Gonzalo Puente Ojea, intelectual ateo y exembajador en el Vaticano
El diplom¨¢tico y presidente de honor de Europa Laica public¨® una treintena de obras
Creyente en sus a?os mozos, agn¨®stico y ateo m¨¢s tarde, intelectual de fuste con una treintena de obras publicadas, siempre inconformista, el diplom¨¢tico Gonzalo Puente Ojea sol¨ªa acudir a una cita de Chesterton en Por qu¨¦ soy cat¨®lico para ilustrar c¨®mo, entre ignorar las derrotas o exagerarlas, est¨¢ el talento de arrancar victorias de los fracasos. Fue la historia de la ejecuci¨®n, por sedicioso, del nazareno Jes¨²s a manos de Poncio Pilato, instigado por los l¨ªderes jud¨ªos del momento. Chesterton sosten¨ªa que sin aquel ascenso al monte Calvario no habr¨ªa habido cristianismo. Tambi¨¦n Puente Ojea crey¨® poder convertir en victoria su estrepitosa derrota cuando cay¨® en desgracia en el Ministerio de Asuntos Exteriores, del que hab¨ªa sido subsecretario con Fernando Mor¨¢n en el primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, cuando el Vaticano le retir¨® el pl¨¢cet de embajador por divorciarse y volverse a casar por lo civil.
La jerarqu¨ªa cat¨®lica se empe?¨®, con furia poco cristiana, en una campa?a que destroz¨® la reputaci¨®n incluso profesional de Puente Ojea, retirado de Roma de mala manera. Quien lo sentenci¨® en agosto de 1987 fue el ministro Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. La pol¨¦mica fue tan extravagante que Fernando Savater, otro ilustre laicista, la resumi¨® entonces para EL PA?S en un art¨ªculo titulado Embajador en el infierno.
Puente Ojea falleci¨® en la madrugada del martes pasado en su casa de Getxo (Vizcaya) a los 92 a?os de edad. Sus restos fueron incinerados en el cementerio de Derio y en fechas posteriores, a¨²n sin determinar, las cenizas ser¨¢n trasladadas a Madrid para ser enterradas en la tumba familiar en el cementerio de la Almudena, donde reposan las de su compa?era Pilar. Europa Laica, la organizaci¨®n de la que era presidente de honor, le prepara una despedida civil, de acuerdo con sus creencias, y un homenaje p¨®stumo.
Nacido en Cienfuegos (Cuba) en 1924 ¡ªsu padre era all¨ª c¨®nsul general¡ª, Puente Ojea ha sido un referente fundamental en el dif¨ªcil camino de Espa?a hacia la laicidad y la secularizaci¨®n. Nunca renunci¨® a sus ideas, y ello le cort¨® muchas alas en la carrera diplom¨¢tica, enfeudada con el franquismo e invadida por excombatientes y falangistas. Seg¨²n sus datos, de los 444 diplom¨¢ticos que hab¨ªa en 1960, 113 entraron mediante ex¨¢menes patri¨®ticos. En aquel ambiente, Puente Ojea era un faro para los nuevos.
Ser¨ªa una l¨¢stima centrar este obituario en los sucesos que acabaron con su carrera pol¨ªtica, aunque resulta imprescindible para comprobar c¨®mo el Estado espa?ol se humilla muchas veces, sin decoro, ante el poder religioso, que sigue siendo f¨¢ctico (como sol¨ªa decirse durante el franquismo nacionalcat¨®lico). Puente Ojea se sobrepuso con creces a aquellos sucesos completando una obra ensay¨ªstica enciclop¨¦dica, que hab¨ªa iniciado en la d¨¦cada de los cincuenta del pasado siglo con t¨ªtulos como Problem¨¢tica del catolicismo actual (1954). En 1974 public¨® Ideolog¨ªa e Historia. La formaci¨®n del cristianismo como fen¨®meno ideol¨®gico. Otras obras suyas son Elogio del ate¨ªsmo (1995), El mito del alma (2000) o La religi¨®n ?vaya timo! (2009), en la colecci¨®n ?Vaya timo!, de la editorial Laetoli. Tambi¨¦n public¨® una compleja antolog¨ªa de escritos breves, que titul¨® de manera inequ¨ªvoca La Cruz y la Corona. Las dos hipotecas de la Historia de Espa?a. Fue su testamento intelectual, el grito del pensador que no est¨¢ dispuesto a inhibirse ante el deber moral de denunciar las falsedades y corrupciones de la cacareada democracia espa?ola.
Proceso de divorcio
Pero es ineludible volver al incidente diplom¨¢tico que protagoniz¨® en 1987, en el que el Vaticano torci¨® el brazo de mala manera al Gobierno socialista. Roma hab¨ªa acogido con gran disgusto el nombramiento de un diplom¨¢tico por primera vez inmune a los halagos clericales, pero no se atrevi¨® a rechazarlo por la abrumadora mayor¨ªa parlamentaria con que contaba el ejecutivo de Felipe Gonz¨¢lez. Cuando se hizo p¨²blico que el embajador hab¨ªa iniciado un proceso de divorcio, los c¨ªrculos m¨¢s reaccionarios creyeron que hab¨ªa llegado la hora del desquite. Puente Ojea reuni¨® en un libro los documentos del caso. ¡°Sobre mi persona y las circunstancias de mi cese se han acumulado, con el mayor desorden de la mente y con una delirante incoherencia narrativa, toda suerte de falsedades, disparates y difamaciones¡±, escribi¨®.
El resumen es que el Vaticano juzgaba (y sigue juzgando) el divorcio desde la moral sexual, en un ambiente, por cierto, en el que dicha moral en el clero, incluida la curia romana, arroja hasta un 70% de sacerdotes con relaciones sexuales de car¨¢cter o eventual o estable. Puente Ojea se lo dijo as¨ª, sin tapujos, al sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, con quien logr¨® entrevistarse antes de volver a Espa?a: ¡°Si el embajador de Espa?a fuese un hombre de vida licenciosa, pero celoso practicante y cat¨®lico a machamartillo, todo quedar¨ªa condonado y sigilosamente arreglado, como ha sucedido en otros casos. Si fueran expulsados de la curia todos los que conculcan en secreto los tab¨²es sexuales, su personal se quedar¨ªa diezmado¡±. Y el representante del Vaticano le contest¨®: ¡°Haga usted lo mismo¡±.
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