Rita Barber¨¢, la reina de los mercados

La exalcaldesa de Valencia ha gozado como nadie de una popularidad sin l¨ªmites. Su discurso populista la mantuvo en el poder 24 a?os. Era la alegre vecina, la Rita cercana, la reina de los mercados. Era la que re¨ªa a carcajadas, junto a Fernando Alonso, a bordo del Ferrari descapotable conducido por el expresidente del Gobierno valenciano, Francisco Camps. Era la matrona, un alter ego de la Virgen de los Desamparados (la patrona de Valencia), se?ala su bi¨®grafo, no autorizado, el economista Josep Sorribes.

Pero el encanto, si es que alguna vez existi¨®, se ha roto. Y la disc¨ªpula de Fraga, asiste, con 67 a?os, incr¨¦dula, al final de una carrera pol¨ªtica, que se niega a abandonar, parapetada, con la ayuda de su partido ¡ªtiene el carn¨¦ n¨²mero tres del PP¡ª en el Senado. Casi todo su equipo actual, al que abandon¨® para instalarse en la C¨¢mara alta, y parte del anterior (en total 18 personas) ha sido imputado en Operaci¨®n Taula. Una trama dedicada, presuntamente, al cobro de comisiones, financiaci¨®n y blanqueo del Partido Popular. Rita, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, no ha sido llamada a declarar como imputada porque es aforada, y debe ser el Tribunal Supremo quien act¨²e contra ella.

La eterna aspirante a presidir la Generalitat valenciana, la que fuera musa del humor durante su juventud, la que consigui¨® desbancar a los socialistas tras un pacto con los regionalistas de Uni¨®n Valenciana ¡ªsin obtener la mayor¨ªa necesaria y con el caso Naseiro todav¨ªa fresco¡ª, no quiere dar cr¨¦dito a lo que est¨¢ pasando.

Barber¨¢ tampoco acept¨® perder la vara de alcaldesa, y menos todav¨ªa que esta fuera a parar a Joan Rib¨®, de Comprom¨ªs, al que despreci¨® ausent¨¢ndose de su toma de posesi¨®n. Rib¨® decidi¨® guardar la vara en un armario, porque dijo que simbolizaba una manera autoritaria de gobernar que no compart¨ªa, y abri¨® las puertas del Consistorio de par en par, para alegr¨ªa de ciudadanos y turistas.

La disc¨ªpula de Fraga, asiste, con 67 a?os, incr¨¦dula, al final de una carrera pol¨ªtica, que se niega a abandonar

Comprom¨ªs es la segunda fuerza pol¨ªtica en la ciudad de Valencia. En las elecciones del pasado mayo obtuvo 9 concejales frente a los 10 del PP y gan¨® en numerosos barrios conservadores, algo que Barber¨¢ sigue sin superar. Los resultados de las elecciones generales de diciembre confirmaron el descenso del PP en la ciudad y la victoria de la coalici¨®n formada por Comprom¨ªs y Podemos.

Y dieron la puntilla definitiva al quehacer de Rita Barber¨¢ en Valencia, que pidi¨® a su amigo y presidente del partido, Mariano Rajoy, que la ubicara en el Senado junto a su otrora enemigo, el expresidente Alberto Fabra, que ya le ha advertido de que tiene los d¨ªas contados. Justo hasta que se produzca el suplicatorio del Tribunal Supremo.

Rita Barber¨¢ es la economista, la periodista, la amante de la ¨®pera, y de los bolsos de Louis Vuitton, modelos de la firma de lujo que ?lvaro P¨¦rez, el Bigotes, responsable en Valencia de la trama G¨¹rtel, dijo haberle regalado. Ella nunca lo desminti¨®. En esa etapa, su pupilo Camps estaba a punto de ser juzgado por el caso de los trajes, que se sald¨® con una sentencia absolutoria. Aunque dos altos cargos de su Gobierno, uno de ellos el vicepresidente V¨ªctor Campos, se declararon culpables y fueron condenados. Son muchos los que aseguran que, a partir de esa fecha, la populista Barber¨¢ se convirti¨® en una persona soberbia y poco accesible que no soportaba las cr¨ªticas. Sin embargo, tambien son muchos los colaboradores de la pol¨ªtica que se?alan que sigue siendo la misma de siempre. La Rita que veranea en X¨¤bia, la cari?osa, la espont¨¢nea, la Rita que juega al domin¨®.

Lo cierto es que Barber¨¢ convirti¨® el Ayuntamiento de Valencia en su casa. Meti¨® su coche en el garaje, donde ha permanecido sin salir 23 a?os, y se rode¨® de familiares y fieles vasallos, que ante los numerosos casos de corrupci¨®n que acechan a la que fuera primera autoridad municipal echan balones fuera y aseguran que ¡°la jefa¡± estaba al tanto de todo lo que ocurr¨ªa en el interior del Consistorio.

Barber¨¢ convirti¨® el Ayuntamiento de Valencia en su casa, y se rode¨® de familiares y fieles vasallos

Este es el caso del que era su mano derecha, el vicealcalde Alfonso Grau, imputado en el caso N¨®os, y de su esposa, amiga de la exalcaldesa, la exedil Mar¨ªa Jos¨¦ Alc¨®n, una de las primeras detenidas de la Operaci¨®n Taula. El matrimonio lo ha dejado claro: Barber¨¢, que siempre presum¨ªa de equipo, les ha dejado en la estacada; era ella la responsable de tomar las decisiones. Barber¨¢ insiste en que no. Y se niega a dar m¨¢s explicaciones, a pesar de que todos en su partido as¨ª se lo han pedido.

Pero esta vez Rita no tiene un as en la manga. Ya no es la en¨¦rgica mujerona vestida de rojo que en 1995, cuando logr¨® su primera mayor¨ªa absoluta, dec¨ªa con desparpajo y sin inmutarse que Valencia ten¨ªa alma y casi todos la creyeron. ¡°Un alma fuerte, impregnada del significado de su propio nombre: valent¨ªa, valor, vigor, fortaleza, buen augurio; un alma que invita a la tolerancia forjada en la confluencia y la convivencia de los pueblos, religiones y culturas, un alma humanista que propici¨® el renacimiento del hombre: un alma libre que nace asomada a la mar y se proyecta sobre esa nuestra mar, eternamente abierta a la comunicaci¨®n y el intercambio¡±.

La dicharachera Barber¨¢, que disfrutaba agasajando a sus invitados en Fallas, no soport¨® las caceroladas bajo el balc¨®n que le exig¨ªan que acabara con la corrupci¨®n y le ped¨ªan transparencia. Apoy¨® hasta el final al exconsejero Rafael Blasco, condenado a seis a?os y medio de c¨¢rcel por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos. Y al expresidente de la Diputaci¨®n de Valencia, Alfonso Rus, imputado en la Operaci¨®n Taula y en libertad bajo fianza de dos millones de euros.

Su partido todav¨ªa la protege. Sin embargo, los ciudadanos de esa ¡°Valencia con alma¡±, los mismos que la apoyaron con sus votos durante a?os, ya la han sentenciado. La Rita cazadora de eventos, la iluminada, la hiperb¨®lica, la popular, la medi¨¢tica, la profunda. Ahora est¨¢n todas bajo la lupa de la justicia y de los ciudadanos.