de ladrones, a¨²n no duerme tranquilo. Le rompieron la nariz y sufri¨® un derrame en un o¨ªdo. ¡°Me puse en lo peor cuando me metieron en la furgoneta. Si solo hubieran querido darme una paliza, me habr¨ªan dejado all¨ª mismo. Pero ?ad¨®nde me llevaban? ?Quer¨ªan matarme y dejarme tirado en una cuneta?¡±.
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