Los videojuegos como profesi¨®n
Miguel Hero Fern¨¢ndez, Hero, de 17 a?os, compagina sus estudios gan¨¢ndose la vida con competiciones frente a la pantalla
¡°Clic, clic, clic, tac, tac, tac¡±. Teclados y ratones de ordenador ponen la banda sonora a un peque?o piso ubicado en la zona sur de Madrid. El sonido es incesante y envolvente. La concentraci¨®n solo se ve suspendida por las fren¨¦ticas pulsaciones de los dedos y las instrucciones del entrenador. Miguel Fern¨¢ndez (Madrid, 17 a?os) juega con estajanovista disciplina junto a otros cinco chavales de tono macilento. Sobre sus c¨®rneas se reflejan, endiablados, los personajes del videojuego online League of Legends (LoL). Hero, como se le conoce en el mundo virtual, es uno de los mejores jugadores de Europa de este juego y compagina sus estudios de bachillerato con el entrenamiento y la competici¨®n. Es un gamer (jugador) profesional de videojuegos.
Pero antes de convertirse en Hero, es Miguel. Un chaval que por las ma?anas acude al instituto y come en casa de sus padres. Por las tardes agarra su bicicleta y conduce hasta la gaming house (casa de jugar), que su equipo, Movistar Riders, dispone para entrenar y competir al Lol durante tres horas diarias, un videojuego gratuito multijugador de batalla online que el a?o pasado super¨® la cifra de 100 millones de cuentas activas mensuales en el mundo.
El trabajo de Fern¨¢ndez no difiere demasiado de cualquier empleo de oficina com¨²n, sentado delante de una potente computadora y en permanente inmersi¨®n; auriculares aislantes, sillas ergon¨®micas y ratones y teclados retroiluminados. Comparte un sal¨®n di¨¢fano y moderno con sus cinco compa?eros de equipo, el manager y los entrenadores. Es cuando se convierte en Hero, apodo con el que la pasada temporada termin¨® en el puesto 50 del ranking europeo de entre 2.938.289 de jugadores activos.
La vocaci¨®n de Fern¨¢ndez naci¨® cuando ten¨ªa 12 a?os y buscaba un videojuego gratuito. ¡°No ten¨ªa una paga que me permitiera comprarlos¡±, recuerda. Su talento, sus reflejos y su rigor dieron frutos pronto. Aunque sus padres recelaban de una industria y un trabajo que apenas tiene recorrido ni tradici¨®n en Espa?a. ¡°No confiaban mucho inicialmente pero pronto vieron los resultados¡±, rememora. Su madre, Pilar Valbuena, no da cr¨¦dito con la expectaci¨®n que genera su hijo. ¡°Me hace una gracia que le llamen Hero¡±, sonr¨ªe.
El Lol, desarrollado por Riot Games, se engloba dentro de los e-Sports (deportes virtuales), competiciones profesionales donde se enfrentan varios jugadores y que re¨²ne a casi 2,5 millones de espectadores online cada mes en Espa?a. Un empleo que nace de una industria que en 2015, seg¨²n los ¨²ltimos datos del sector, alcanz¨® la cifra de 1.083 millones de euros en consumo.
En el piso, el entrenamiento comienza en torno a las 10.30 de la ma?ana hasta la hora de comer y una serie de normas les alejan de la imagen del jugador gordo, comiendo boller¨ªa y fritos sobre el teclado. Durante ese tiempo no se puede comer, los m¨®viles han de estar en silencio y deben hacer ejercicio al menos dos d¨ªas a la semana. ¡°Cuerpo sano, mente sana¡±, recuerda Hero.
El entrenador, Alejandro Fern¨¢ndez, se?ala que las mec¨¢nicas de entrenamiento son parecidas a las de otros deportes tradicionales: ¡°Fomentar la disciplina y el esp¨ªritu de equipo y profundizar en las mec¨¢nicas del juego¡± es la ruta que lleva a estos chavales a poder soportar la tensi¨®n de los torneos. Sobre sus salarios, como es habitual en el mundo online, la opacidad sigue vigente. ¡°Tenemos un salario acorde a nuestro rendimiento¡±, se?ala de manera automatizada Hero.
Entre sus planes de futuro est¨¢ terminar el bachiller y dedicarse a ¡°algo relacionado¡± en una industria que bulle en permanente crecimiento: solo en Espa?a hay 15 millones de usuarios de videojuegos que dedican una media de 6,2 horas semanales a jugar, seg¨²n datos de la Federaci¨®n Europea de Software Interact (ISFE).
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