¡°El mar nos pone a todos al mismo nivel, vayas en silla de ruedas o no¡±
Eduardo Ruiz, un joven con par¨¢lisis cerebral, ha recorrido a bordo del Lord Nelson las 565 millas que separan C¨¢diz de A Coru?a
Eduardo Ruiz no es un marinero al uso, de hecho, pocas personas podr¨ªan creerse que este joven catal¨¢n de 21 a?os haya pasado 11 d¨ªas recorriendo las 565 millas n¨¢uticas (1.046 kil¨®metros) que separan el puerto de C¨¢diz del de A Coru?a. Sentado en su silla de ruedas desde la cubierta del Lord Nelson, la que ha sido su casa durante casi dos semanas, no puede parar de decir: ¡°Esto ha sido inhumano. Volver¨ªa a repetir con los ojos cerrados. Pero ha sido inhumano¡±. Ruiz sufre una par¨¢lisis cerebral que limita sus movimientos, y sin embargo su enfermedad no le ha impedido ser el segundo espa?ol con una discapacidad que participa en la Tall Ships Race, una regata de veleros de gran envergadura, que en su 60 edici¨®n ha vuelto a Espa?a.?
¡°Esto no es un crucero. Aqu¨ª vienes a aprender a hacer cosas. Da igual que vayas en una silla de ruedas, como yo, o que seas ciego, como alguno de mis compa?eros, aqu¨ª todos tenemos cosas que hacer, todos ayudamos¡±, relata Ruiz. Su aventura?comenz¨® gracias a una beca de la STA Espa?a ?¨C Sail Training Association¨C para navegar en el Lord Nelson, un barco completamente adaptado para personas con diferentes tipos de discapacidades. Viajar en el Lord Nelson supone ser uno m¨¢s de la tripulaci¨®n y participar en todos y cada uno de los trabajos de mantenimiento del barco, desde desplegar las velas a llevar el tim¨®n.?
Pero el viaje de Ruiz no fue todo diversi¨®n. ¡°Lo primero que hice nada m¨¢s llegar al barco fue ponerme a llorar como un ni?o. Para m¨ª esto ha sido un c¨²mulo de primeras veces¡±, recuerda. No era s¨®lo la primera vez que sub¨ªa a un barco, sino que tambi¨¦n era la primera vez que sal¨ªa de Catalu?a solo y que se enfrentaba a tantos d¨ªas alejado de su familia. Tras esta primera toma de contacto lleg¨® lo que ¨¦l mismo calific¨® como ¡°un infierno¡±. ¡°Los tres primeros d¨ªas tuve lo que los marineros llaman sea sickness ? - fuertes mareos que imposibilitan hacer vida normal-. Fueron d¨ªas muy duros, llegu¨¦ al punto de no poder ni siquiera comer por m¨ª mismo¡±, relata. Aunque reconoce que pens¨® varias veces en tirar la toalla y volver a casa, ahora se alegra de no haberlo hecho. ¡°Todo lo que he visto y todo lo que he vivido es algo que no se puede explicar con palabras. Despertarte, salir a la cubierta y ver c¨®mo un sol rojizo sale por el horizonte es una experiencia ¨²nica que no podr¨ªa haber vivido nunca sino estuviera aqu¨ª¡±, comenta con una sonrisa en la cara.
La vela, el nuevo deporte de aventuras
Navegar en un buque-escuela como el Lord Nelson o los 31 buques que participaron en la Tall Ships Race es un nuevo deporte en boga en Europa. A pesar de lo que se pueda pensar estos buques est¨¢n lejos de ser los barcos de vela que participan en regatas como la Copa Am¨¦rica y est¨¢n m¨¢s cerca de los veleros que se ven en pel¨ªculas como Piratas del Caribe . Desde la Sail Training Association Espa?a (STA) cada a?o se ofrecen varias becas para todos los j¨®venes que quieran vivir esta experiencia.
Ignacio Hornes, presidente de la STA Espa?a asegura que "esta aventura ayuda a los j¨®venes como Edu a enfrentarse a nuevos retos y fortalecen la confianza en s¨ª mismo, mientras que asumen nuevas responsabilidades". Adem¨¢s, el sail training es un deporte que cada vez tiene m¨¢s adeptos en Europa, sobre todo entre la gente joven que recupera, en cierto modo, el legado mar¨ªtimo mientras vive nuevas experiencias.
Ruiz asegura que la experiencia le ha cambiado, aunque a?ade que cambiar¨ªa a cualquiera, aunque su caso sea m¨¢s llamativo todo el que se suba tanto tiempo en un barco vivir¨¢ una experiencia inolvidable. ¡°Aprendes a tirar para adelante, el valor de las cosas y d¨®nde est¨¢n tus l¨ªmites. Pero tambi¨¦n descubres que esos l¨ªmites se pueden superar¡±. Una lecci¨®n que asegura aprendi¨® el d¨ªa que uno de sus compa?eros de traves¨ªa le ense?¨® a hacer nudos marineros. ¡°El cuarto d¨ªa en el barco, Neithan, que tan solo puede mover los pulgares y no es capaz de abrir la manos me ense?¨® c¨®mo hacer uno de los nudos m¨¢s complicados¡±, recuerda con una sonrisa
A pesar de los malos momentos de los primeros d¨ªas en los que reconoce entre risas: ¡°No pude ni ducharme, porque entre el mareo, lo que se mov¨ªa el barco y que para m¨ª estar de pie es complicado, prefer¨ª dejar la higiene a un lado¡±; asegura que nunca se sinti¨® de menos por su enfermedad. ¡°Est¨¢ claro que hay cosas que no puedes hacer, pero en el barco se encargan de que te sientas ¨²til y seas como los dem¨¢s¡±.
De la experiencia, asegura, se lleva el af¨¢n por superarse y aunque tenga muy asumido que su vida estar¨¢ siempre ligada a una silla de ruedas, ha aprendido que eso no va a pararle. ¡°Cuando nunca has tenido una dificultad como la m¨ªa cualquier cosa se te puede hacer un mundo simplemente porque es la primera vez que lo haces. Por eso yo, aunque vaya en una silla de ruedas, llegar¨¦ mucho m¨¢s adelante que mucha gente que camina porque tengo mucho menos que perder y muchas cosas que ganar¡±.?
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