¡°Mi hijo ha conocido a sus abuelos por Skype¡±

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Los espa?oles en el extranjero aumentan un 56,6% desde 2009 2.305.030 vive

In English: ¡°My son has gotten to know his grandparents through Skype¡±

El n¨²mero de espa?oles nacidos en Espa?a que residen en el extranjero, aumenta por octavo a?o consecutivo. Los inscritos en el PERE (Padr¨®n de Espa?oles Residentes en el Extranjero) ascienden a 794.209 en 2017 mientras que en el a?o anterior?la cifra era de 766.996, seg¨²n los datos del INE publicados este mi¨¦rcoles. En este registro solo constan aquellas personas que se inscriben en los Consulados y Embajadas de Espa?a pero fuentes de Marea Granate, un colectivo integrado por inmigrantes espa?oles alrededor del mundo, aseguran que este "n¨²mero es inexacto ya que no todos se dan de alta".

Si se ampl¨ªa el foco a las personas con nacionalidad espa?ola, que en la mayor¨ªa de los casos no han nacido en este pa¨ªs, el n¨²mero de residentes en el extranjero asciende a 2.406.611, un 4,4% m¨¢s (101.581 personas) que en 2016. Los datos del ¨¦xodo de ciudadanos a otros pa¨ªses comenz¨® a difundirse en 2009, tras el golpe de la crisis econ¨®mica. Este a?o, los espa?oles nacidos en Espa?a residentes en el exterior eran 633.750.

"Irse fuera enriquece", dijo el pasado diciembre en el Congreso el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, sobre los espa?oles que emigran. Arantxa Alba, una madrile?a de 32 a?os, que vive desde 2012 en Dusseldorf (Alemania), opina que la experiencia internacional nutre cuando se hace con libertad y no por falta de oportunidades. La joven, licenciada en Econom¨ªa, y su pareja, que es ingeniero, llegaron a Alemania para encontrar un empleo mejor.?Alba ahora trabaja en la Universidad de Essen en una l¨ªnea de investigaci¨®n sobre econom¨ªa de la salud. ¡°No ten¨ªa mucha experiencia en investigaci¨®n pero aqu¨ª me dieron la oportunidad y, adem¨¢s, puedo ?tener una familia. Esto en Espa?a es impensable¡±, dice. Seg¨²n los datos de la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), hay 4,2 millones de desempleados. El a?o 2016 cerr¨® con?413.600 ocupados m¨¢s, un 2,3% m¨¢s que el a?o anterior, que en buena parte se debe a la creaci¨®n de empleo precario.?

El pasado agosto esta madrile?a fue madre y reconoce que desde entonces tiene m¨¢s ganas de regresar a casa. "En Alemania tenemos el trabajo que nos gusta, pero solo eso. Si nos quedamos mi hijo tendr¨¢ padre y madre pero en Espa?a tendr¨ªa una familia, abuelos y t¨ªos", reflexiona. El retorno "supone renunciar al sue?o profesional". Las v¨ªdeollamadas a trav¨¦s de Skype le han facilitado el contacto con los suyos. "Mi madre conoce m¨¢s a su nieto a trav¨¦s de la pantalla del ordenador que en persona", cuenta.

Esta es la misma situaci¨®n que vive la madrile?a?Roc¨ªo Veneros, de 33 a?os,?residente en Avignon (Francia) desde agosto de 2011.?Asegura que su hija conoce Skype desde que era un beb¨¦. Ahora tiene cuatro a?os. Veneros cuenta?que, aunque ha echado ra¨ªces, nunca estar¨¢ a gusto porque "no es donde quiere estar".?Cuando va con su hija de vacaciones a Espa?a la peque?a le pregunta que por qu¨¦ no se quedan. "En Francia estamos ella y yo, y nadie m¨¢s. All¨ª tiene el calor y el cari?o de la familia".

El exilio empez¨® en septiembre de 2010 cuando el colegio de Vallecas, donde hab¨ªa trabajado durante un par de a?os como integradora social, no le renov¨® el contrato. Se busc¨® la vida en supermercados pero se "sent¨ªa muy frustrada". En mayo de 2011, el movimiento del 15-M inyect¨® esperanza a sus expectativas de futuro. "La crisis golpeaba duro. Hab¨ªa mucha gente cansada de la precariedad y, en mi caso, supuso un antes y un despu¨¦s para mi vida", dice. Unos meses despu¨¦s se fue con dos amigos a vendimiar a Francia. "Me animaron. All¨ª iba a ganar m¨¢s en un mes que si me quedaba en Espa?a". La aventura, que en principio iba a durar un mes, se ha prolongado cinco a?os. Tras la recogida de la uva, trabaj¨® como limpiadora de casas hasta que consigui¨® hacerse hueco como animadora en colegios. Las pasadas navidades le ofrecieron un empleo en Espa?a pero el salario le ech¨® para atr¨¢s. "Aqu¨ª vivo bien, aunque estoy sola. En Espa?a solo se sobrevive, y con agobios. En Francia no tengo esa situaci¨®n. El Estado te facilita las cosas".

Otros espa?oles no planean volver. Es el caso de Pablo Torija, de 35 a?os, que hizo las maletas en 2007 para estudiar un m¨¢ster en Econom¨ªa en Dinamarca. "En esa ¨¦poca aqu¨ª costaban muy caros y all¨ª me sali¨® gratis". Tras acabar los estudios intent¨® volver a Madrid para hacer el doctorado "pero lo que pagaban era una ridiculez". Ahora tiene dos hijos, de cinco y dos a?os, y reside en Viena (Austria) con su pareja de nacionalidad austriaca, ha echado ra¨ªces. "Mi madre lo lleva regular porque tiene cinco nietos y los ve por Skype. Mi hermana tiene tres cr¨ªos pero vive en Reino Unido y, aunque quiera, va a tener complicado volver porque su pareja es ingeniero de trenes", cuenta Torija.?

La Marea Granate considera que el ministro de Exteriores con su intervenci¨®n en el Congreso quiso "desdramatizar la marcha de miles de j¨®venes al extranjero por la falta de empleo". El colectivo respondi¨® as¨ª a Dastis: "Desde que empez¨® la crisis all¨¢ por 2008, la inmensa mayor¨ªa de quienes abandonamos nuestro pa¨ªs lo hemos hecho, simplemente, porque no tuvimos elecci¨®n. as¨ª que, no lo llame "iniciativa", sino necesidad; no lo llame "inquietud", sino desesperaci¨®n; no lo llame, se?or ministro, "amplitud de miras", porque la decisi¨®n de partir no la tomamos para abrir nuestra mente a "nuevos horizontes" sino que nos vimos forzados a hacerlo para dejar de ser una carga para nuestras familias, para contribuir a mantenerlas, y sobre todo, para poder aspirar a una vida digna". El texto concluye con esta lecci¨®n: "Dec¨ªa usted que "irse fuera a vivir y a trabajar enriquece, abre la mente y fortalece habilidades sociales", por supuesto; el matiz est¨¢ en que esa no es la causa de nuestro viaje, sino la consecuencia".