Moci¨®n sin emoci¨®n
Podemos machac¨® ocho horas al PP con la corrupci¨®n, pero Rajoy ni se inmut¨® y solo venci¨® el agotamiento


Podemos sorprendi¨® ayer con una exclusiva: el PP es el partido m¨¢s corrupto de Espa?a. Hablaron casi exclusivamente de eso. Es algo que sabe cualquiera, pero Irene Montero dedic¨® dos horas al tema, y luego Pablo Iglesias, buena parte de sus tres horas. Hasta que a las ocho horas, poco antes de las cinco de la tarde, y con muchos sin comer, se suspendi¨® la sesi¨®n por agotamiento general. Mariano Rajoy y Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa aguantaron a base de gominolas o algo as¨ª de picoteo que les pas¨® un ujier en un sobre. Se lanzaron a ello como en un avituallamiento del Tourmalet. Aunque todo fue un poco rollo, estuvo bien ver flipar a los del PP, obligados a o¨ªr unos grandes ¨¦xitos de corrupci¨®n en vivo. "?Pidan perd¨®n y devuelvan lo robado!", les abronc¨® Montero. No sab¨ªan si indignarse o disimular, pero era dif¨ªcil durante todas esas horas. Exploraron todo el abanico de reacciones hasta el sincero aburrimiento.
Rajoy, otra sorpresa, desde luego, fue el m¨¢s pancho: no dedic¨® ni dos minutos a defenderse de la corrupci¨®n. La verdad, aunque quisiera, el hombre seguramente ya no sabr¨ªa ni por d¨®nde empezar. A estas alturas solo queda esperar el libro. Montero le ley¨® todos los casos en orden alfab¨¦tico, 66, y se tir¨® minuto y medio. Casi hubiera bastado eso, demoledor, pero que no hubiera l¨ªmite para hablar result¨® letal para Podemos: se llenaron de bal¨®n. Agarraron al micr¨®fono, se emocionaron, y la moci¨®n perdi¨® emoci¨®n. Ped¨ªan a gritos un buen editor de discursos. Se repet¨ªan, volv¨ªan a lo dicho como si se hubiera traspapelado un folio y se enfadaban con piloto autom¨¢tico
No se sabe cu¨¢ntas veces cit¨® Irene Montero, volc¨¢nica, a las mujeres que ponen lavadoras y van a la compra. Habl¨® en nombre de las mujeres como si estuvieran todas en su partido. "Tratan a Espa?a con la misma arrogancia que me est¨¢n tratando a m¨ª", acus¨® ante las primeras risitas condescendientes. Rajoy, muy educado, escuchaba con los brazos cruzados. Soraya miraba mucho el m¨®vil. Solo Rafael Hernando se mov¨ªa divertido, como relami¨¦ndose de las burradas que podr¨ªa decir luego porque se hab¨ªa abierto la veda. Albert Rivera no levant¨® la cabeza del m¨®vil en todo el d¨ªa. Pronto la intensidad baj¨®, porque Montero no acababa nunca. Hilaba todo en una trama infinita: el soterramiento de la M-30, el primo de Aguirre, los Bot¨ªn, la abuela del rey em¨¦rito y la duquesa de Alba. Era el apocalipsis, dicho as¨ª, todo seguido, y al final ya se le escapaban gallitos de Eurovisi¨®n. Cuando a alguno del PP le sacud¨ªan cog¨ªa el m¨®vil y se pon¨ªa a escribir. Otros optaban por hablar entre ellos cuando les citaban, como charlando de otra cosa. Recu¨¦rdame que descongele las croquetas al llegar a casa o algo as¨ª. Rajoy hac¨ªa ese gesto suyo de bajar las cejas de golpe y subir la mand¨ªbula como un tele?eco, y no se sabe si se pone serio o est¨¢ de broma. A la hora y media Montero dijo: ¡°Voy a detenerme en el caso B¨¢rcenas¡± y cundi¨® el desaliento. Culmin¨® li¨¢ndose con un supuesto "fraude democr¨¢tico", la oligarqu¨ªa y la gran conspiraci¨®n. Dos horas fueron demasiado. Una buena bofetada no puede durar tanto, se te cansa la mano y el otro ya se pone a pensar en sus cosas.
Cuando sali¨® Rajoy en el PP ya se pusieron todos contentos. Estuvo gracioso, pero no contest¨® a nada y atac¨® al "se?or Iglesias Turri¨®n" con un texto que alguien listo y de mala leche le hab¨ªa escrito. Mart¨ªnez Ma¨ªllo y Hernando, vestidos casi igual, como dos se?ores Smith de Matrix, se retorc¨ªan de gusto. Era fascinante observar c¨®mo los de PP y Podemos se odian mutuamente, antes siquiera de empezar a hablar, por c¨®mo se visten o c¨®mo se peinan. Ese rencor de clase que se tienen ayer no hizo m¨¢s que agrandarse.
Pablo Iglesias sali¨® a darle solemnidad a la jornada. De repente se embarc¨® en una lecci¨®n de historia sobre C¨¢novas y Sagasta. Cuando el hemiciclo se percat¨® de que no era un inciso, sino una conferencia, el ¨¢nimo colectivo se hundi¨® ostensiblemente. Iglesias describi¨® una supertrama secular, que arranca en el XIX hasta nuestros d¨ªas. Quer¨ªa pasar directamente a los archivos del Congreso y se hizo dif¨ªcil pasar el d¨ªa. En este pasaje ¨¦pico hubo un momento extra?o a las 13.08, cuando un rayo de luz entr¨® por la claraboya central y se pos¨® sobre ??igo Errej¨®n. Mir¨® hacia el cielo como si alguien all¨¢ arriba se hubiera equivocado, ¨¦l no era el elegido. La clase de Iglesias pod¨ªa ser interesante, pero enfilaba ya las tres horas. Nadie escuchaba ya en la otra parte. Cada vez que aplaud¨ªan los de Podemos en el PP levantaban la cabeza con la esperanza de que fuera porque hab¨ªa terminado. Pero no. Estaban viviendo su d¨ªa hist¨®rico.
Pasaban las horas y se impon¨ªan otras reflexiones: ?Qu¨¦ hac¨ªan los diputados antes de que existiera el m¨®vil? ?Por qu¨¦ no pueden parar a comer estos seres humanos? All¨ª segu¨ªa Rajoy como un clavo, solo sali¨® unos minutos a las 13.30. Y Soraya, fiel escudera, ni se movi¨®. Iglesias continuaba enumerando listas de cosas, citaba a los formenterencos en su loa a la plurinacionalidad. No se ve¨ªa crecer la hierba, pero s¨ª quiz¨¢, si uno se fijaba, los aparatosos pelos locos del que ten¨ªa al lado, su diputado Marcel Exp¨®sito. A las 14.30, cuando ya hab¨ªa superados las dos horas y a la propia Irene Montero solt¨®: ¡°En cuanto a Europa y la situaci¨®n internacional¡¡±. Termin¨®, por fin, a las tres de l tarde y all¨¢ que salt¨® a la palestra Rajoy sin comer ni nada. De nuevo asom¨® un h¨¢bil guionista, que evit¨® el fondo y se fue a la forma: ¡°Emplea usted la moral como un estropajo y tiene una vocaci¨®n regeneradora abrasiva¡±.
Luego, las r¨¦plicas. Ambos partidos viven fuera de la realidad. En el PP se creen menos de lo que son, de corruptos, y en Unidos Podemos, m¨¢s de lo que son, porque no se acuerdan de que perdieron un mill¨®n de votos en las ¨²ltimas elecciones. Este agotador intercambio de golpes tuvo como espectador a un PSOE desaparecido del combate, viendo c¨®mo Iglesias les quitaba, por el momento, un papel que siempre hab¨ªa sido suyo.
Cobertura completa de la moci¨®n de censura

Noticias, an¨¢lisis, fotogaler¨ªas y un directo con lo que sucede minuto a minuto: consulta toda la informaci¨®n sobre la moci¨®n de censura que Unidos Podemos ha plateado a Mariano Rajoy
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
