Los dos embudos para las personas con ictus y otros da?os cerebrales
Seg¨²n los especialistas, faltan 30 unidades de atenci¨®n temprana y plazas de rehabilitaci¨®n para el 90% de los afectados
Cada a?o se producen en Espa?a casi 100.000 ictus, seg¨²n los datos de la Federaci¨®n Espa?ola de Da?o Cerebral Adquirido (Fedace). Estas personas que sufren un problema de riego en el cerebro (un accidente vasocerebral) suponen la mayor¨ªa de quienes tienen este tipo de problemas de p¨¦rdidas de facultades de manera s¨²bita, aunque tambi¨¦n los hay que sufren falta de riego en el cerebro por culpa de infartos del coraz¨®n, ahogamientos o lesiones en accidentes. Aproximadamente un 40% de ellos (40.000 personas) quedar¨¢ tan da?ado que necesitar¨¢ rehabilitaci¨®n para intentar que pueda recuperar una vida con las menores dependencias posibles. Y ah¨ª comienza su calvario, se?ala un portavoz de Fedace. "El tiempo para iniciar la rehabilitaci¨®n es clave, y muchos no tienen un dispositivo adecuado para hacerlo".
La federaci¨®n recoge en su informe anual que apenas hay 95 recursos asistenciales especializados en este tipo de personas. Van desde centros de d¨ªa a unidades hospitalarias de neurorrehabilitaci¨®n, pasando por pisos tutelados y residencias. No recoge ning¨²n centro ocupacional especializado. Entre todos ellos, apenas re¨²nen unas 4.300 plazas. Pr¨¢cticamente, una para cada 25 afectados. O una para cada 10 si se solo se toman los m¨¢s da?ados.
Ello "provoca que en la mayor¨ªa de los casos las personas con da?o cerebral vuelvan al hogar sin que se les asigne un recurso de rehabilitaci¨®n adecuado; convirtiendo a la familia en profesional cuidadora y rehabilitadora, labores para las que no re¨²ne las condiciones adecuadas para desarrollarlas", indica la memoria de la federaci¨®n.
Pero es que. adem¨¢s, las personas que acaban de sufrir un ictus no son las ¨²nicas usuarias de estos servicios. En total se calcula que en Espa?a hay unas 420.000 personas con da?o cerebral adquirido que podr¨ªan beneficiarse de estos servicios. Encima, el periodo ¨®ptimo de tratamiento llega a los 18 o 24 primeros meses, por lo que la rotaci¨®n en las unidades de los enfermos deber¨ªa ser lenta. El resultado es un cuello de botella que impide un correcto tratamiento de los afectados, lo que aumenta su carga de dependencia.?
Pero este es el segundo de los cuellos de botella al que se enfrentan las personas con ictus. La dolencia solo se puede prevenir cuidando el coraz¨®n (la hipertensi¨®n, el colesterol, la fibrilaci¨®n auricular, la coagulaci¨®n). Pero tambi¨¦n se pueden reducir las consecuencias si hay una intervenci¨®n r¨¢pida de servicios especializados ¨Clas unidades de ictus¨C. Pero tampoco todos los afectados tienen acceso a una. La Federaci¨®n Espa?ola de Ictus (FEI) calcula que en Espa?a hay 51 unidades para la atenci¨®n r¨¢pida en el momento del ataque. Al igual que con el infarto, la rapidez y la especializaci¨®n son cruciales para evitar muertes y secuelas. "Pero no hay ni una por provincia", destaca la federaci¨®n.
El grupo, que pertenece a la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa, afirma que lo ideal ser¨ªa que hubiera una cama por cada 100.000 habitantes. O una unidad de cinco camas por cada mill¨®n. Ello arrojar¨ªa que har¨ªan falta unas 90 unidades en total. La federaci¨®n afina m¨¢s el c¨¢lculo y lo deja en unas 30. "Cada comunidad debe verlo en su entorno dependiendo si es medio urbano o rural etc¨¦tera. Hay muchos factores, tambi¨¦n hay unidades de ictus con m¨¢s o menos n¨²mero de camas, lo que puede explicar algunos aspectos, pero lo que est¨¢ claro es que faltan y que la cuantificaci¨®n de esta necesidad va entre 30 y 40 unidades", indica el m¨¦dico Joan Montaner.
El resultado es una falta de recursos en todo el proceso (cuando el ataque y para rehabilitarse) que empeora el estado de la poblaci¨®n.
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