La eutanasia siempre queda para m¨¢s adelante
M¨¦dicos, bio¨¦ticos y pacientes piden que se garanticen los cuidados antes de regular otras opciones
El caso de Jos¨¦ Antonio Arrabal, el hombre con esclerosis lateral amiotr¨®fica (ELA) que se suicid¨® el domingo para evitar llegar a una fase de dependencia total, ¡°muestra un fallo¡± del sistema. La frase tiene m¨²ltiples autores: bio¨¦ticos (Jacinto Batiz, de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial), especialistas (Rafael Mora, presidente de la Sociedad Espa?ola de Cuidados Paliativos), abogados (Federico Montalvo, del Comit¨¦ Espa?ol de Bio¨¦tica), pacientes (Mayte Sola, presidenta de la Fundaci¨®n Espa?ola para la Investigaci¨®n en ELA, Fundela) y pol¨ªticos (Carmen S¨¢nchez Carazo, bio¨¦tica y miembro del PSOE madrile?o).
Todos, desde su punto de vista particular, opinan que hay otras prioridades antes que hablar de suicidio asistido y eutanasia. El m¨¢s claro es el paliativista Mota. ¡°En 26 a?os he asistido a muchos pacientes con ELA y me parece terrible que Jos¨¦ Antonio no haya podido estar acompa?ado por profesionales que le hayan podido aliviar el sufrimiento. Muchos llegan deseando morir, pero con una buena atenci¨®n, cuidados y control de s¨ªntomas se alivia mucho su situaci¨®n¡±, afirma. Por eso, a ¨¦l lo que de verdad le preocupa ¡°son los m¨¢s de 50.000 enfermos que no tienen acceso a unos cuidados paliativos en Espa?a¡±. ¡°Cuando estos est¨¦n bien desarrollados, es posible que muy excepcionalmente haya quien no encuentre ayuda en el contexto de unos paliativos, pero eso es lo primero que hay que desarrollar¡±, a?ade.
Batiz, m¨¦dico en el Hospital de San Juan de Dios, en Santurtzi (Bizkaia), coincide, pero lo que le preocupa del ¨²ltimo caso ¡°es que haya acceso tan f¨¢cil a comprar medicamentos por Internet¡±. ¡°Todos queremos combatir el sufrimiento de las personas, pero para poder aliviar el sufrimiento no hay que eliminar a la persona¡±, dice. ¡°Hay otras formas de ayudar¡± a aliviarlo, aunque admite que si despu¨¦s de desarrollar los paliativos alguien pide la eutanasia, ¡°habr¨¢ que hacer una ley¡±. Pero ¡°los medios solo sacan esta excepcionalidad y no se puede legislar solo para estos casos¡±, a?ade.
ELA: progresiva, degenerativa y mortal
La esclerosis lateral amiotr¨®fica (ELA), la enfermedad que sufr¨ªa Jos¨¦ Antonio Arrabal, es ¡°degenerativa y progresiva¡±, explica Delia Chaverri, coordinadora de la Unidad de ELA del Complejo Hospitalario La Paz-Carlos III, donde se trataba Arrabal.
La enfermedad consiste en una destrucci¨®n de las neuronas que mueven los m¨²sculos que va paralizando gradualmente al afectado. Apenas hay un tratamiento que ¡°ralentiza un poco¡± el proceso, dice Chaverri, y ¡°la supervivencia media es de tres a cinco a?os¡±. ¡°Las ¨²ltimas fases son muy complicadas¡±, dice la m¨¦dica, debido a que ya no pueden valerse por s¨ª mismos.
S¨¢nchez Carazo destaca otras carencias: la de cuidados ¡°a la dependencia y al transporte¡±. ¡°Lo que hay que hacer es facilitar la vida¡±, afirma. Sola a?ade que, ¡°ante una enfermedad que es una sentencia de muerte, solo la investigaci¨®n, que se ha abandonado, anima a los pacientes¡±.
Montalvo critica el fallo en ¡°asistencia, acogimiento y cuidado¡± y tampoco es partidario de regular la eutanasia. Afirma que su prohibici¨®n act¨²a m¨¢s como un ¡°valor simb¨®lico¡±, ya que, a la hora de la verdad, ¡°son tantos los atenuantes que no se ingresa en prisi¨®n¡± por lo que denomina ¡°homicidios piadosos¡±. Por eso ¨¦l cree que no hace falta ¡°institucionalizar la pr¨¢ctica¡±.
Cecilia Borr¨¤s tiene otro punto de vista. Preside de la Asociaci¨®n de Supervivientes Despu¨¦s del Suicidio. Para ella, el de Arrabal, organizado, con la familia informada, es m¨¢s bien ¡°una eutanasia en su sentido etimol¨®gico de buena muerte¡±. ¡°Cumple con la regla de oro: dejar el menor peso posible en los que sobreviven¡±, dice.
Solo Derecho a Morir Dignamente cree que Arrabal ha puesto de manifiesto ¡°que hay miles de personas en situaci¨®n terminal que intentan quitarse la vida¡±. ¡°La sociedad est¨¢ perfectamente preparada para que se regule la muerte digna¡±, dice su presidente en Madrid, Fernando Mar¨ªn.
Pero Mar¨ªn, como Arrabal, ya estaban convencidos. El resto tiene otras prioridades: la eutanasia, puede ser, pero m¨¢s adelante.
De Ram¨®n Sampedro a la peque?a Andrea
Ram¨®n Sampedro. En 1998, tras m¨¢s de 10 a?os de lucha por conseguir que le quitaran la vida legalmente, el tetrapl¨¦jico ingiri¨® una dosis letal de cianuro. Por su inmovilidad total era evidente que alguien le hab¨ªa ayudado a conseguir y preparar el veneno. Ramona Maneiro, una amiga suya, fue investigada por cooperaci¨®n necesaria al suicidio, que est¨¢ castigada por el C¨®digo Penal. Sali¨® impune porque el supuesto delito hab¨ªa prescrito.
Inmaculada Echevarr¨ªa. El 20 de noviembre de 2006 esta mujer, que viv¨ªa en una cama conectada a un respirador, solicit¨® que le retiraran el aparato, consciente de que con ello iba a causar su muerte. Su caso lleg¨® hasta la Junta de Andaluc¨ªa, que orden¨® que se cumpliera su voluntad de renunciar a un tratamiento. Muri¨® el 14 de marzo de 2007.
Madeleine Z. Se quit¨® la vida en su casa de Alicante en 2007. Se trat¨® tambi¨¦n de un suicidio y se investig¨® a los voluntarios de Derecho a Morir Dignamente que la acompa?aban por si la hab¨ªan ayudado (si lo hubiera hecho un m¨¦dico ser¨ªa suicidio m¨¦dicamente asistido) o hab¨ªan incurrido en omisi¨®n de socorro.
Pedro Mart¨ªnez y Jos¨¦ Luis Sag¨¹¨¦s. El primero era un joven sevillano con ELA. El segundo, un profesor de literatura alemana de Madrid con un c¨¢ncer de pulm¨®n. Ambos lucharon por recibir una sedaci¨®n terminal (el primero en 2011, el segundo en 2014) que sus m¨¦dicos consideraban que a¨²n no deb¨ªan recibir porque su sufrimiento no lo justificaba.
Andrea. El caso de la ni?a Andrea (2015) fue tambi¨¦n una lucha para conseguir que le retiraran un tratamiento: la alimentaci¨®n que recib¨ªa artificialmente aunque sufr¨ªa una enfermedad degenerativa irreversible. Los padres lo lograron tras intervenir la Xunta.
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