Insolencia
El autor compara la pol¨ªtica de gestos de Pablo Iglesias con la Donald Trump y Beppe Grillo y considera que le hace perder credibilidad
La gesti¨®n de la visibilidad que escenifica Podemos est¨¢ consiguiendo llamar la atenci¨®n de propios y extra?os. Y no me refiero a sus mascaradas de ostentaci¨®n de marca (la coleta de Iglesias, el beb¨¦ de Bescansa, las rastas de Rodr¨ªguez...) sino a sus performances, entre las que destaca como presunto tour de force su insolente parodia del 22 de enero, cuando aprovech¨® la reuni¨®n de S¨¢nchez con el Rey para proponer su investidura al alim¨®n como copresidentes del gobierno. No ofende quien quiere sino quien puede, pero a Iglesias deben atribuirle mucho poder, pues algunos socialistas se hicieron los ofendidos. Hasta el punto de que decidieron castigar a Podemos conden¨¢ndole al gallinero del Congreso, en un patente ajuste de cuentas que no demuestra tanto af¨¢n de venganza como ganas de censurar al rival alej¨¢ndole del foco medi¨¢tico. ?Qui¨¦n teme al lobo feroz?
Y no se trata s¨®lo de los atemorizados socialistas, pues muchos otros observadores parecen pensar lo mismo. Tras criticar los montajes de Podemos, a?aden a rengl¨®n seguido lo eficaz que les parece su habilidad en el manejo de la comunicaci¨®n pol¨ªtica. Pero no saben lo que dicen, pues okupar los titulares con golpes de efecto no sirve para ganar credibilidad. Lo de Iglesias no es comunicar sino montar espect¨¢culos para copar las portadas y sorprender al p¨²blico, tal como hace Donald Trump en EE UU. Por eso, afirmar que Iglesias y compa?¨ªa son eficaces profesionales de la comunicaci¨®n es como decir que P.J. Ram¨ªrez era buen profesional del periodismo porque vendi¨® muchos peri¨®dicos con la supercher¨ªa conspiranoica del 11M. Aunque en realidad Iglesias no se parece a Trump o Pedro Jota sino a M¨¢s 'el Astuto': otro vendedor de crecepelo que no dud¨® en protagonizar toda clase de montajes teatrales para hacer creer a sus followers que les conduc¨ªa a la tierra prometida. Y si de Mas no pensamos que fuera un gur¨² de la comunicaci¨®n, ?por qu¨¦ habr¨ªamos de creerlo de Iglesias?
Podemos naci¨® con una estrategia comunicativa que, para disimular su pasado bolivariano, pretendi¨® emular dos modelos antit¨¦ticos: de un lado el buenismo de Obama, con su gratificante ciudadanismo new age destinado a seducir a los indies de clase media; y del otro la nihilista iconoclastia de Beppe Grillo, el gur¨² del antipol¨ªtico Movimiento 5 Estrellas, cuyas provocadoras insolencias contra la casta pretend¨ªan despertar el radicalismo del precariado urbano. Y en un principio, aquel c¨®ctel le funcion¨® con ¨¦xito a Podemos, pues sus dos almas parec¨ªan complementarse bien entre s¨ª. Pero la necesidad de buscarse aliados en el radicalismo secesionista le ha desnaturalizado el invento. Hoy Iglesias se parece cada vez menos a Obama y cada vez m¨¢s al buf¨®n Beppe Grillo: id¨¦ntica insolencia, creciente nihilismo. Es posible que de este modo logre mantener una ef¨ªmera atenci¨®n medi¨¢tica a fuerza de golpes de efecto. Pero parece claro que tambi¨¦n ir¨¢ perdiendo su inicial credibilidad. Es otra forma de morir de ¨¦xito.
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