La guerrilla del jabal¨ª cerca Oviedo
La polic¨ªa municipal registra este a?o m¨¢s de 20 incursiones del animal en la capital asturiana
El jabal¨ª libra una guerra de guerrillas en el norte de Espa?a. Saquea huertos y cultivos?en los alrededores de Oviedo, ocasiona decenas de accidentes de tr¨¢fico en carretera y se pone a salvo en el monte, refugiado entre la maleza de las fincas abandonadas y las zonas vedadas a la caza. El animal se lanza por las calles en busca de comida con una frecuencia cada vez mayor, lejos de los cazadores y alentado por los vecinos que lo alimentan. La Consejer¨ªa de Desarrollo Rural de Asturias estima que el Principado gasta?al a?o unos 500.000 euros por los destrozos del animal, ahora visibles en los distintos c¨¦spedes que ha arrasado en la capital asturiana.
Un tercio de los accidentes de tr¨¢fico en Espa?a
El jabal¨ª caus¨® en 2015 cerca de la tercera parte (30,8%) de los accidentes de tr¨¢fico con animales en Espa?a, seg¨²n el Centro de Estudios Ponle Freno-Axa. Y fue el mayor responsable de los choques entre 2013 y 2015, por encima del perro y el corzo.?Un estudio encargado por la Direcci¨®n General de tr¨¢fico en 2011 fij¨® en 163 el n¨²mero de siniestros que provoc¨® en Asturias en un a?o. Las sociedades de caza que gestionan terrenos en los que hay accidentes y el Principado, responsable de ¨¢reas p¨²blicas, reciben demandas por miles de euros, aunque una modificaci¨®n de la Ley de Tr¨¢fico del a?o pasado ahora los protege y pone la mayor¨ªa de la carga en las aseguradoras.
La polic¨ªa municipal ha registrado m¨¢s de 20 incursiones a la ciudad en lo que va de 2016 y hay zonas del casco urbano de Oviedo donde se les puede ver todos los d¨ªas. En un barrio residencial del este, dos hombres mayores observan una pareja de hembras que escarban entre la hierba de un parque. ¡°?Y qu¨¦ haces con la comida que sobra? ?La tiras? Yo prefiero d¨¢rsela a los cerditos¡±, justifica un tercer residente. Pronto se forma un corrillo de simpatizantes del jabal¨ª que se refieren a este como ¡°bueno¡± e?¡°indefenso¡±. Uno de los vecinos llama a los cerdos para demostrar que son mansos. Las hembras, de unos 60 kilos, acuden con la tranquilidad de dos mascotas habituadas al trato con seres humanos.
¡°Estos animales son los ¨²ltimos sobrevivientes¡±, explica John J. Mayer,?doctor en zoolog¨ªa e investigador del Laboratorio Nacional de Savannah River en Estados Unidos, quien lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas estudiando la especie. ¡°Con las fuentes adecuadas de comida, agua, sombra y cobertura para escapar pueden vivir en casi cualquier ambiente¡±, agrega, ¡°son muy reservados y aprenden y se adaptan de forma r¨¢pida¡±. Lo que han aprendido en el caso de Oviedo es, como dec¨ªa Mao Tse-Tung del deber del Ej¨¦rcito Rojo, a moverse entre el pueblo como el pez en el agua. Posan para las fotograf¨ªas y los v¨ªdeos, comen de la mano de la gente y se echan, d¨®ciles como perros, para que les acaricien la panza.
Carlos Nores, doctor en biolog¨ªa e investigador de la Universidad de Oviedo, precisa que se trata de animales salvajes que?¡°pueden reaccionar muy agresivamente si se sienten amenazados, acorralados o en defensa de sus cr¨ªas¡±. Carlos Cuervo, de 54 a?os, director de la sociedad que administra el coto de caza m¨¢s pr¨®ximo a la ciudad, se queja de que este a?o el presupuesto del grupo para da?os ocasionados por el jabal¨ª se quedar¨¢ corto. ¡°Por el estrago m¨¢s reciente en un potrero en el que entraron a escarbar vamos a tener que pagar 2.300 euros¡±, afirma.
La carretera que divide la zona de caza del Monte Naranco, en el norte de Oviedo,?de la que lo proh¨ªbe y que se ha convertido en la retaguardia del jabal¨ª, est¨¢ sembrada de fincas deshabitadas. Los frutales abandonados en esos terrenos son una fuente continua de alimento. Desde los matorrales que crecen all¨ª los cerdos aguardan para asaltar los cultivos y emboscar a los automovilistas. Asturias es una de las comunidades con m¨¢s fincas y aldeas despobladas de Espa?a: 86 de sus poblaciones no tienen ni un solo habitante y 300 no pasan de 10, seg¨²n el padr¨®n del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Este fen¨®meno demogr¨¢fico ha dado v¨ªa libre al crecimiento de la poblaci¨®n del jabal¨ª, un mam¨ªfero ungulado ¡ªcon pezu?as¡ª, que se reproduce como un roedor, seg¨²n la definici¨®n del profesor Nores. Tambi¨¦n se ha cruzado con el cerdo vietnamita, comprado hace a?os como mascota y posteriormente condenado al aislamiento y la vida feral por el descuido de sus antiguos due?os. Los cazadores afirman haber matado 217 jabal¨ªes en cinco meses en el Naranco, pero su n¨²mero sigue creciendo.
Ricardo Fern¨¢ndez (PSOE), concejal de seguridad ciudadana de Oviedo, ha planteado que la esterilizaci¨®n podr¨ªa ser un m¨¦todo para controlarlos, aunque admite que esta f¨®rmula tiene ciertos inconvenientes. ¡°Nuevas opciones, como anticonceptivos y venenos espec¨ªficos para los cerdos, est¨¢n en desarrollo, pero ninguna estar¨¢ disponible en el corto plazo para su aplicaci¨®n generalizada¡±, aclara el investigador Mayer. La Consejer¨ªa de Desarrollo Rural ha implementado batidas programadas para controlar al aumento de la poblaci¨®n, que se puede limitar con una estrategia coordinada, pese a que no todos los ciudadanos est¨¢n de acuerdo.
¡°M¨ªralos c¨®mo son buenos¡±, defiende un vecino que pide no dar su nombre ni identificar el barrio para proteger los jabal¨ªes. Los animales se acercan al trote, arriman la trompa, comen de su mano. Saben que mientras que se muevan como el pez en el agua podr¨¢n estar a salvo, a¨²n en la retaguardia del enemigo, como bien ense?aba Mao.
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