Marrones
Pedro S¨¢nchez se anuncia como el perdedor moral de esta campa?a, si carga con el voto de castigo que se le adjudica como principal responsable del fracaso de la XI Legislatura
Nos podr¨¢ parecer injusto, pero lo cierto es que Pedro S¨¢nchez se anuncia como el perdedor moral de esta campa?a, si carga con el voto de castigo que se le adjudica como principal responsable del fracaso de la XI Legislatura, tras su veto al PP (¡°No es no¡±) y su incapacidad para sortear las trampas que le tend¨ªa Iglesias. Un voto de castigo que ahora parece m¨¢s merecido que nunca, con el procesamiento por prevaricaci¨®n (tras eludir la fiscalizaci¨®n de la Intervenci¨®n General del Estado) de los dos ¨²ltimos presidentes federales del PSOE. Y un voto de castigo que por el contrario no afectar¨¢ al multicorrupto PP, al que los electores perciben como el m¨¢s seguro valor-refugio ante la debacle a la griega que se anuncia si venciera el posmoderno frente popular de Unidos-Podemos.
Es la m¨¢s s¨®lida baza de la estrategia vencedora de Rajoy: o el caos o yo. Tambi¨¦n Iglesias, tras pactar con Garz¨®n, presenta un relato estrat¨¦gico de indudable atractivo medi¨¢tico: el ¨¦pico sorpasso destinado a dividir y separar a la izquierda espa?ola en dos orillas irreconciliables. Tanto es as¨ª que el PSOE amenaza con quedar laminado por el doble bocado de la tenaza que forman Podemos-IU y la peque?a coalici¨®n PP-C¡¯s, como mal menor ante el temor al lobo feroz. Y mientras tanto ?cu¨¢l es la estrategia o el relato de Pedro S¨¢nchez? ?¡°No es no¡±, de nuevo? ?Ni Iglesias ni Rajoy?
?Por qu¨¦ sigue apostando el PSOE por un aspirante tan fallido como S¨¢nchez, si no parece capaz de conducirle a ning¨²n puerto m¨ªnimamente seguro? ?S¨®lo porque no se debe cambiar de caballo a mitad de carrera, o por la m¨¢xima ignaciana de no hacer mudanza en tiempo de tribulaci¨®n? Me temo que la explicaci¨®n es otra muy distinta. La fracturada c¨²pula del PSOE parece haberse puesto t¨¢citamente de acuerdo para que sea el pardillo Pedro quien se coma el marr¨®n del sorpasso, si se me permite usar una expresi¨®n tan chabacana como nauseabunda. Ante la evidente desmoralizaci¨®n de sus electores, que no encuentran ning¨²n incentivo para apoyarles en las urnas, han designado un buco emisario, un chivo expiatorio como S¨¢nchez, para sacrificarlo en la pira p¨²blica confiando en que as¨ª se sacie la justa ira de los dioses. Y mientras tanto los barones aguardan parapetados tras el burladero a la espera de que, al igual que pas¨® con Bildu en el Pa¨ªs Vasco, el ¨¦xito electoral de Podemos apenas dure una legislatura. Y s¨®lo despu¨¦s, cuando Iglesias ya se haya quemado, ser¨¢ el momento de buscarle al PSOE un nuevo liderazgo redentor.
Pero el problema de esta estrategia oculta es que S¨¢nchez ha de comerse no s¨®lo un marr¨®n, el del sorpasso, sino dos a la vez. Pues al quedar tercero en el ranking, deber¨¢ optar entre secundar a Iglesias, formando un gobierno a la griega de frente amplio de izquierdas, o plegarse de facto a la gran coalici¨®n de Rajoy. Se admiten apuestas sobre qu¨¦ opci¨®n adoptar¨¢ Sanchez, si la de pasar a la historia como un tonto ¨²til (un compa?ero de viaje), o como un esquirol responsable.
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