El infierno de la ni?a Naiara en la casa de los horrores
En el castigo mortal a la ni?a de ocho a?os asesinada a golpes en Sabi?¨¢nigo, participaron tanto su "tiastro" como sus "primastras", de 15 y 12 a?os, que estaban con ¨¦l en la habitaci¨®n
Cada letra de esta historia lleva al menos una l¨¢grima. A Naiara Abigail Briones Ben¨ªtez, nacida el 1 de octubre de 2008 en Posadas (provincia de Misiones, Argentina), la enterraron el lunes a puerta cerrada, pasadas las ocho de la tarde, en el cementerio de Sabi?¨¢nigo (Huesca), un pueblo en el que ella hab¨ªa vivido desde muy peque?ita pero donde no ten¨ªa ning¨²n familiar directo y su hogar era una especie de casa de los horrores. Sus ¨²ltimos d¨ªas los pas¨® en el reino del castigo, tal y como lo hab¨ªa conocido y experimentado a?os atr¨¢s su asesino.
"Vinieron cuatro personas al entierro: la madre con su pareja, la abuela y el cura", recuerda el enterrador. "Fila nueve, nicho 5". El m¨¢s alto. "El que tiene un centro de claveles blancos y una placa dorada sin nombre", se?ala. Ah¨ª est¨¢ desde ese d¨ªa Naiara, descansando en paz, con los golpes en la cabeza que le provocaron la muerte el pasado 7 de julio; con las marcas de las ataduras que le hicieron en sus tobillos y en sus mu?ecas; con esa tibia rota que se sold¨® sola; y con sus heridas en las rodillas porque, seg¨²n fuentes cercanas a la investigaci¨®n, "las dos ¨²ltimas noches de su vida las pas¨® castigada, de rodillas".
La peque?a llego a Sabi?¨¢nigo con su madre hace 7 a?os. Al poco tiempo se encontr¨® viviendo con un padrastro y dos hermanas peque?as. Y en los ¨²ltimos tiempos, su madre la hab¨ªa dejado en la casa de su suegra, junto al hermano de su marido y dos sobrinas suyas, porque le sali¨® un trabajo en Bielsa, a cien kil¨®metros.
"Vi a la ni?a la semana anterior y no not¨¦ nada"
Mariela Ben¨ªtez, la madre de Naiara, una argentina que aterriz¨® hace siete a?os en este pr¨®spero pueblo pirenaico de 9.000 habitantes, hab¨ªa dejado a la ni?a en la casa de la madre de su actual pareja, Juan Carlos Pardo Pena, con quien ten¨ªa otras dos hijas peque?as, Leire y ?ngela.
"Naiara estaba empadronada en la casa de su madre y de su pareja, cuya hipoteca pagaban a duras penas desde que el marido se qued¨® sin trabajo", cuenta el alcalde, Jes¨²s Lasierra (PSOE). "Por eso, y porque ten¨ªan otras dos ni?as a su cargo, desde enero de 2016 contaban con ayuda de los Servicios Sociales", asegura el regidor. Mariela hab¨ªa conseguido un trabajo en Bielsa¡±, a 95 kil¨®metros de Sabi?¨¢nigo.
"Mi marido cuidaba de las dos peque?as y yo regresaba a ver a mi hija cuando ten¨ªa d¨ªa libre, la vi la semana anterior y no not¨¦ nada", declar¨® a EFE, en contra de lo dicho por el progenitor de la peque?a desde Chile, que no la ve¨ªa desde hace a?os: "Sab¨ªa que la maltrataban".
Las contradicciones en las declaraciones de esas "primastras", de 12 y 15 a?os, confirman que "esas dos ni?as participaron con su t¨ªo, Iv¨¢n Pardo Pena [de 33 a?os y ya asesino confeso], en los castigos a la peque?a Naiara, supuestamente infligidos ¡°por ser mala estudiante¡±, y ¡°por ser sudaca", aseguran que dijeron fuentes de conocedoras de este caso que investiga la Guardia Civil.
Las ni?as "dieron primero la versi¨®n de su t¨ªo, que se hab¨ªa ca¨ªdo por la escalera, pero en el interrogatorio se descubrieron", comentan las mismas fuentes: "Estuvieron con ¨¦l en la habitaci¨®n mientras la torturaba", dicen sin explicitar su participaci¨®n. Eso podr¨ªa explicar las horas de agon¨ªa de la ni?a ¡ªde 11.00 de la ma?ana a 16.00 de la tarde del jueves 6 de julio¡ª hasta que una de las ni?as llam¨® a emergencias del 061 guiada por su t¨ªo. La abuela estaba fuera, trabajando.
Los primeros sanitarios que asistieron a la ni?a se la encontraron "en parada, en la habitaci¨®n", pero no activaron ning¨²n protocolo. Por eso un helic¨®ptero traslad¨® a Naiara directamente hasta el hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde falleci¨® al d¨ªa siguiente. Hasta all¨ª la siguieron su madre, el propio Iv¨¢n y las dos ni?as, que hasta la madrugada mantuvieron firmes su versi¨®n de que se hab¨ªa ca¨ªdo, hasta que los m¨¦dicos levantaron las sospechas: las lesiones no encajaban con ese relato.
Se derrumb¨® una ni?a, luego la otra y despu¨¦s el autor del crimen, que fue detenido en el hospital y que desde entonces se mantiene "fr¨ªo y sin muestra de arrepentimiento", seg¨²n fuentes del m¨®dulo 2 de la prisi¨®n de Zuera en el que ha ingresado. "Tiene una actitud desafiante, pese a estar con los internos m¨¢s peligrosos", aseguran.
La implicaci¨®n de las menores es posiblemente el motivo por el que el caso, que instruye el juzgado n¨²mero 2 de Jaca, permanece bajo secreto de sumario, aunque hay ya un asesino confeso. Y tambi¨¦n justifica que esas dos ni?as, cuya custodia ten¨ªa la abuela desde que hace a?os se la retiraran a su hija, han pasado a ser tuteladas por los Servicios Sociales de la Comunidad Aut¨®noma por orden de la Fiscal¨ªa de Menores.
Nadie sabe exactamente desde cuando estaba Naiara en casa de su "abuelastra", Nieves Pena, una conocida cocinera del pueblo que ha trabajado en varios hoteles y esposa de un Guardia Civil de Lugo ya fallecido y del que la gente no guarda buen recuerdo: "Casi analfabeto", "pocas luces". ?l fue quien, seg¨²n la interpretaci¨®n de los investigadores, instaur¨® el reino del castigo en esa casa.
Llegaron de Galicia en los ochenta y se instalaron en ese piso de protecci¨®n oficial. La peque?a Naiara no pod¨ªa llevar mucho tiempo all¨ª, junto a su "tiastro" y sus "primastras". Ella se cri¨® ¡ªaparentemente feliz¡ª en la otra punta del municipio, junto a su colegio (Montecorona) y a su escuela de baile. En el centro de salud s¨®lo constan dos visitas al pediatra. Nada hizo sospechar el s¨®rdido y cruel mundo que se abr¨ªa para esa ni?a tras las puertas de aquella casa.
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