Si Lorca, Benavente, Valle y otros levantaran su cachiporra
Los t¨ªteres de cachiporra es un g¨¦nero de este teatro popular, que si bien no se puede clasificar de infantil, siempre ha sido visto por ni?os
![El ahorcado Jack Ketch, de los títeres británicos Punch y Judy.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6VSAKZ6F323VV7J5RKMRSJFOUA.jpg?auth=5d9a8c2acaf26a9a41efe1245cda93d5ff0668803d6df84cec6d8fba268fb2a7&width=414)
Los t¨ªteres de cachiporra no s¨®lo es un t¨ªtulo que eligi¨® Garc¨ªa Lorca para uno de los textos que escribi¨® con el fin de que fuera representado por marionetas, concretamente las llamadas ¡°t¨ªtere de guante¡±. Los t¨ªteres de cachiporra tambi¨¦n es un g¨¦nero de este teatro popular, que si bien no se puede clasificar de infantil, siempre ha sido visto por ni?os, ya que en su misma esencia lleva el que se represente en plazas p¨²blicas, espacios abiertos y parques, como el de El Retiro, donde se lleg¨® a construir durante el franquismo un espacio para divulgar este tipo de teatro.
Un teatro que se desarrolla en la pr¨¢ctica totalidad de los pa¨ªses europeos, donde tienen en com¨²n el humor salvaje, el tomar la justicia por la mano, el arrearse mamporros a mansalva, el que las mujeres son reiteradamente maltratadas no solo por maridos abyectos, en el que hay polic¨ªas corruptos, empresarios canallas, cr¨ªmenes horrorosos, donde los asesinados se convierten en salchichas que luego se comen¡
En Espa?a se conoce este teatro como ¡°t¨ªteres de cachiporra¡± (el mu?eco siempre la lleva encima para atizar con ella a todos los personajes); en Inglaterra por los muy macabros Punch and Judy (una reina de ese pa¨ªs confes¨® a Charles Dickens que como le quitaran estos t¨ªteres sal¨ªa a protestar a la calle); en Francia como gui?ol (que por cierto nace para defender a los obreros en huelga) y tambi¨¦n como Polichenelle, con su antecedente en el Polichinella italiano que emergi¨® de la Commedia dell¡¯arte.
Lorca y muchos escritores de su ¨¦poca conoc¨ªan muy bien la tradici¨®n. De hecho, el poeta granadino contaba en su texto para t¨ªteres c¨®mo su Don Crist¨®bal, un viejo gordote, rijoso y ricacho iba detr¨¢s de Rosita, casi una ni?a, a la que su padre quer¨ªa casar con el de la cachiporra para sacarle los cuartos. Para convencer a Cristobita le gritaba: ¡°Rosita tiene dos tetitas como dos naranjitas, un culito como un quesito y una urraquita que le canta y le grita¡±. Entre las obras de Valle-Incl¨¢n para t¨ªteres est¨¢ Los cuernos de Don Friolera, donde el protagonista mata a su mujer brutalmente porque yac¨ªa con otro. Benavente represent¨® en 1912, en el palacio de los pr¨ªncipes de P¨ªo de Saboya, Los cr¨ªmenes de Juan Pantera. Y tambi¨¦n pas¨® por los cruentos t¨ªteres la escritura del mism¨ªsimo Blanco Amor.
Parece ser que los titiriteros granadinos se inspiran m¨¢s en la tradici¨®n inglesa donde se cuelga de la horca al representante de la ley. Rod Burnett, considerado el mejor mantenedor de la tradici¨®n brit¨¢nica de Punch and Judy, con mucho prestigio entre los titiriteros espa?oles ¡ªvisita con cierta frecuencia nuestro pa¨ªs¡ª, antes de empezar la funci¨®n sale diciendo en su espa?ol silabeado y con fuerte acento brit¨¢nico: ¡°Este espect¨¢culo no le gusta nada a los pap¨¢s, pero s¨ª y mucho a los ni?os¡±. Claro que hay que decir que Punch mata a su mujer, a sus hijos, luego les hace butifarras que son degustadas¡ Pero Burnett al final aclara: ¡°No son m¨¢s que mu?ecos, mirad, mirad¡¡± y ense?a los cuerpos de los t¨ªteres.
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