¡°Las posibilidades de obtener asilo en Espa?a dependen de tu nacionalidad¡±
En Espa?a hay 16.400 solicitudes de protecci¨®n internacional pendientes de resoluci¨®n
"Hay que esperar". Juan Mar¨ªa ¡ªnombre ficticio¡ª lleva siete a?os escuchando esa frase cada vez que acude a la Administraci¨®n para preguntar si su solicitud de asilo pol¨ªtico ha sido aceptada. Este profesor huy¨® de su Guinea Ecuatorial natal en octubre de 2008 porque en esta excolonia espa?ola, que vive bajo la dictadura de Teodoro Obiang, se le considera "enemigo de la patria" por participar en un movimiento a favor de la democracia. Pudo escapar a Espa?a gracias al visado que le facilit¨® el c¨®nsul espa?ol para dejar atr¨¢s "las amenazas, las torturas, la c¨¢rcel y la muerte". "Cuando se dieron cuenta de que me hab¨ªa ido, amenazaron a mi familia", tambi¨¦n a su madre de 85 a?os. "Muri¨® sin que la pudiera volver a ver", narra.
El de este profesor guineano es uno de los 16.400 casos de solicitantes que han pedido protecci¨®n internacional a Espa?a cuyas peticiones siguen sin resolverse. "Las posibilidades de obtener asilo en Espa?a dependen de tu nacionalidad", sostiene Cristina Manzanedo, responsable de Incidencia de la campa?a Hospitalidad, impulsada por diversas ONG jesuitas con el fin de promover "una cultura de solidaridad e inclusi¨®n con las personas migrantes y refugiadas".
Como ejemplo, Manzanedo menciona que los solicitantes de asilo procedentes de ?frica son considerados inmigrantes y son pr¨¢cticamente "inexistentes" para el Gobierno. A su lado, el caso de los sirios es diferente porque, a pesar de que Espa?a a¨²n est¨¢ lejos de cumplir los compromisos de acogida que asumi¨® ante la UE, la crisis de los refugiados de Medio Oriente ha recibido un gran eco medi¨¢tico.
Uno de ellos es Mohannad Doughem, un sirio que huy¨® de su pa¨ªs asolado por la guerra en 2013, logr¨® asilo tras llegar a Espa?a a trav¨¦s de Melilla hace seis meses Tiene familia en Suecia, a donde fue tras entrar en Espa?a para reagruparse con sus seres queridos, pero tuvo que volver por el Convenio de Dubl¨ªn, que establece que los asilados tienen que permanecer en el pa¨ªs en el que hacen la solicitud de asilo. Ya es capaz de comunicarse en espa?ol y de momento tiene apoyo y un techo bajo el que dormir, pero la incertidumbre le invade cuando piensa en qu¨¦ har¨¢ dentro de un a?o, cuando las ayudas terminen.
Tener que volver a nacer
Mientras Juan Mar¨ªa narra su historia de persecuci¨®n, a pocos metros Ana Mar¨ªa y su hija Natalia, de 14 a?os, escuchan. Proceden de un pa¨ªs centroamericano que no especifican por motivos de seguridad. Sus nombres tambi¨¦n son falsos. La madre cuenta que ella era miembro del consejo municipal de su localidad, donde promov¨ªa actividades para fomentar la equidad de g¨¦nero y talleres vocacionales con j¨®venes. Propuso que en las elecciones la cabeza de lista fuese una mujer. Ello le cost¨® que el l¨ªder local le amenazase, tanto a ella como a su familia. Ante la asfixiante situaci¨®n y los riesgos en que se hallaba, sali¨® del pa¨ªs rumbo a Espa?a.
"Fue muy duro dejar a mi familia", recuerda. Tras llegar, contact¨® con C¨¢ritas y logr¨® un empleo como interna. Poco tiempo despu¨¦s, en el colegio de su hija Natalia, que ahora tiene 14 a?os, se enteraron de qui¨¦n era su madre. Seg¨²n explican, el director del centro era la misma persona que hab¨ªa amenazado a su progenitora y envi¨® a un grupo de pandilleros pertenecientes a una mara, las violentas pandillas end¨¦micas de Centroam¨¦rica. Estos le exigieron que se hiciera novia de uno de ellos, "uno de los m¨¢s fuertes". Ella sali¨® corriendo. Entonces comenz¨® a recibir amenazas. El precio por negarse a la propuesta pod¨ªa ser muy alto, as¨ª que su familia decidi¨® que lo mejor era enviarla junto a su madre.
Cuando se reunieron, Ana Mar¨ªa decidi¨® pedir asilo. Hasta entonces, nadie le hab¨ªa informado de que exist¨ªa esa posibilidad. Pero cuando lo hizo, se la denegaron argumentando razones "que no reflejan la realidad" de su pa¨ªs, como que hab¨ªa leyes a favor de la Igualdad o que la persecuci¨®n que sufr¨ªa no era pol¨ªtica. "?Para ustedes la vida no vale nada!", recuerda que grit¨® en la comisar¨ªa en la que le comunicaron la denegaci¨®n. Gracias al apoyo de su hija, lo super¨®.
Estos casos han sido narrados por sus propios protagonistas durante una mesa redonda organizada por el conglomerado de ONG jesuitas que impulsan la campa?a Hospitalidad, que han promovido este encuentro con motivo del D¨ªa Mundial de las personas refugiadas y desplazadas que se celebra el 20 de junio.
La intenci¨®n, seg¨²n las organizadoras, es dar voz a estos casos para que los dirigentes pol¨ªticos pongan en marcha medidas que garanticen y agilicen los tr¨¢mites para conceder el derecho a asilo de los refugiados, a fin de que salgan del limbo administrativo y puedan reiniciar su vida. Porque ser refugiado es, tal y como reflexiona la joven Natalia, "como tener que volver a nacer en otro pa¨ªs".
Manifiesto #YoSoyTierraDeAcogida
Las ONG jesuitas impulsoras de la campa?a Hospitalidad han presentado un manifiesto al que invitan a sumarse mediante firmas a trav¨¦s de su web. El documento contiene el siguiente dec¨¢logo de medidas que desde las ONG exigen a los representantes pol¨ªticos:
Salvar las vidas de las personas que intentan cruzar las fronteras
Abrir v¨ªas de acceso legales y seguras para dar alternativas a las personas refugiadas e impedir el negocio de las mafias
Cumplir con el compromiso de reubicar 16.000 personas refugiadas desde Grecia e Italia
Hacer efectivo el reasentamiento de 1.449 personas refugiadas desde pa¨ªses vecinos a los conflictos
Contar con procedimientos de asilo individualizados, r¨¢pidos, justos y eficientes, sea cual sea el pa¨ªs de origen o llegada
Respetar la dignidad y los derechos de las personas que llegan, independientemente de su estatus migratorio. Anular el acuerdo de la Uni¨®n Europea con Turqu¨ªa y poner fin a las devoluciones autom¨¢ticas en Ceuta y Melilla
Reforzar los fondos de cooperaci¨®n destinando el 0,4% de la Renta Nacional Bruta a Ayuda Oficial al Desarrollo y el 10% de ¨¦sta a ayuda humanitaria
Contribuir a la paz abordando las causas estructurales y globales del creciente ¨¦xodo de personas que abandonan involuntariamente sus hogares
Acoger y facilitar la integraci¨®n de las personas migrantes en nuestro pa¨ªs
Fomentar una cultura de hospitalidad desde las distintas pol¨ªticas p¨²blicas implicadas, incluyendo la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa global como estrategia para que las sociedades de acogida comprendan las causas, prevengan la radicalizaci¨®n y fomenten la convivencia intercultural
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