Sexo seguro sin preservativo
Un buen uso de la medicaci¨®n antiviral en parejas en las que uno de los dos tiene el VIH consigue de forma natural 150 nacimientos de ni?os sin el virus
Tres paneles de corcho ocupan las paredes del despacho del m¨¦dico Jorge del Romero en el Centro Sanitario Sandoval de Madrid. Son tres enormes marcos llenos de fotos de los m¨¢s de 150 ni?os que han nacido sanos gracias a un protocolo que empez¨® en 2002. Pero Sandoval no es una cl¨ªnica ginecol¨®gica; est¨¢ especializada en enfermedades de transmisi¨®n sexual, y el logro es que se trata de beb¨¦s nacidos de parejas en las que uno de los dos, el padre o la madre, tiene el VIH, pero que fueron concebidos y alumbrados naturalmente sin que haya habido infecciones entre la pareja o a los hijos sin m¨¢s protecci¨®n que el control de la medicaci¨®n antiviral.
"Nosotros no usamos protecci¨®n desde que ella empez¨® el tratamiento, en 1996 o 1997", dice Ra¨²l quien, como los dem¨¢s participantes en el ensayo que se han entrevistado, usa un nombre falso, que el estigma del VIH a¨²n impone. Aquella decisi¨®n encontr¨® acomodo despu¨¦s en el programa que en 1998 empez¨® Romero para impedir la transmisi¨®n del virus entre parejas en las que uno de los dos estaba infectado, y que se ampli¨® al aspecto reproductivo en 2002. "Nosotros no decimos que no se use el preservativo, pero si no lo vas a utilizar, no te juzgamos y te decimos la mejor manera de protegerte", explica el m¨¦dico.
Ra¨²l y Eva, su pareja, han tenido dos hijos: el primero, con VIH, antes de recibir medicaci¨®n; el segundo, sin el virus, cuando ya la madre tomaba antivirales. Sin que salgan sus nombres, ellos son protagonistas del art¨ªculo que acaba de publicar el equipo de Romero en Medicine, en el que documentan 144 embarazos desde 2002 a 2013 en 161 parejas serodiscordantes (uno con VIH, otro sin ¨¦l) despu¨¦s de m¨¢s de 7.000 coitos vaginales sin protecci¨®n y "con cero transmisiones entre los progenitores y cero a los ni?os", como recalca el m¨¦dico."Al principio de tener relaciones sin protecci¨®n, yo no las ten¨ªa todas conmigo. Ten¨ªa miedo por ¨¦l, no le fuera a transmitir algo", dice la mujer. Ra¨²l, sonriente, rebate: "Yo siempre estuve tranquilo. Y no me ha pegado ni un catarro".
Y ahora, las parejas gais
Cuando las grandes agencias mundiales, como la OMS, hablan de medidas efectivas para frenar la transmisi¨®n del VIH, piensan, sobre todo, en las relaciones heterosexuales, que son la causa de m¨¢s del 90% de los nuevos casos en el mundo. Pero en los pa¨ªses occidentales, m¨¢s del 50% se da en hombres que tienen sexo con hombres. Y hacia ellos se dirige ya, tambi¨¦n, el programa de asesor¨ªa a parejas del Centro Sandoval de Madrid que dirige Jorge del Romero.
"Cuando empezamos, no pod¨ªamos incluirlos porque, al menos los que acuden aqu¨ª, tienen caracter¨ªsticas especiales: sus relaciones duran menos y muchas son parejas abiertas", explica el m¨¦dico. Este ¨²ltimo hecho hac¨ªa imposible medir si hab¨ªa transmisi¨®n del VIH entre ellos, porque este pod¨ªa venir de un tercero. Pero los avances en las t¨¦cnicas y la incorporaci¨®n de marcadores gen¨¦ticos ahora permite hacer ese seguimiento, y el programa ya incluye a parejas serodiscordantes (unos con VIH, otro sin ¨¦l) de hombres. "Si hay una transmisi¨®n, podemos saber la fuente", dice Romero.
Aunque el programa acaba de empezar las conclusiones van exactamente en la misma direcci¨®n que las obtenidas entre parejas heterosexuales, y ello pese a que hay diferencias (la mucosa anal no es igual que la vaginal): no ha habido ninguna transmisi¨®n cuando el componente con VIH est¨¢ bien medicado, toma las pastillas diariamente y, gracias a su efecto, la cantidad de virus en su sangre, que es lo que se mide, se considera indetectable. "Era lo l¨®gico, pero hab¨ªa que probarlo", dice el m¨¦dico.
Otra de las protagonistas de este trabajo es Marta, de 41 a?os, 13 de ellos con VIH. La mujer es madre de dos hijos concebidos y nacidos de forma natural y sin el virus.? "Cuando te enteras de que tienes el VIH es un choque terrible; ni te planteas la maternidad", dice. "Pero en 2007 nos enteramos de lo que hac¨ªan en Sandoval, y nos dijeron que estando en tratamiento con el virus controlado el riesgo de transmisi¨®n disminuye a cero, y nos animamos", cuenta. "Te cambia la vida. Te la simplifica mucho, y no solo a ti misma, tambi¨¦n a tu pareja. Yo confi¨¦ en Jorge inmediatamente, y tuve la suerte de que mi chico tambi¨¦n lo hizo", a?ade.
La idea de poder tener relaciones con normalidad es muy importante, aunque para la mayor¨ªa de las parejas parezca algo resuelto, como mucho usando la p¨ªldora si no se quieren tener hijos. Pero, para estas parejas, es un paso m¨¢s. "Yo me enter¨¦ de que ten¨ªa VIH cuando estaba embarazada del primero de mis hijos", cuenta Eva. Era 1992, y en aquella ¨¦poca "las expectativas eran muy malas". "Al nacer el ni?o, nos dijeron que disfrut¨¢ramos de ¨¦l, que ten¨ªa una expectativa de cinco a?os de vida". Ahora, con un aspecto inmejorable a los 51 a?os, su problema de cara a las relaciones ya no es tanto el VIH como la menopausia, dice Eva entre risas.
"Al principio, cuando le hac¨ªan controles a mi pareja, reconozco que ten¨ªa cierta cosilla en la tripa", afirma Marta. Ellos entraron en el programa poco a poco. "Solo ten¨ªamos relaciones sin protecci¨®n para tener ni?os; de resto, us¨¢bamos cond¨®n. Luego te relajas".
Cero transmisiones
Ese era el protocolo original: se med¨ªa la carga viral (las copias de virus) en la sangre y otros fluidos, se comprobaba que las personas no ten¨ªan ninguna otra enfermedad de transmisi¨®n sexual y, en los d¨ªas de mayor fertilidad, ten¨ªan las relaciones desprotegidas. Aquellas pr¨¢cticas, revolucionarias hace 15 a?os, han permitido, con art¨ªculos como el que se acaba de publicar y otros anteriores, que se llegue al que ha sido el gran cambio en el tratamiento de la epidemia del VIH en el mundo: que medicar a los afectados es la mejor prevenci¨®n para la propagaci¨®n del virus. As¨ª lo aceptan ya todas las autoridades cient¨ªficas, y eso supone que en pa¨ªses como Espa?a ya se medique a los infectados desde el momento en que reciben el diagn¨®stico. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud tambi¨¦n apoya ya ese abordaje, aunque los f¨¢rmacos solo llegan al 50% de quienes los necesitan.
"Hace unos a?os costaba lanzar este mensaje, porque parec¨ªa que est¨¢bamos animando a la gente a dejar el preservativo alegremente, y este tiene un papel de protecci¨®n ante otras enfermedades de transmisi¨®n sexual", afirma Romero. "Pero con el VIH la evidencia es clara: sin medicaci¨®n es un desastre; con ella, tenemos cero transmisiones. Va a ser la manera de frenar el sida".
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