La Sevilla que construy¨® Curro
La capital andaluza conmemora el 25 aniversario de la Exposici¨®n Universal que la transform¨®
¡°Curro no muri¨® con la Expo. A¨²n hoy, en charlas escolares, nos sorprende que ni?os de siete u ocho a?os sepan qui¨¦n es. La huella que la Expo dej¨® en Sevilla es imborrable, tanto en la ciudad como en su gente¡±. Las palabras de Rafael Ruiz, uno de los comisarios de la muestra organizada para celebrar el 25 aniversario de este evento, resumen lo que la Exposici¨®n Universal de 1992 supuso para la capital andaluza. ¡°Para la ciudad, fue una oportunidad para abrirse al mundo, para dejar de estar ensimismada en sus tradiciones y para verse como una parte de una realidad global¡±, asegura Ruiz. Un cuarto de siglo despu¨¦s, Sevilla conmemora el acontecimiento que no solo la convirti¨® durante 176 d¨ªas en la capital del mundo, sino que tambi¨¦n la transform¨® por completo.
La Sevilla de 1992 era una Sevilla por ¡°reestrenar¡±, en palabras del portavoz de la Asociaci¨®n Legado Expo 92, Jaime Sierra. Las obras para el evento recuperaron una orilla del Guadalquivir poblada de jaramagos, construyeron puentes, enterraron v¨ªas f¨¦rreas y dotaron a la ciudad con equipamientos e infraestructuras modernas, desde la estaci¨®n ferroviaria de Santa Justa y el tren de alta velocidad AVE hasta la nueva terminal del aeropuerto de San Pablo o la Autov¨ªa del 92, que uni¨® Sevilla con Almer¨ªa. ¡°Gracias a la Expo, Espa?a, Andaluc¨ªa y Sevilla dieron ese salto hacia adelante para entrar en el siglo XXI¡±, explica Ruiz. ¡°El Guadalquivir volvi¨® a ser navegable por su antiguo cauce, la ciudad se abri¨® al r¨ªo tras demoler el muro de la calle Torneo, se crearon rondas por toda la ciudad¡ todo cambi¨® much¨ªsimo¡±, enumera Sierra, quien recuerda las dudas ciudadanas sobre la capacidad de Sevilla para acoger tal evento. ¡°En los primeros a?os, los propios sevillanos se mostraban esc¨¦pticos; luego dudaban de que se llegara a tiempo; y cuando se inaugur¨®, la ilusi¨®n inund¨® la ciudad¡±, a?ade.
Ese 20 de abril, a las nueve de la ma?ana, se abrieron las puertas del recinto construido para conmemorar el quinto centenario del encuentro con Am¨¦rica y que registrar¨ªa 18 millones de visitantes. Sevilla hab¨ªa transformado esa orilla abandonada del Guadalquivir en la isla de la Cartuja, unas 215 hect¨¢reas con un centenar de pabellones, un lago artificial, tres puentes, un jard¨ªn bot¨¢nico, un telecabina¡ ¡°Muchos visitantes recuerdan que era como entrar en un mundo nuevo, en un mundo ideal, donde todo era posible, era como entrar en el futuro¡±, apunta Ruiz. Y hacia el futuro ya miraba el recinto. ¡°A diferencia de otras Exposiciones Universales, en Sevilla se tuvo muy claro desde el principio que se quer¨ªa reutilizar los activos, que lo construido no fuese ef¨ªmero¡±, explica Sierra, quien apunta que de los 90 pabellones construidos, hoy se mantienen 32, solo cuatro de ellos sin uso.
Despu¨¦s de que se apagaran las luces de la Expo 92 en octubre de ese a?o, el grueso del recinto se transform¨® en el parque tecnol¨®gico Cartuja 93, rebautizado hace pocos meses como Parque Cient¨ªfico y Tecnol¨®gico (PCT) Cartuja. ¡°Su puesta en marcha fue muy dura, muchos aseguraron que Cartuja 93 no saldr¨ªa adelante y m¨¢s teniendo en cuenta los azotes de la crisis de entonces. Incluso, se debati¨® si se flexibilizaban los usos para atraer a m¨¢s empresas, pero se defendi¨® que todo lo que no tuviera un componente tecnol¨®gico, un uso intensivo de las nuevas tecnolog¨ªas... por qu¨¦ se iba a instalar en Cartuja 93¡±, afirma el exconsejero andaluz de Econom¨ªa y expresidente de Cartuja 93 Jaime Montaner. Con una actividad econ¨®mica conjunta de 1.900 millones de euros, el recinto ha sumado empresas de tecnolog¨ªas avanzadas, centros de investigaci¨®n, escuelas de negocio, asociaciones empresariales, centros universitarios... ¡°El PCT Cartuja tiene una rentabilidad innegable para Andaluc¨ªa por la cualificaci¨®n empresarial, investigadora y como ¨¢rea generadora de empleo¡±, afirma la directora general del espacio, Teresa S¨¢ez. ¡°La isla de la Cartuja sigue muy viva con un parque tecnol¨®gico a pleno rendimiento. Pero es un barrio peculiar, en el que no vive gente, y que fuera del horario laboral parece que no hay nada. Es como una ciudad dormitorio¡±, asegura Ruiz.
En ese camino hacia una Sevilla m¨¢s cosmopolita tambi¨¦n contribuyeron proyectos como la rehabilitaci¨®n del monasterio de la Cartuja como Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC) o la construcci¨®n de los teatros Central y de la Maestranza y del Auditorio Municipal. A estos espacios en uso, se suman el que es el pulm¨®n verde de la ciudad, el parque del Alamillo, o el parque de atracciones Isla M¨¢gica. Asimismo, la Empresa P¨²blica de Gesti¨®n de Activos trabaja para poner en servicio pabellones como el del Futuro, que acoger¨¢ el Archivo General de la Junta de Andaluc¨ªa.
Pero ese esp¨ªritu transformador no se qued¨® en la Expo. La isla de la Cartuja ha sumado hace a?o y medio el rascacielos empresarial Torre Sevilla, que ya se encuentra al 65% de ocupaci¨®n despu¨¦s de que se hayan instalado compa?¨ªas como Ayesa, Orange o Deloitte. A estas, se suma el hotel que coronar¨¢ esta torre de 39 plantas y que prev¨¦ abrir antes de junio. En el complejo de Caixabank, que acercar¨¢ a¨²n m¨¢s este lado del r¨ªo al resto de la ciudad, tambi¨¦n hay cabida para el ocio y la cultura. Adem¨¢s del reci¨¦n inaugurado CaixaForum Sevilla, se prev¨¦ la apertura de un centro comercial con 80 locales y que generar¨¢ 1.500 empleos para octubre.
Y para conmemorar la revoluci¨®n que supuso la Expo, Sevilla ultima un programa de actividades que tiene como epicentro una gran exposici¨®n, que abrir¨¢ sus puertas este viernes en el Pabell¨®n de la Navegaci¨®n. ¡°La muestra repasar¨¢ los principales hitos del evento. Desde que comenz¨® a gestarse en los a?os 70 tras un primer viaje del rey Juan Carlos a Am¨¦rica hasta la actualidad¡±, se?ala Ruiz. Y ese recorrido se har¨¢ de la mano de maquetas, planos, objetos de coleccionistas, documentaci¨®n audiovisual, vestidos, cer¨¢micas¡ ¡°Se ha rescatado un par telecabinas, bocetos de los hermanos desconocidos de Curro, todo tipo de merchandising, piezas in¨¦ditas,¡¡±, se?ala Ruiz sin querer entrar en m¨¢s detalles. El programa se completa con un encuentro entre trabajadores de la Expo, un desfile por el cumplea?os de Curro, as¨ª como talleres, conciertos, visitas guiadas, encuentros con pa¨ªses participantes y ciudades hermanadas¡ ¡°Con esta celebraci¨®n, no miramos al pasado desde la nostalgia sino para analizar el revulsivo que la Expo 92 supuso para Sevilla y, sobre todo, con una proyecci¨®n al futuro¡±, defiende el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.
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