Santos Juli¨¢: ¡°PP y Podemos no han querido hablar de pactos, no les interesaba¡±
El historiador considera que Espa?a ha perdido una oportunidad para emprender reformas necesarias y urgentes
El historiador Santos Juli¨¢ (Ferrol, 1940) ha publicado libros sobre socialismo, sindicalismo, republicanismo, la dictadura o la transici¨®n, con especial atenci¨®n a Manuel Aza?a. Ante el posible fracaso de la legislatura considera que las pol¨ªticas para frenar la ca¨ªda del PP e impulsar el ascenso de Podemos han bloqueado la posibilidad de cualquier pacto.
Pregunta. ?Ha perdido una oportunidad Espa?a con la convocatoria de nuevas elecciones?
Respuesta. Pues s¨ª, porque el resultado, si otras hubieran sido las estrategias pol¨ªticas de los partidos, habr¨ªa sido el m¨¢s favorable para emprender una clase de reformas, necesarias y urgentes, que requieren un amplio acuerdo por encima de la l¨ªnea divisoria de izquierda y derecha. Tal vez, viniendo de unos a?os de enfrentamientos a cara de perro, la oportunidad se present¨® antes de tiempo y, claro est¨¢, abort¨®.
P. ?Qu¨¦ ha fallado? ?No sabemos pactar?
R. M¨¢s que de un fallo o de una incompetencia, lo ocurrido es resultado de la circunstancia excepcional que atraviesa el sistema de partidos, con los dos m¨¢s veteranos en claro declive y los dos emergentes con mucho todav¨ªa que ganar. Las pol¨ªticas dirigidas a detener la ca¨ªda en unos y de impulsar la subida en otros ha bloqueado por los extremos ¨CPartido Popular y Podemos¨C un posible pacto que, dada la naturaleza de las reformas hoy necesarias, ten¨ªa que estar sostenido desde el amplio espacio de centro izquierda y centro derecha en el que se ubican PSOE y Ciudadanos. En estas circunstancias, la iniciativa de estos dos partidos, aunque mereci¨® la pena intentarlo, estaba casi condenada al fracaso.
P. ?Qu¨¦ hab¨ªa en la Transici¨®n que falta ahora para poner los intereses generales por encima de los partidistas?
R. Lo que hab¨ªa era unos partidos en formaci¨®n, que ten¨ªan mucho que ganar si llegaban a acuerdos y mucho que perder si obstru¨ªan el proceso a la democracia y, de fondo, unos pol¨ªticos proclives al pacto porque desde el comienzo de su actuaci¨®n pol¨ªtica, en el tardofranquismo, los acuerdos en la Administraci¨®n, en la Judicatura, en la Universidad, en la acci¨®n sindical, entre comunistas, cat¨®licos, socialistas, sindicalistas, eran el pan de cada d¨ªa.
P. ?Hay un solo culpable o varios?
R. M¨¢s que culpable, lo que ha habido es, desde el PP la desesperante par¨¢lisis causada por la confusi¨®n entre llegar el primero y triunfar; y desde Podemos, la excitante convicci¨®n de que con un empuj¨®n m¨¢s alcanzar¨ªan la hegemon¨ªa en la izquierda. Paralizado uno y excitado el otro, no han querido hablar de pactos sobre pol¨ªticas concretas ni sobre reformas a largo plazo, no les interesaba.
P. ?Har¨ªa alguna recomendaci¨®n a los protagonistas de este proceso fallido?
R. No, no soy quien para recomendar nada ni es mi oficio. Lo ¨²nico que puedo hacer es recordar dos cosas: la primera y principal, que el Estado espa?ol necesita un gobierno que impulse reformas urgentes, sostenidas en un amplio acuerdo que tendr¨¢ que abarcar desde la derecha a la izquierda con los nacionalistas por medio; y segunda, que una raci¨®n m¨¢s de pol¨ªtica espect¨¢culo, con otra amplia gama de actuaciones circenses, puede hartar a la gente, ese nuevo sujeto que ha sustituido al pueblo soberano en el argot pol¨ªtico.
P. ?Unos nuevos comicios pueden desatascar la situaci¨®n o la fragmentaci¨®n parlamentaria no va a permitir m¨¢s salidas que afrontar lo que ahora se ha evitado?
R. No estamos todav¨ªa ante un sistema de partidos fragmentado en exceso, aunque todo puede llegar, especialmente en el campo de la izquierda, si todas las mareas, los comunes, los compromisos y toda clase de confluencias habidas y por haber adoptan la forma partido. De momento, las encuestas no anuncian modificaciones profundas en la intenci¨®n de voto, de modo que s¨ª, tendr¨¢n que afrontar la dura realidad que ahora han decidido soslayar.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si hay nuevas elecciones y el escenario sale muy parecido?
R. Lo dicho, que tendr¨¢n que pactar; que el pacto resulte inclinado a derecha o a izquierda, o asentado en el centro con apertura a derecha o a izquierda, depender¨¢ de los votantes.
P. ?El pluripartidismo est¨¢ para quedarse o una decepci¨®n as¨ª puede reducirlo?
R. Bueno, nuestro sistema siempre ha sido pluripartidista, entre 10 y 12 partidos se han repartido los esca?os del Congreso desde 1977 hasta 2015. Lo nuevo no es el pluripartidismo sino la relativa cercan¨ªa de los cuatro principales, que no ha dependido tanto del sistema electoral como del voto de los electores. Y s¨ª, creo que esa nueva distribuci¨®n, con cambios que no afectar¨¢n decisivamente al reparto de esca?os, no va a desaparecer como por ensalmo.
P. ?Deber¨ªa el Rey haber tenido un papel m¨¢s activo?
R. No, de ninguna manera. La Corona no es un poder pol¨ªtico y los reyes muy activos pol¨ªticamente ¨CIsabel II, Alfonso XIII- han llevado por dos veces a la Monarqu¨ªa a la ruina en nuestra reciente historia. En una circunstancia dif¨ªcil, Felipe VI ha cumplido el papel que la Constituci¨®n le asigna. Los malos modos han corrido a cargo de los partidos, del PP por su desplante y de Podemos por aquella payasada de vender la piel del oso antes de cazarlo.
P. ?Deber¨ªamos ir a nuevas elecciones con los mismos candidatos?
R. Votamos listas de partidos, no candidatos. Pero en fin, por la derecha, una cosa es clara, con Rajoy al frente, y por razones que son ya clamorosamente obvias, no ser¨¢ posible que el PP participe en los pactos que abran un futuro de gobierno estable y capaz de acometer reformas. Y por la izquierda, no creo que la fascinaci¨®n por el vac¨ªo que tienta a los socialistas de manera intermitente, les mueva a provocar la ca¨ªda de S¨¢nchez. En fin, Rivera e Iglesias tienen cuerda para rato; c¨®mo de largo ser¨¢ el rato est¨¢ por ver.
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