El pacto del dios Jano
Como la deidad romana, el PSOE y Ciudadanos miran a direcciones opuestas del arco parlamentario para aumentar sus apoyos.
Jano, dios de los principios y de los finales, era representado en la mitolog¨ªa romana mediante dos caras que miraban de perfil en direcciones opuestas. Tal es la forma del acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos. Sin tan siquiera entrar en su fondo, se trata de un pacto insuficiente para prosperar sin sumar a uno o m¨¢s partidos, un hecho que revela la contradicci¨®n estrat¨¦gica de sus firmantes. Como el dios Jano, cada uno de ellos mira en direcciones opuestas del arco parlamentario para aumentar sus apoyos.
Ciudadanos siempre ha perseguido que el Partido Popular se sumase al pacto al tiempo que subrayaba sus incompatibilidades con Podemos. Ahora bien, el PP carece de incentivos para apoyar por acci¨®n u omisi¨®n cualquier Gobierno que no encabece. De hecho, es el actor que m¨¢s claramente quiere elecciones. Por un lado, porque si el 26 de junio el bloque de la derecha se ensancha (crezcan Ciudadanos, PP o ambos) podr¨ªan intentar formar Gobierno. Por el otro lado, porque si el PSOE es superado por Podemos, su abstenci¨®n ser¨ªa m¨¢s probable permiti¨¦ndole gobernar. Ambas opciones podr¨ªan salvar el destino pol¨ªtico de Mariano Rajoy. Pero incluso en el extra?o caso de que el PP cambiara de liderazgo, con m¨¢s raz¨®n su nuevo aspirante querr¨ªa batir la marca electoral del presidente en funciones en unos nuevos comicios.
Sin embargo, el PSOE, la otra cara de Jano, ha buscado ensanchar la coalici¨®n hacia la izquierda con especial foco en una posible abstenci¨®n de Podemos (aunque faltan los s¨ªes de PNV, Comprom¨ªs e IU). Los incentivos de Podemos para prestarse a ello son mixtos. La percepci¨®n de que pod¨ªa perder ¡°el juego de la culpa¡± al no favorecer el cambio o la necesidad de revisar su modelo de partido y alianzas territoriales podr¨ªan invitar a abstenerse. Sin embargo, al ser un partido menos adverso al riesgo, tendr¨ªa razones para no prestarse a un acuerdo del que no es actor principal. Despu¨¦s de todo, consiga o no ser segunda fuerza el 26-J, una gran coalici¨®n o un Gobierno PP-Cuidadanos ser¨ªan m¨¢s probables. Ello le permitir¨ªa acaparar la oposici¨®n igual que har¨ªa ahora con una abstenci¨®n, pero sin permitir que el PSOE se recomponga desde el Gobierno.
El ox¨ªgeno que las encuestas le han dado a Ciudadanos le ha hecho reforzar su veto a Podemos, pidi¨¦ndole poco menos que la adhesi¨®n al pacto. Temen menos las elecciones. Por su parte, la consulta interna de los de Pablo Iglesias hace imposible una abstenci¨®n de ¨²ltima hora con los mimbres del acuerdo inicial PSOE-Ciudadanos. Su apuesta tampoco baja. Entramos por tanto en v¨ªa muerta y parece que, como hac¨ªan los romanos en tiempos de guerra, las puertas del templo de Jano quedan definitivamente abiertas.
Pablo Sim¨®n es profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Carlos III.
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