Rota, base del escudo antimisiles y de su escudero
Las fragatas espa?olas F-100 sirven de escolta y 'ojos' a los destructuores estadounidenses
La base naval de Rota (C¨¢diz), que este domingo visitar¨¢ por vez primera un presidente de Estados Unidos en sus 63 a?os de existencia, no solo es la mayor empresa norteamericana en Espa?a, con 2850 militares, 400 civiles y 2600 familiares. Desde la llegada del ¨²ltimo de los cuatro destructores Arleigh Burke ¨Cel USS Carney, en septiembre del a?o pasado¡ª se ha convertido en la mayor base de la Navy en el Mediterr¨¢neo.
Zapatero, el mismo presidente que sac¨® a las tropas espa?olas de Irak, acept¨® el despliegue de los cuatro destructores al final de su mandato, lo que supuso un punto de inflexi¨®n en la continua ca¨ªda que hab¨ªa experimentado la presencia militar estadounidense desde el final del franquismo. Ya con el PP en el poder, el papel de Espa?a en la estrategia del Pent¨¢gono se consolid¨® con el estacionamiento, primero temporal y luego permanente, de la fuerza de reacci¨®n del Cuerpo de Marines, lista para intervenir ante crisis en el Magreb y Oriento Pr¨®ximo, con hasta 2.200 militares y 21 aeronaves.
Los cuatro destructores estadounidenses desplegados en Rota constituyen el componente naval del escudo antimisiles de la OTAN, cuya capacidad operativa inicial se ha oficializado en la cumbre de Varsovia (Polonia), Con su sistema de combate Aegis y sus misiles SM-3, son capaces de interceptar un misil bal¨ªstico en vuelo y detectarlos en un radio de m¨¢s de 500 kil¨®metros.
Aunque la defensa antimisil ¨Csupuestamente frente a una eventual agresi¨®n de Ir¨¢n o Corea del Norte¡ª no es su principal misi¨®n y, desde luego, no la m¨¢s habitual. Desde que llegaron a Rota han patrullado repetidamente el Mar Negro, para disuadir el expansionismo de Mosc¨², y ello ha provocado incidentes como el protagonizado por el USS Roos, que en junio del a?o pasado fue sobrevolado a baja altura por un caza ruso Su-24 cuando navegaba a pocas millas de la anexionada pen¨ªnsula de Crimea.
Adem¨¢s de servir de base a los destructores estadounidenses, Rota es el coraz¨®n de la Marina de Guerra espa?ola. Sus 2.300 hect¨¢reas alojan las principales unidades operativas de la Armada: del? portaaeronaves Juan Carlos I a las fragatas F-100 o el buque de asalto anfibio Galicia.
Las F-100 comparten con los Arleigh Burke el sistema de combate Aegis, pero Espa?a ha renunciado, por su alto coste, a equiparlas con misiles SM-3, por lo que su capacidad se limita a la defensa antia¨¦rea. Eso no quiere decir que no tengan un papel en el escudo antimisiles. Cuando los radares de los destructores estadounidenses est¨¢n orientados al seguimiento de misiles bal¨ªsticos no puede ocuparse de defenderse a s¨ª mismos de un ataque con aviones y necesitan que otro buque les preste protecci¨®n. La funci¨®n de escolta de una F-100 (Blas de Lezo) a un Arleigh Burke (USS Roos) se ensay¨® por vez primera en abril pasado en la bah¨ªa de C¨¢diz.
Pero no es la ¨²nica. Las fragatas espa?olas carecen de armamento para interceptar a un misil bal¨ªstico, pero su radar SPY-1D s¨ª que puede servirles de ojos?para seguir su trayectoria y se?alar el blanco. Para ello basta con modificar el programa (software). As¨ª se hizo en octubre pasado, cuando la Navy cedi¨® en pr¨¦stamo el software a una fragata F-100 durante unas maniobras celebradas al oeste de Escocia. Ahora se trata de incorporar esta capacidad a las F-100 de manera permanente.
Los expertos consideran que el apoyo que presta Espa?a a los destructores estadounidenses es decisivo, ya que multiplica su capacidad operativa: su estacionamiento en Rota les ahorra la traves¨ªa del Atl¨¢ntico cada vez que tienen que desplazarse al Mediterr¨¢neo Oriental, su zona habitual de operaciones; y el apoyo de las F-100 ¨Ctanto en escolta antia¨¦rea como en radar¡ªpermite al Pent¨¢gono liberar buques para otras misiones. Adem¨¢s, la Armada lidera un programa de formaci¨®n y adiestramiento de las marinas de la OTAN en este tipo de sistemas.
Aunque sea auxiliar, Espa?a juega un papel en el escudo antimisiles y no se limita ya a ceder su territorio para que EE UU lo use como plataforma para sus operaciones militares.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.