Good bye IU
Podemos pierde su ¡°transversalidad¡± para sumirse en el comunismo
En una famosa escena de Good bye Lenin, la estatua de Vladimir Ilich pasaba por delante de la vieja comunista, transportada por un helic¨®ptero, camino de su retiro definitivo. Ahora la alianza de Podemos con IU ha sido valorada por muchos como el regreso a Lenin de la izquierda espa?ola. La estatua vuelve a su sitio y Podemos pierde su ¡°transversalidad¡± para sumirse en el comunismo, cuyo espectro renace a efectos de propaganda.
Lo cierto es que, como Julio Anguita destacara, el ¡°sabio adaptador de Lenin¡± ha sido Iglesias, no Garz¨®n, a pesar del pluralismo de su base electoral. Un ¡°leninismo amable¡±, Monedero dixit, constituye la identidad de su estrategia pol¨ªtica, desde la f¨®rmula organizativa adoptada a la t¨¢ctica de captaci¨®n/destrucci¨®n de todo oponente y/o aliado. La pieza mayor a cobrar ha sido y es, sin duda, el PSOE, mientras que la acci¨®n sobre IU, ahora consumada, se remonta a los preliminares de Podemos.
IU tuvo siempre dificultades para precisar su estrategia desde que su fundaci¨®n en 1986 sobre dise?o de Nicol¨¢s Sartorius y aval de Gerardo Iglesias. Ser¨ªa una especie de Osiris pol¨ªtico, donde a los pedazos reintegrados del difunto eurocomunismo, deber¨ªan sumarse otras izquierdas, a efectos de corregir la deriva liberal de Felipe Gonz¨¢lez, sin concesi¨®n alguna a la derecha ni al izquierdismo antidemocr¨¢tico. La llegada al mando de Anguita simplific¨® las cosas radicalmente, con su dualismo anticapitalista, ¡°las dos orillas¡±, heredado tanto por Pablo Iglesias como, sobre todo, por la IU de Garz¨®n, una vez invalidado por la crisis el retorno a la visi¨®n de conjunto de la izquierda planteada por Llamazares.
La fascinaci¨®n de Garz¨®n ante Iglesias result¨® siempre evidente, hasta el punto de que el predominio de su l¨ªnea en la coalici¨®n implicaba la inserci¨®n inevitable en IU. Sin llegar a la ida y vuelta con aires de farsa protagonizada por Tania S¨¢nchez, la identificaci¨®n ideol¨®gica era tal ¡ªcon retorques: ¡°bipartidismo¡± por ¡°casta¡±¡ª, que result¨® l¨ªcito hablar de submarinismo pol¨ªtico. Garz¨®n era simplemente m¨¢s esquem¨¢tico que Iglesias, cuyo sentido hegem¨®nico impidi¨® el primer acuerdo. ?ste llega ahora sin el menor debate ideol¨®gico. Solo cuentan los puestos, y aun ah¨ª el n¨²mero cinco otorgado a Garz¨®n, en espera de que un fraude de ley permita a IU tener grupo, constituye un claro signo de subordinaci¨®n, de fin de historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.