Por qu¨¦ los sondeos inflan a Podemos
El partido logr¨® en Galicia y Pa¨ªs Vasco un resultado 3 puntos peor al previsto por la media de encuestas
Los sondeos inflaron las expectativas de Podemos y sus confluencias. Como en las ¨²ltimas generales del 26-J, las encuestas se desviaron a favor de Podemos. El gr¨¢fico muestra que en los casos vasco y gallego fue el ¨²nico partido que los institutos de opini¨®n sobrestimaron.
No es la primera vez. Aunque las encuestas infravaloraron a Podemos en sus primeras elecciones, las europeas de 2014, despu¨¦s han tendido a darles votos de m¨¢s. En las elecciones andaluzas le daban un 16,8% (de media) y logr¨® un 14,8%. En las catalanas, le daban un 12% y se qued¨® en 8,9%. En las generales de diciembre la cosa fue m¨¢s compleja: el partido fue subiendo semanas antes de las elecciones, pero las encuestas del mismo 20 de diciembre le dieron m¨¢s votos de los que finalmente consigui¨®.
El error m¨¢s conocido se produjo en junio: las encuestas pon¨ªan a Unidos Podemos segundo, con un 24,9% de votos, pero acab¨® siendo tercero con el 21,1%. ¡°Se puede hablar de una pauta¡±, dice Alberto Penad¨¦s, profesor de la Universidad de Salamanca. ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de esta tendencia? Al menos una mezcla de estas tres explicaciones.
1. No lo saben, pero son m¨¢s abstencionistas
?Es posible que los votantes de Podemos sean m¨¢s abstencionistas de lo que dicen? Los datos del 26-J sugieren que s¨ª. Antes de las elecciones los votantes de Unidos Podemos se mostraban muy decididos ¡ªla enorme mayor¨ªa dec¨ªa que votar¨ªa con seguridad¡ª, pero despu¨¦s hubo m¨¢s abstenci¨®n entre ellos que entre los votantes del PSOE o del PP. ¡°Las encuestas muestran que los votantes de Podemos nos dicen que van a votar m¨¢s de lo que luego lo hacen¡±, dice Bel¨¦n Barreiro, directora de MyWord, empresa de sondeos de opini¨®n.
El reto de los encuestadores est¨¢ en saber si esa conducta es espor¨¢dica o una regularidad de los simpatizantes del partido. Para eso hace falta tiempo. Las personas tendemos a decir que votaremos aunque no siempre lo hacemos. Por eso la intenci¨®n que declaramos en una encuesta no siempre es de fiar. Una soluci¨®n para predecir estos comportamientos est¨¢ en esperar: dar tiempo a que los electorados ¡°revelen¡± su comportamiento. Con Podemos no se ha tenido ese tiempo.
En las ¨²ltimas elecciones, esta abstenci¨®n imprevista pudo darse en el Pa¨ªs Vasco. ¡°Barajamos que la bajada de participaci¨®n ha provocado una abstenci¨®n desigual que ha afectado fundamentalmente a Podemos¡±, dice Francisco Camas, de Metroscopia. La participaci¨®n es por tanto un dato b¨¢sico para prever el posible ¨¦xito de Podemos. ¡°Si me dan el nivel de participaci¨®n, por ejemplo, en Galicia, ya s¨¦ qu¨¦ va a pasar porque sabr¨¦ si el joven ha ido a votar¡±, dice Narciso Michavila, presidente de Gad3, empresa de sondeos. Pero predecir el nivel de participaci¨®n es muy complicado.
2. Su votante es m¨¢s joven e imprevisible
El votante de Podemos es m¨¢s joven. Eso le a?ade incertidumbre a su comportamiento: ¡°El votante de Podemos puede tener intenci¨®n de participar pero luego el estilo de los j¨®venes encaja peor con un domingo electoral que el de una persona de 50 a?os¡±, dice Barreiro.
El problema no es solo que no vayan a votar, sino la variaci¨®n de gustos electorales de este perfil de votante: ¡°Su problema es que toma la decisi¨®n en el ¨²ltimo minuto¡±, dice Michavila, que usa esta met¨¢fora para describir la diferencia con el votante de otro tipo de partidos: ¡°El lector de la prensa de papel no es igual al de la prensa online o el cliente de un banco tradicional no es igual que el online¡±. El votante de Podemos es online.
Seg¨²n Camas, en Galicia el motivo de ca¨ªda m¨¢s probable de En Marea fue la fuga de voto al BNG en los ¨²ltimos d¨ªas de campa?a: ¡°Ha habido un voto de En Marea que ha ido al BNG fruto de la campa?a¡±.
3. Los reservados no votan a Podemos
Los votantes de Podemos responden m¨¢s a todas las encuestas. Les gusta hablar de pol¨ªtica incluso si les llaman al m¨®vil. Est¨¢n m¨¢s motivados. Esto tiene una consecuencia obvia: ¡°Entran en la muestra m¨¢s f¨¢cilmente¡±, dice Penad¨¦s. Los institutos de opini¨®n deben vigilar esta sobrestimaci¨®n: es posible que las personas que no responden encuestas ¡ªporque son reservadas o est¨¢n m¨¢s ocupadas¡ª tengan inclinaci¨®n por los partidos tradicionales.
¡°Con Podemos hay tendencia a la sobreexposici¨®n y pasa lo contrario que le pasa al PP, que tiene una cierta tendencia a la ocultaci¨®n y tenemos que corregir y ponderar¡±, dice Barreiro. Los votantes de Podemos tienen menos problemas en revelar su voto. Detectar y corregir este tipo de sesgos es parte del trabajo de un encuestador. Es una de las tareas de su famosa ¡°cocina¡±. Pero es dif¨ªcil de hacer con total precisi¨®n y por eso las encuestas son un ejercicio de aproximaci¨®n.
Los datos sobre el comportamiento electoral del votante de Podemos son a¨²n insuficientes. As¨ª de complejo es, por ejemplo, el comportamiento del votante del PP, seg¨²n Barreiro: ¡°Va por ciclos. Cuando gobierna, al principio de sus mandatos, la ocultaci¨®n de voto al PP cae. Cuando tiene peor reputaci¨®n, aumenta. Y cuando pasa a la oposici¨®n, aumenta a¨²n m¨¢s. Son pautas muy trabajadas¡±, dice.
Con Podemos el reto es doble. En pr¨®ximas elecciones, los institutos de sondeos pueden asumir en la cocina que no toda la intenci¨®n de voto de Podemos se traducir¨¢ en votos reales. Pero puede ser que en ese ciclo el mismo votante de Podemos ya no sea tan entusiasta. Quiz¨¢s los j¨®venes aprenden con la experiencia que aunque creen que votar¨¢n no siempre lo hacen. O quiz¨¢s la edad los har¨¢ menos abstencionistas. Los sondeos entonces infravalorar¨ªan a Podemos. De momento, han copado el entusiasmo de los votantes, que ha resultado algo ficticio.
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