Ese refer¨¦ndum no ocurrir¨¢

?Por qu¨¦ habr¨¢ elegido Pablo Iglesias el derecho a decidir y el emplazamiento a convocar un refer¨¦ndum sobre la independencia de Catalu?a como l¨ªnea de ruptura con el PSOE, sabiendo como sab¨ªa que Pedro S¨¢nchez no pod¨ªa asumirlo? El l¨ªder del PSOE ha mantenido abierta la puerta a Podemos para evitar ser acusado de la inevitable ruptura, pero en alg¨²n momento tendr¨¢ que decir ¡°hasta aqu¨ª hemos llegado¡±.

La provocaci¨®n de Iglesias puede tener que ver con la presi¨®n de sus socios catalanes, pero tambi¨¦n quiz¨¢s con el deslumbramiento que la autodeterminaci¨®n suele provocar en los pol¨ªticos que, proclam¨¢ndose no nacionalistas, act¨²an como si lo fueran cuando necesitan pactar con quienes lo son genuinamente. Ejemplo: Maragall. Su experiencia en el Tripartito certifica la vigencia de dos principios cl¨¢sicos del nacionalismo: que lo que en un momento dado es considerado satisfactorio por ese mundo deja de serlo en cuanto los partidos de ¨¢mbito estatal lo asumen como propio; y que cuando los no nacionalistas se acercan al programa de los nacionalistas, estos se sienten obligados a radicalizar sus posiciones.

Invocar el derecho de autodeterminaci¨®n ten¨ªa l¨®gica frente al franquismo, que negaba el autogobierno de las nacionalidades. Pero cuando ese autogobierno fue constitucionalizado y desplegado, dej¨® de tener sentido seguir reclam¨¢ndolo. Hoy supone un paso atr¨¢s respecto al modelo auton¨®mico o federal, capaces de satisfacer a muchos m¨¢s ciudadanos que la independencia.

Podemos se ha sumado, tom¨¢ndolo por un derecho incuestionable y ¨²nica soluci¨®n al bloqueo catal¨¢n. Se entiende que lo reclamen los independentistas pero no que lo asuma como eje central de su pol¨ªtica y condici¨®n para pactar con otras fuerzas una coalici¨®n que se dice contraria a la separaci¨®n. Sobre todo, porque una consulta binaria, s¨ª o no a la independencia, no recoge la pluralidad de la sociedad catalana; y porque esa pluralidad es contradictoria con el car¨¢cter irreversible de una votaci¨®n que abriera paso a la independencia.

El programa presentado el lunes por Pablo Iglesias plantea la inaplazable convocatoria, en la primera parte de la legislatura, de un refer¨¦ndum que permita a los catalanes ejercer su derecho a decidir sobre su futuro pol¨ªtico. La expresi¨®n es deliberadamente ambigua. No figura la palabra independencia pero s¨ª el t¨¦rmino refer¨¦ndum. Con la novedad de que este ¡°se enmarque en la propia Constituci¨®n¡±, bas¨¢ndose en su art¨ªculo 92. Pero ese art¨ªculo se refiere a un refer¨¦ndum ¡°consultivo¡±. Como en su d¨ªa plante¨® Ibarretxe, los de Podemos defienden que el resultado de un refer¨¦ndum de ese tipo no ser¨ªa jur¨ªdicamente vinculante, pero s¨ª pol¨ªticamente.

Su n¨²mero dos, ??igo Errej¨®n, lamentaba recientemente (EL PA?S, 7-2-2016): ¡°Aunque no nos negamos a escuchar otras propuestas, tengo que decir que todav¨ªa no he escuchado ninguna otra¡±. Pero las hay. Juan Jos¨¦ L¨®pez Burniol, un intelectual catal¨¢n muy influyente en los tiempos del editorial conjunto de la prensa catalana de fines de 2009, defend¨ªa la semana pasada en La Vanguardia (13-2-2016) ¡°una consulta que no ser¨ªa sobre independencia s¨ª o no, sino acerca de si aceptan o no un proyecto concreto de encaje con el resto de Espa?a en los t¨¦rminos previamente pactados¡±. Y situada al final de la negociaci¨®n, como ratificaci¨®n del acuerdo, y no de entrada en sustituci¨®n del mismo.