Los elementos del periodismo
En Espa?a la opini¨®n est¨¢ en todas partes; y muchas veces la informaci¨®n que se da es pura opini¨®n
Es mejor empezar por algunos ejemplos.
Cuando George Clooney estren¨® en Espa?a Buenas noches y buena suerte, en la que encarnaba al periodista que se enfrent¨® a McCarthy, apareci¨® en EL PA?S un reportaje en el que otros periodistas espa?oles, de distintos medios, explicaban el papel que les correspond¨ªa a los informadores en situaciones como la provocada por aquel l¨¢tigo de las libertades en los Estados Unidos de la Guerra Fr¨ªa.
Un peri¨®dico digital public¨® enseguida una informaci¨®n en la que denunciaba el reportaje porque en ¨¦l solo aparec¨ªan periodistas del Grupo PRISA, editor de este diario. En el reportaje aparec¨ªa ¨²nicamente I?aki Gabilondo, que entonces dirig¨ªa el informativo m¨¢s importante de Cuatro, y prolongaba all¨ª una carrera impresionante en el oficio. El resto de los entrevistados eran tres periodistas de Atresmedia, dos de Televisi¨®n Espa?ola, dos de Telecinco y uno de TV3. El peri¨®dico digital recibi¨® una llamada de protesta de EL PA?S. El director de ese medio digital dijo para empezar que la protesta no respond¨ªa a la realidad, pero fue leyendo, mientras conversaba, lo que ¨¦l mismo hab¨ªa decidido publicar. Al acabar dijo: ¡°Es verdad, hemos manipulado. Pero no vamos a rectificar. ?Quieres que te hagamos una entrevista?¡±.
A?os antes, un periodista de larga data conclu¨ªa en el desaparecido Diario 16 una serie contra periodistas de este grupo, con los que ¨¦l hab¨ªa compartido, entre otras, la aventura profesional de poner en marcha este diario. El compa?ero que fue zaherido, como los dem¨¢s, en ¨²ltimo t¨¦rmino, pidi¨® el consejo judicial. El juez dijo: ¡°Es mejor que no hagas nada. Estar¨¢s a?os litigando y mientras tanto te seguir¨¢n dando estopa¡±.
Un tercer ejemplo. La reciente publicaci¨®n de los llamados papeles de Panam¨¢ desat¨® tuits y retuits de toda laya por parte de medios que de ninguna manera pod¨ªan tener acceso a los papeles propiamente dichos; la urgencia con la que aceptaron como v¨¢lidos los datos, as¨ª como la prolongaci¨®n, en forma de opini¨®n, de los mismos, suger¨ªa la posibilidad cierta de que lo hac¨ªan no s¨®lo para subirse al carro de lo que publicaban otros sino porque as¨ª ampliaban la difusi¨®n de su marca. En un momento determinado, como si hubiera sufrido un espasmo, la informaci¨®n dej¨® de ser relevante en los medios madre de la citada exclusiva. Nadie ha explicado en esos medios, y tampoco en los medios nodriza, a qu¨¦ se debi¨® el s¨²bito black out. Como esas empresas tampoco han hecho transparentes las causas, nadie ha podido comprobar la raz¨®n por la que de pronto les pudo asustar la revelaci¨®n que los dej¨® mudos.
Hace tres a?os, la periodista Almudena Ariza, de Televisi¨®n Espa?ola, recibi¨® todo tipo de insultos por parte de un documentalista que se sinti¨® malherido porque Ariza no us¨® material suyo para una determinada informaci¨®n. Los insultos fueron recreados en la Red por desaprensivos que, como los que copiaron los papeles de Panam¨¢, consideraron que no era imprescindible comprobar el g¨¦nero que compraban con tanto entusiasmo.
El insulto no es l¨ªcito, dec¨ªa la sentencia que compens¨® a Almudena Ariza. En periodismo tampoco es l¨ªcito el rumor, y por supuesto no es profesional dar curso a supuestas informaciones que no se han comprobado. El mundo digital se ampara en la amplitud de la Red, que abre sitio para todo, y en la impunidad de Twitter y de otras redes sociales. El periodismo (y no s¨®lo el de la Red) se ha contaminado de ese conjunto de impunidades y hay muy pocas personas o entidades perjudicadas que hayan tenido el arrojo y la paciencia de Almudena Ariza para imponerse en contra de la vejaci¨®n que ha sufrido.
El periodismo est¨¢ siendo contaminado por la opini¨®n y, en gran medida, por el insulto disfrazado de opini¨®n. Hechos irrelevantes no confirmados, por irrelevantes, adquieren forma de grandes esc¨¢ndalos en medios que no tienen el pudor de poner sus propios datos en el espejo del inter¨¦s p¨²blico. Herir por herir, porque al enemigo hay que ahogarlo con agua sucia. The New York Times ha tenido que advertir a sus periodistas de que la opini¨®n (la Opini¨®n) tiene su sitio en el peri¨®dico, y no es en la informaci¨®n. En Espa?a la opini¨®n est¨¢ en todas partes; y muchas veces la informaci¨®n que se da es pura opini¨®n contra aquellos cuyo mal se desea.
Bill Kovach y Tom Rosenstiel, dos grandes estudiosos del oficio, publicaron a principios de siglo sus conclusiones de una investigaci¨®n que diera de s¨ª un c¨®digo de los elementos esenciales del periodismo (Elementos del periodismo,2003, publicado en Espa?a en 2012). Estos son los puntos derivados de su investigaci¨®n: ¡°1. La primera obligaci¨®n del periodismo es la verdad. 2. Debe lealtad a todos los ciudadanos. 3. Su esencia es la disciplina de verificaci¨®n. 4. Debe mantener su independencia con respecto a aquellos de quienes informa. 5. Debe ejercer un control independiente del poder. 6. Debe ofrecer un foro p¨²blico para la cr¨ªtica y el comentario. 7. Debe esforzarse por que el significante sea sugerente y relevante. 8. Las noticias deben ser exhaustivas y proporcionadas. 9. Debe respetar la conciencia profesional de sus profesionales¡±.
La facilidad con la que hoy se disparan rumores, conclusiones precipitadas, insultos y acosos a los medios o a aquellos que no son de la cuerda de los que se sienten en posesi¨®n de la verdad genera, por desgracia, esa sensaci¨®n de que el periodismo es otra cosa, un grito, un insulto o un pu?etazo. Y no es otra cosa. Sigue siendo aquello que defin¨ªa Eugenio Scalfari: ¡°Periodismo es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente¡±. Nos est¨¢n vendiendo una mercanc¨ªa averiada, y adem¨¢s el p¨²blico la est¨¢ comprando gratis, porque no s¨®lo es gratuita sino porque est¨¢n haciendo que no valga nada.
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