Una segunda vida para innovar

¡°Viv¨ªamos la ¨¦pica de ser el primer parque post Expo de ¨¦xito, sab¨ªamos que lo pod¨ªamos conseguir y, a la vez, disfrut¨¢bamos de un espacio privilegiado¡±. Las palabras del presidente de Ayesa, Jos¨¦ Luis Manzanares, reflejan el esp¨ªritu con el que las primeras empresas apostaron por instalarse en el parque tecnol¨®gico Cartuja 93 despu¨¦s de que se apagaran las luces de la Expo 92. Casi un cuarto de siglo despu¨¦s y rebautizado como Parque Cient¨ªfico y Tecnol¨®gico (PCT) Cartuja, el recinto sevillano supera las 420 empresas y los 16.000 trabajadores. ¡°El PCT Cartuja es un ejemplo ¨²nico de reutilizaci¨®n de una exposici¨®n universal, con una rentabilidad innegable para Andaluc¨ªa por la cualificaci¨®n empresarial, investigadora y como ¨¢rea generadora de empleo¡±, afirma la directora general del espacio, Teresa S¨¢ez.

Esta segunda vida para los activos de la Expo, que ya se gest¨® a finales de los ochenta, comenz¨® a latir en octubre de 1993 de la mano de seis empresas, mientras que otras 28 estaban en fase de instalaci¨®n. ¡°Multinacionales como Rank Xerox, Fujitsu o Siemens, a pesar de haber construido pabellones propios para mantener su actividad tras 1992, se marcharon empujadas por la crisis de mitad de esa d¨¦cada. Fueron pymes andaluzas las que hicieron realidad el proyecto¡±, apunta S¨¢ez. ¡°El inicio fue muy duro, muchos aseguraron que Cartuja 93 no saldr¨ªa adelante¡±, afirma el exconsejero andaluz de Econom¨ªa y expresidente de Cartuja 93 Jaime Montaner. ¡°En esos primeros a?os y ante las dificultades, se debati¨® si se flexibilizaban los usos para atraer a m¨¢s empresas. Defend¨ª que todo lo que no tuviera un componente tecnol¨®gico, un uso intensivo de las nuevas tecnolog¨ªas... por qu¨¦ se iba a instalar en Cartuja 93. Era una posici¨®n restrictiva, pero creo que fue un acierto resistir¡±, dice Montaner.

Fiel a este esp¨ªritu innovador, el recinto ha sumado empresas de tecnolog¨ªas avanzadas, centros de investigaci¨®n, escuelas de negocio, asociaciones empresariales, centros universitarios... Y ha conseguido romper con todas las previsiones. ¡°Sus primeros gestores calcularon que, a pleno rendimiento, el parque podr¨ªa generar 3.000 empleos directos. Hoy hay 16.429 trabajadores¡±, apunta la direcci¨®n antes de se?alar que la actividad econ¨®mica conjunta de estas empresas ronda los 1.900 millones de euros anuales. ¡°El objetivo es ser referente en innovaci¨®n, calidad, desarrollo sostenible y responsabilidad social¡±, defiende.

Un reto que han asumido estas compa?¨ªas. ¡°Cartuja nos aporta un excelente entorno y unas infraestructuras adecuadas. Tenemos varios socios tecnol¨®gicos en el recinto, colaboramos permanentemente con los centros de investigaci¨®n, el Centro Nacional de Aceleradores o la Universidad de Sevilla. Es una gran ventaja estar tan cerca de ellos¡±, asegura el CEO de Alter Technology, Luis G¨®mez. ¡°Trasladarnos a Cartuja fue una decisi¨®n muy acertada que, no solo ha contribuido a dotar a Sevilla de un espacio tecnol¨®gico de primer nivel sino que tambi¨¦n ha sido un factor determinante en el desarrollo y expansi¨®n de nuestra empresa¡±, afirma Manzanares. ¡°Nuestra llegada a Cartuja fue un factor decisivo en el crecimiento de nuestra compa?¨ªa, que potenci¨® la expansi¨®n nacional y acogi¨® la llegada de los primeros proyectos internacionales¡±, recuerda el consejero delegado de Inerco, Jos¨¦ Gonz¨¢lez.

Con el reto de dar ¡°a conocer su actividad a la ciudadan¨ªa¡±, el recinto ha sabido adaptarse a las nuevas formas de trabajo. El ¨²ltimo ejemplo de ello es la Tecnoincubadora Marie Curie, que atiende a la ¡°creciente demanda¡± de espacios m¨¢s peque?os para nuevas empresas. Desde su inauguraci¨®n en 2010, por sus m¨®dulos han pasado m¨¢s de un centenar de compa?¨ªas. ¡°En Cartuja est¨¢ el grueso de las empresas tecnol¨®gicas de Sevilla. Eso nos ha propiciado colaboraciones puntuales con otras entidades as¨ª como la captaci¨®n de clientes¡±, dice la marketing manager de Whitebite, Victoria Bioque, cuya empresa ha estado dos a?os en esta incubadora.

Pero el PCT Cartuja no solo ha sido ¡°la mejor herencia¡± de la Expo 92, en palabras de S¨¢ez, sino tambi¨¦n el referente, junto al Parque Tecnol¨®gico de Andaluc¨ªa (PTA) en M¨¢laga, para el desarrollo de espacios similares en las ocho provincias. Desde el Parque Tecnol¨®gico TecnoBah¨ªa en El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz) hasta el Parque Cient¨ªfico-Tecnol¨®gico de Almer¨ªa o el Parque Tecnol¨®gico de la Salud en Granada. Recintos que han resistido la crisis y que contin¨²an trabajando en su crecimiento. Es el caso del parque granadino, que prev¨¦ culminar este a?o su ampliaci¨®n (hasta los 625.000 metros cuadrados) con la apertura de un nuevo centro de empresas y del centro m¨¦dico, as¨ª como la finalizaci¨®n de la construcci¨®n del Instituto Internacional de Flebolog¨ªa y la urbanizaci¨®n de espacios libres y zonas verdes. Con casi 2.800 trabajadores, la direcci¨®n del recinto ya estudia una segunda fase para crecer 325.000 metros cuadrados m¨¢s.