Asesor¨ªa para asesinar
La mujer de Roberto Larralde y su amante urdieron un complejo plan para matarlo, que inclu¨ªa la ayuda de un detective, seg¨²n el fiscal
A Roberto Larralde no le dio tiempo de mirar a su asesino a los ojos. Su sue?o de volver a subirse a un ring se esfum¨® en el margen izquierdo del r¨ªo Bernesga, cuando su verdugo levant¨® el arma a solo 60 cent¨ªmetros de su cuerpo, le apunt¨® por la espalda y le dispar¨® en la cabeza. El musculado exboxeador cay¨® a plomo en mitad de la oscuridad. En un paraje arbolado, apartado del peque?o pueblo leon¨¦s de Santa Olaja de la Ribera. All¨ª, pasadas las once de la noche, nadie escuch¨® la ejecuci¨®n perpetrada por uno de sus antiguos compa?eros de prisi¨®n y ordenada por la mujer del propio asesinado y por su amante, seg¨²n concluy¨® la investigaci¨®n policial, que atribuye a esta pareja la autor¨ªa intelectual de una compleja trama urdida simplemente, subray¨® el instructor, porque "la existencia de Roberto pod¨ªa convertirse en un obst¨¢culo insalvable [para su relaci¨®n]".
Para ello, los investigadores mantienen que los implicados en el crimen compusieron un complejo puzle de coartadas. Insisten en que se sirvieron de la ayuda de un detective privado, que les instruy¨® para ocultar las pruebas; y recalcan que, adem¨¢s, una vez muerto Larralde, enterraron el cad¨¢ver para "que no apareciera" y se difuminara as¨ª el rastro que conduc¨ªa hasta ellos.
Toda una bater¨ªa de detalles que se expondr¨¢ durante el juicio, que arranca el pr¨®ximo 24 de enero en la Audiencia Provincial de Le¨®n. A partir de ese momento, el jurado popular valorar¨¢ las pruebas recopiladas: grabaciones de v¨ªdeo, registros telef¨®nicos o el testimonio clave de una testigo... En definitiva, si encajan todas las piezas de esta historia.
Primera pieza: las dos relaciones
Miriam Caballero y Julio L¨®pez, los principales acusados, se conocieron en abril de 2014, apenas cinco meses antes del asesinato del boxeador. Su relaci¨®n sentimental se forj¨® en El Espiral, una acristalada cafeter¨ªa de la calle de Jos¨¦ Aguado, en la capital leonesa, donde ella trabajaba como camarera. ?l, un empresario local de la madera, hab¨ªa dejado atr¨¢s su matrimonio. Caballero, en cambio, aunque ten¨ªa una orden de alejamiento, "segu¨ªa vi¨¦ndose con Larralde en casa de los padres de su marido", explica la fiscal¨ªa. "Hac¨ªan vida en pareja y conviv¨ªan juntos. Roberto desconoc¨ªa la relaci¨®n extramatrimonial", remacha Marcos Garc¨ªa, el abogado de la acusaci¨®n particular.
"Simplemente, Miriam y Julio mataron a Roberto para quit¨¢rselo de en medio y tener v¨ªa libre en su relaci¨®n", a?ade el letrado. Aunque el matrimonio del exboxeador y Caballero, con dos hijos, llevaba a?os marcado por los malos tratos. Larralde entr¨® en prisi¨®n en 2010 por maltratar a su esposa, que viv¨ªa bajo la tensi¨®n de que su marido supiera que hab¨ªa conocido a otro hombre; seg¨²n consta en la causa.
Hasta 27 a?os de c¨¢rcel
La fiscal¨ªa. El Ministerio P¨²blico ha solicitado diferentes penas para los acusados, en funci¨®n de su grado de implicaci¨®n. El fiscal pide 23 a?os para Miriam Caballero por asesinato y 20 a?os para Julio L¨®pez, Jos¨¦ Ram¨®n Vega, Froil¨¢n ?lvarez y Carlos Heli. Aunque, para estos dos ¨²ltimos, tambi¨¦n matiza que se le impongan 10 a?os de c¨¢rcel si solo se les considera c¨®mplice y no autores del crimen. Adem¨¢s, exige que se condene a otros dos a?os de prisi¨®n a Vega, Adri¨¢n Mart¨ªnez y Antonio Gabarri por tenencia il¨ªcita de armas.
La acusaci¨®n particular. Los abogados de la familia de Larralde, encabezados por el medi¨¢tico Marcos Garc¨ªa Montes, consideran que los siete acusados funcionaron como un "aut¨¦ntico grupo criminal" y, por ello, piden la misma pena para todos: 25 a?os de c¨¢rcel para los autores intelectuales, materiales y cooperadores necesarios. A su vez, solicitan la condena de otros dos a?os para Vega, Mart¨ªnez y Gabarri por tenencia il¨ªcita de armas. Y una indemnizaci¨®n de 450.000 euros para los familiares del exboxeador.
Segunda pieza: los c¨®mplices
Para perpetrar el asesinato, este "grupo criminal" ¡ªdefinici¨®n utilizada por la acusaci¨®n particular¡ª se reparti¨® los roles. A Carrasco y L¨®pez se les considera los autores intelectuales, pero en el banquillo se sentar¨¢n cinco acusados m¨¢s: Jos¨¦ Ram¨®n Vega, excompa?ero de prisi¨®n de Larralde, que supuestamente apret¨® el gatillo; el detective privado Froil¨¢n ?lvarez, que les asesor¨® con las coartadas; Carlos Heli, que colabor¨® en la fabricaci¨®n de las pruebas falsas; y Adri¨¢n Mart¨ªnez y Antonio Gabarri, que facilitaron el arma.
Pero, ?c¨®mo consigui¨® implicar la pareja a tanta gente? L¨®pez ten¨ªa una relaci¨®n previa con el n¨²cleo m¨¢s importante de la trama ¡ªVega, ?lvarez y Heli¡ª. Seg¨²n relata el fiscal, Vega, el presunto autor del disparo mortal, hab¨ªa trabajado en alguna ocasi¨®n para la maderera del empresario leon¨¦s. Adem¨¢s, hab¨ªa coincidido en la c¨¢rcel de Mansilla de las Mulas con Larralde, por lo que contaba con su confianza. "Llevaba varios meses de baja laboral y estaba pasando apuros econ¨®micos", apunta el Ministerio P¨²blico.
El detective, por su parte, tambi¨¦n se hab¨ªa topado previamente con L¨®pez. Se conocieron cuando la propia exesposa del maderero contrat¨® al investigador privado para que siguiera a su marido. "Se hicieron entonces amigos ¨ªntimos", revela el fiscal, que recalca el papel fundamental que jug¨® ?lvarez en la trama. Seg¨²n las pesquisas, este asesor¨® a los otros implicados para que, durante el asesinato, Vega no llevase su m¨®vil con ¨¦l. En su lugar, el autor del disparo dej¨® el tel¨¦fono a Heli (el tercer colaborador). "Que realiz¨® varias llamadas mientras Jos¨¦ Ram¨®n estaba con Roberto, para que la polic¨ªa no posicionara el m¨®vil en el lugar donde iba a matarlo", cuenta la juez instructora en un auto.
Tercera pieza: el arma
La cadena que coloca la pistola en el escenario del crimen comienza con Adri¨¢n Mart¨ªnez. Seg¨²n la fiscal¨ªa, este se la hab¨ªa dado a Antonio Gabarri para saldar una deuda de 700 euros, quien posteriormente se la vendi¨® a Jos¨¦ Ram¨®n Vega. "Existen en el procedimiento una serie de llamadas entre los dos acusados [derivadas de otra investigaci¨®n], en las que se reconoce la venta de dicho arma a Vega. Obviamente, con conocimiento expreso de los dos acusados de su uso para la comisi¨®n de un hecho delictivo", subraya contundente el letrado de la acusaci¨®n particular, que los considera "cooperadores necesarios del delito de asesinato".
Cuarta pieza: el disparo en la cabeza
Larralde nunca supo que quer¨ªan matarlo. Ni siquiera cuando, el 13 de septiembre de 2014, cay¨® al suelo en el paraje de Santa Olaja de la Ribera. Presuntamente, Jos¨¦ Ram¨®n Vega le peg¨® un tiro por la espalda a bocajarro, cuando el exboxeador caminaba desprevenido delante, tras convencerlo de que se reunieran para hablar de negocios. El supuesto asesino telefone¨® a su v¨ªctima a las 21.37. Se hab¨ªan conocido en prisi¨®n en el a?o 2000 y hab¨ªan trabado amistad. As¨ª que Larralde no desconfi¨® de su excompa?ero, con una docena de condenas en su historial delictivo de casi dos d¨¦cadas ¡ªdesde robo con violencia a lesiones, tenencia il¨ªcita de armas, atentado a la autoridad y exhibicionismo¡ª.
Quedaron primero en el aparcamiento de un supermercado ALDI, en Puente Castro (Le¨®n). Cada uno lleg¨® con su furgoneta. Larralde en una Mercedes Sprinter. Y Vega en una Peugeot Partner. "Entonces, Jos¨¦ Ram¨®n le dijo a Roberto que dejase all¨ª su furgoneta y que se montara en la suya", relata el fiscal. Y contin¨²a la acusaci¨®n particular: "Condujo hasta una zona arbolada, con la excusa de que ambos iban a dar "un palo de chocolate", llev¨¢ndolo en realidad como un cordero al matadero". Llev¨¢ndolo hasta el lugar donde supuestamente lo asesin¨®.
Quinta pieza: las coartadas
Los investigadores consideran que los implicados trataron de esquivar a las autoridades con dos coartadas claves. La primera buscaba exonerar al autor material del disparo: tras telefonear a Larralde para reunirse, Vega entreg¨® su m¨®vil a Carlos Heli para que se quedara con ¨¦l y realizara varias llamadas mientras el presunto asesino estaba con su v¨ªctima.
La segunda coartada afecta a los dos presuntos autores intelectuales. Miriam Caballero y Julio L¨®pez organizaron un viaje a Madrid en la fecha del asesinato. Pero las c¨¢maras del bar Granada, donde varios de los acusados se encontraron una hora antes del crimen, captaron la reuni¨®n que mantuvieron el empresario leon¨¦s con Vega y Heli, desde donde se telefone¨® a Larralde para quedar. Esta se produjo antes de que la pareja partiera hacia la capital.
Tranquila, ya est¨¢ hecho La frase que L¨®pez le dijo a Caballero despu¨¦s del crimen, seg¨²n un testigo
Sexta pieza: el testimonio clave
Apenas hab¨ªa pasado una hora del asesinato de Larralde, cuando Julio L¨®pez conversa con uno de sus socios por tel¨¦fono. El empresario viajaba hacia Madrid con su amante y dos amigas, en un Porsche Cayanne. Tras hablar por el m¨®vil, el maderero lo apaga y mira a Miriam. "Tranquila, ya est¨¢ hecho", le dijo entonces; seg¨²n declar¨® ante los investigadores una de las acompa?antes que iba en el coche, tal y como recoge el juez.
S¨¦ptima pieza: el cad¨¢ver
Cinco d¨ªas tardaron en encontrar el cuerpo de Larralde, alba?il de profesi¨®n. Seg¨²n los investigadores, tras acabar con su vida, Vega lo dej¨® abandonado durante horas en el paraje del r¨ªo Bernasga. Hasta que volvi¨® con las primeras luces del alba para enterrarlo, con una m¨¢quina excavadora, bajo un mont¨ªculo de tierra, ramas y maleza. El cad¨¢ver apareci¨® el 18 de septiembre. Lo hallaron dos perros polic¨ªas, que descubrieron la primera pieza del complejo puzle a encajar a partir del 24 de enero. Un rompecabezas que rechazan los abogados defensores. Uno de ellos ha acusado a la polic¨ªa de "cerrar en falso" el caso e insiste en retomar una l¨ªnea de investigaci¨®n archivada por el juez instructor: dos testigos sit¨²an supuestamente al exboxeador en un encuentro con terceras personas para perpetrar un robo. "Pudo haber alg¨²n conflicto derivado del hurto y alguien lo mat¨®", plantea.
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