Familiares, amigos y conocidos
Hay una vieja tradici¨®n de legitimaci¨®n familiar del mando y un sello tradicionalista
¡°Nos han echado de casa¡±. Lo dijo Marta Ferrusola, cuando Maragall fue elegido presidente de la Generalitat y su marido, Jordi Pujol, tuvo que abandonar el palacio. Una idea patrimonial del poder muy extendida en Espa?a y que est¨¢ en el trasfondo de muchos de los casos de corrupci¨®n. El inicio del juicio por el caso N¨®os ha coincidido con la declaraci¨®n ante la Audiencia Nacional de Jordi Pujol y su esposa. Dos ejemplos representativos de una manera de entender el poder por parte de ciertas ¨¦lites. Dos casos de gran relevancia p¨²blica: el primero fue factor determinante de la abdicaci¨®n del rey Juan Carlos, y el segundo se ha llevado por delante la reputaci¨®n del carism¨¢tico presidente Pujol, que rein¨® durante 23 a?os a su antojo, con las autoridades espa?olas mirando a otra parte, porque le ve¨ªan como el mejor freno a las veleidades soberanistas.
Reflejan estos casos una idea org¨¢nica del poder, impregnada de razones naturalistas, que justifican cualquier abuso por intereses superiores, de la tierra, de la historia o de la saga. Y una concepci¨®n aristocr¨¢tica de la vida, que da impunidad en funci¨®n de la posici¨®n que se ocupa. Las instituciones son nuestras y hacemos lo que queremos con ellas.
Seguro que hay incrustaciones franquistas en esta concepci¨®n de la pol¨ªtica, pero tambi¨¦n hay una vieja tradici¨®n de legitimaci¨®n familiar del mando (que la monarqu¨ªa lleva en su propia esencia) y un sello tradicionalista que acompa?a a los nacionalismos conservadores y sus lazos de sangre. A lo que hay que sumar un pa¨ªs en que los privilegios de clase y de familia van siempre asociados. Y unos gestores del Estado que acaban creyendo en su omnipotencia e impunidad (Rodrigo Rato es un icono de esta desmesura). Todo ello genera una trama de complicidades que impregna al conjunto de la sociedad, de modo que siempre se repite la misma canci¨®n: todo el mundo lo sab¨ªa. Y nadie lo denunci¨®.
Corruptos y corruptores viven arriba, abusando de una Administraci¨®n que en su parte funcionarial es generalmente sana. En Espa?a es raro que un ciudadano en su relaci¨®n usual con los funcionarios se encuentre con chantajes, mordidas y otros abusos. Es en la franja alta donde ocurre todo. Donde habitan los que creen ¡ªcorruptores y corruptos¡ª que todo les est¨¢ permitido porque el pa¨ªs es suyo y s¨®lo ellos pueden asegurar su bien. As¨ª lo crey¨® la familia Pujol respecto de Catalunya.
Pasar esta p¨¢gina requerir¨¢ que se vayan algunos m¨¢s: aquellos que pudieron evitar estos desmanes y no lo hicieron. Rajoy, que hab¨ªa dicho que no dejar¨ªa pasar una m¨¢s, acaba de garantizar el aforamiento a Rita Barber¨¢. No enfadar a los amigos y conocidos que saben demasiado.
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