Joaquim Bosch: ¡°Espa?a pierde la oportunidad de mejorar la situaci¨®n actual¡±

Joaquim Bosch (Cullera, Valencia, 1965) es magistrado en el juzgado de Moncada (Valencia) y portavoz de Jueces para la Democracia. Declin¨® la oferta de Ximo Puig para ser su consejero de Justicia como independiente en la Generalitat valenciana y luego la que le hizo Pablo Iglesias para ser candidato de Podemos en las elecciones generales del 20 de diciembre. El juez sostiene que Espa?a necesitaba un pacto de gobierno "sea del color que sea".

Pregunta. ?Ha perdido una oportunidad Espa?a con la convocatoria de nuevas elecciones?

Respuesta. S¨ª que se pierde una oportunidad de mejora de la situaci¨®n actual. La pasada legislatura fue bastante negativa para la Justicia, en especial en todo lo referente al abandono de los ¨®rganos judiciales, la falta de medidas estructurales contra la corrupci¨®n y los recortes de derechos y libertades. Nuestro pa¨ªs necesita un pacto de gobierno, sea del color pol¨ªtico que sea, que apueste por rectificar todos estos elementos que han generado un importante rechazo de la sociedad.

P. ?Qu¨¦ ha fallado? ?No sabemos pactar?

R. Hay una situaci¨®n objetiva que no se puede ignorar: los resultados electorales nos dejaron una situaci¨®n dif¨ªcil de gestionar para que se pudieran alcanzar acuerdos. A partir de ah¨ª se tendr¨ªa que haber desarrollado por las fuerzas pol¨ªticas un gran esfuerzo para superar esas dificultades. Pero lo cierto es que existe poca cultura del pacto en nuestra democracia. Tras casi cuarenta a?os, no hemos conocido a nivel estatal ning¨²n gobierno de coalici¨®n, a diferencia de lo que sucede en otros pa¨ªses europeos. Eso es bastante significativo.

P. ?Qu¨¦ hab¨ªa en la Transici¨®n que falta ahora para poner los intereses generales por encima de los partidistas?

R. Las circunstancias de la Transici¨®n eran distintas y son irrepetibles. Los dirigentes de unos partidos proced¨ªan de la dictadura, pod¨ªan apoyarse en el aparato institucional y part¨ªan de una situaci¨®n de ventaja para negociar. Las otras fuerzas pol¨ªticas ven¨ªan de la clandestinidad, hab¨ªan sufrido una represi¨®n muy dura y valoraron la necesidad de hacer concesiones para avanzar hacia una sociedad democr¨¢tica. Adem¨¢s, el contexto de una democracia incipiente en la Transici¨®n explica que la participaci¨®n ciudadana era inferior y tambi¨¦n era muy reducida la intervenci¨®n de la militancia en las decisiones internas. Esto permit¨ªa que muy pocas personas pudieran alcanzar consensos determinantes para todo un pa¨ªs. En la actualidad la ciudadan¨ªa est¨¢ m¨¢s informada sobre las negociaciones. Y las bases, los cuadros y los dirigentes territoriales de los partidos tienen m¨¢s capacidad para mostrar sus opiniones en esas decisiones, a veces de forma muy relevante.

P. ?Hay un solo culpable o varios en este fracaso?

R. No me parece justo asignar una sola culpabilidad. En todo caso, la principal ser¨ªa el complejo resultado de las elecciones. Es cierto que luego ha faltado flexibilidad y han sobrado descalificaciones por todas las partes.

P. ?Har¨ªa alguna recomendaci¨®n a los protagonistas de este proceso fallido?

R. En cualquier negociaci¨®n hay que ganarse la confianza del interlocutor. Y eso es incompatible con actuaciones que pretendan desacreditarlo. Seguramente no es sencillo ser condescendiente con un rival electoral, pero la sociedad necesita estos esfuerzos para que se constituya un gobierno que solucione los graves problemas actuales.

P. ?Unos nuevos comicios pueden desatascar la situaci¨®n o la fragmentaci¨®n parlamentaria no va a permitir m¨¢s salidas que afrontar lo que ahora se ha evitado?

R. Los nuevos comicios abren la posibilidad de que se constituya otro Parlamento en el que una distinta correlaci¨®n de fuerzas pueda facilitar los acuerdos. Y, al mismo tiempo, permiten saber el nivel de estabilidad de la sociedad para mantenerse en sus posiciones iniciales o para modificarlas en funci¨®n del comportamiento en estos ¨²ltimos meses de las fuerzas pol¨ªticas

P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si hay nuevas elecciones y el escenario sale muy parecido?

R. En ese caso los partidos habr¨¢n obtenido el dato relevante de que lo que expres¨® la ciudadan¨ªa el 20-D no fue una opini¨®n circunstancial, sino que existe una permanencia de cierta entidad. Y esta informaci¨®n debe llevar a un mayor esfuerzo para conseguir el acuerdo que no se ha alcanzado ahora, pues ya no se podr¨¢ contar con el recurso de que sea la sociedad quien resuelva la situaci¨®n de bloqueo.

P. ?El pluripartidismo est¨¢ para quedarse o una decepci¨®n as¨ª puede reducirlo?

R. El pluripartidismo tiene su origen en una crisis de la mediaci¨®n representativa en nuestro pa¨ªs. Hay importantes sectores de la sociedad que no se sent¨ªan representados en las instituciones y han optado por apoyar a otras fuerzas pol¨ªticas emergentes. Ello se debe a la situaci¨®n econ¨®mica, al incremento de las desigualdades sociales y al distanciamiento de la ciudadan¨ªa de las estructuras de los partidos tradicionales. No es probable que una repetici¨®n de las elecciones sea un factor suficiente para modificar sustancialmente el nuevo mapa electoral, mientras no cambien las cuestiones de fondo que explican la aparici¨®n del multipartidismo en Espa?a.

P. ?Deber¨ªa el Rey haber tenido un papel m¨¢s activo?

R. Mi impresi¨®n es que la actuaci¨®n del jefe del Estado no guarda relaci¨®n con esta situaci¨®n de bloqueo institucional. Muy probablemente las desavenencias que han impedido el acuerdo entre los partidos no se habr¨ªan solucionado con una intervenci¨®n m¨¢s activa del Rey. El problema no ha sido una falta de impulso institucional, sino las diferencias de fondo en temas ideol¨®gicos, las estrategias a medio plazo de las formaciones pol¨ªticas y las resistencias a hacer concesiones importantes.

P. ?Deber¨ªamos ir a nuevas elecciones con los mismos candidatos?

R. Como juez considero que no debo pronunciarme sobre dicha cuesti¨®n. Es una decisi¨®n que corresponde a cada formaci¨®n pol¨ªtica.