Un pa¨ªs seguro pero preocupado por los delitos de odio
La criminalidad de Espa?a es baja comparada con otros pa¨ªses de su entorno. Pero las infracciones penales por ideolog¨ªa o xenofobia crecen de forma leve pero constante
Espa?a es un pa¨ªs bastante seguro. En 2015 se cometieron 43,7 delitos por cada 1.000 habitantes, una cifra que se ha ido reduci¨¦ndose en los ¨²ltimos a?os desde los 51,9 de 2008. Con estos datos, el ministerio del Interior presum¨ªa en septiembre de 2015 del tercer ¨ªndice de criminalidad m¨¢s bajo de la UE, donde la media se sit¨²a en 61,3 infracciones penales, solo por encima de Portugal y Grecia. La estad¨ªstica es similar para los delitos m¨¢s graves: la tasa de homicidios en Espa?a (0,4 por cada 100.000 habitantes en 2012 seg¨²n la ONU) es menos de la mitad que la de Francia o Reino Unido, diez veces inferior a la de EE UU, y m¨¢s de cien veces menor que la de pa¨ªses como Venezuela u Honduras.
Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os las fuerzas de seguridad han puesto el foco en un tipo de delitos afortunadamente no muy extendidos pero s¨ª en crecimiento y que generan una enorme alarma social y revuelo medi¨¢tico: los delitos de odio. Esta tipolog¨ªa delictiva consiste en atentar contra dos principios fundamentales como la igualdad y la libertad, ya sea esta ide¨®logoica, religiosa o sexual.
No es un fen¨®meno exclusivo de Espa?a. Dentro de esta categor¨ªa se encuadran por ejemplo, el asesinato multitudinario en una discoteca gay de Orlando, los enfrentamientos entre ultras ingleses y rusos que han logrado eclipsar el ambiente futbolero de la Eurocopa que se celebra en Francia o el asesinato de la diputada laborista Joe Cox este jueves en Reino Unido. Tambi¨¦n lo fueron el asesinato del hincha del Deportivo de la Coru?a Francisco Javier Romero Taboada, Jimmy, en Espa?a; las sucesivas agresiones y denuncias de los homosexuales agredidos en las calles de Madrid, los ataques a mezquitas registrados tras los atentados yihadistas de Par¨ªs y Bruselas o las mofas de los aficionados del PSV Eindhoven mientras les tiraban monedas al suelo a mujeres rumanas que ped¨ªan en la puerta del Sol de Madrid.
La alarma que generan estos delitos ha hecho que contabilicen de manera independiente. Y su n¨²mero ha ido aumentando, leve pero constantemente a?o a a?o. En 2015, seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas del Ministerio del Interior, se registraron en Espa?a 1.328 incidentes de este tipo, frente a 1.284 de 2014. Teniendo en cuenta el motivo de los delitos, el a?o pasado hubo hasta 505 casos de xenofobia -la mayor¨ªa islamofobia- y 308 agresiones por intolerancia ideol¨®gica, que se incluyeron por primera vez en este balance.
La inclusi¨®n de conceptos como hostilidad, menosprecio, humillaci¨®n y descr¨¦dito, sumados a los ya existentes dentro de los delitos de odio, como violencia y discriminaci¨®n, ha contribuido a elevar su n¨²mero. Pero la especificidad de los informes y el seguimiento realizado tanto por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado como por los organismos judiciales competentes e incluso por la Administraci¨®n, indican un creciente grado de preocupaci¨®n hacia este tipo de modalidad delictiva para ponerla en evidencia.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha creado recientemente una unidad espec¨ªfica contra los delitos de odio con capacidad asesora. Y la delegada del Gobierno de la capital, Concepci¨®n Dancausa, ha convocado en numerosas ocasiones comisiones espec¨ªficas para vigilar el incremento de estos incidentes.
La ¨²ltima reforma del C¨®digo Penal incluye una nueva definici¨®n al delito de incitaci¨®n al odio y a la violencia, estableciendo penas de hasta cuatro a?os de prisi¨®n para quienes ¡°fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminaci¨®n o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por raz¨®n de su pertenencia a aqu¨¦l, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideolog¨ªa, religi¨®n o creencias, situaci¨®n familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o naci¨®n, su origen nacional, su sexo, orientaci¨®n o identidad sexual, por razones de g¨¦nero, enfermedad o discapacidad¡±.
Tambi¨¦n se establece la misma pena para aquellos que ¡°distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean id¨®neos para fomentar, promover, o incitar directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminaci¨®n o violencia¡±.
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