Espa?a reh¨²sa firmar el tratado que proscribe por vez primera el arma nuclear
La OTAN considera el acuerdo apoyado por 122 pa¨ªses incompatible con su estrategia de disuasi¨®n
A partir del 20 de septiembre, 122 pa¨ªses, casi dos tercios de los que se sientan en la Asamblea General de la ONU, empezar¨¢n a firmar en Nueva York el Tratado de Prohibici¨®n de las Armas Nucleares, el primer instrumento jur¨ªdico internacional que proscribe la bomba at¨®mica. Entre los firmantes no figurar¨¢n las nueve potencias que, oficial o extraoficialmente, poseen armas nucleares, pero tampoco Espa?a, pese a que ha renunciado a ellas. Aunque no se ha pronunciado oficialmente, la OTAN se opone a que sus miembros firmen el tratado.
El secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, salud¨® el pasado 7 de julio la adopci¨®n del tratado como ¡°un importante paso hacia la aspiraci¨®n de un mundo libre de armas nucleares¡± y subray¨® que era fruto de la ¡°creciente preocupaci¨®n por el riesgo que supone la existencia de armas at¨®micas y la conciencia de las catastr¨®ficas consecuencias que tendr¨ªan si alguna vez volvieran a ser usadas¡±.
¡°El mundo ha dado un paso hist¨®rico hacia la deslegitimaci¨®n de estas armas indiscriminadas e inhumanos, base esencial para su futura eliminaci¨®n¡±, se felicit¨® el presidente del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer.
En las semanas que han transcurrido desde entonces, el fantasma de una guerra nuclear se ha vuelto m¨¢s real. El lanzamiento de misiles intercontinentales y el ensayo con una bomba de hidr¨®geno por parte de Pyongyang han puesto al mundo m¨¢s cerca de un conflicto at¨®mico de lo que hab¨ªa estado desde la crisis de los misiles, en 1962. El presidente Donald Trump ha amenazado con desatar ¡°una furia y un fuego jam¨¢s vistos¡± y Kim Jong-un con causar ¡°el mayor dolor y sufrimiento¡± a EE?UU.
Washington se ha escudado precisamente en la amenaza que supone el r¨¦gimen norcoreano para rechazar el tratado. ¡°?Hay alguien que piense que Corea del Norte prohibir¨¢ el uso de armas nucleares?¡±, se pregunt¨® la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
Corea del Norte no suscribir¨¢ el tratado, como tampoco las otras potencias nucleares oficiales (EE?UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) u oficiosas (India, Pakist¨¢n e Israel), por lo que ning¨²n pa¨ªs va a desarmarse debido a su entrada en vigor.
Sus impulsores niegan, sin embargo, que resulte in¨²til y esgrimen el antecedente de los tratados de prohibici¨®n de las minas antipersona y las bombas de racimo, que inicialmente no fueron suscritos por las grandes potencias pero las est¨¢n erradicando en la pr¨¢ctica, al poner en una situaci¨®n cada vez m¨¢s dif¨ªcil a sus defensores. ¡°Aunque el tratado no elimine de inmediato ning¨²n arma nuclear, s¨ª puede deslegitimarlas a¨²n m¨¢s¡±, seg¨²n Daryl G. Kimball, director de la Asociaci¨®n de Control de Armas.
No solo los pa¨ªses poseedores de armas nucleares han rehusado firmarlo. Holanda, ¨²nico socio de la OTAN que particip¨® en la conferencia de la ONU en la que se negoci¨® el texto, vot¨® al final en contra. Fue el ¨²nico voto negativo, 122 pa¨ªses votaron a favor y Singapur se abstuvo.
Rajoy, Dastis y Cospedal viajan este mes a Estados Unidos
La segunda mitad de septiembre ser¨¢ intensa para las relaciones entre Espa?a y Estados Unidos. El pr¨®ximo d¨ªa 26, el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ser¨¢ recibido por primera vez por el presidente Donald Trump en la Casa Blanca. Pero no ser¨¢ el ¨²nico que cruce el Atl¨¢ntico. El fin de semana anterior, 22 y 23, los ministros de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y la ministra de Defensa, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, participar¨¢n en Williamsburg (Virginia) en el XXII Foro Espa?a-Estados Unidos.
Cospedal coincidir¨¢ en Williamsburg con el secretario de Estado de Defensa, James Mattis, con quien mantendr¨¢ una entrevista. Ser¨¢ la segunda reuni¨®n entre ambos, pues Mattis recibi¨® en marzo pasado en el Pent¨¢gono a Cospedal, con quien coincidi¨® por vez primera en la reuni¨®n de ministros de Defensa de la OTAN celebrada en Bruselas en febrero. Dastis, de su lado, coincidir¨¢ con el secretario de Estado, Rex Tillerson, en la Asamblea General de la ONU en Nueva York a mediados de mes.
Fuentes gubernamentales confirman que Espa?a no firmar¨¢ el tratado que prohibe desarrollar, probar, producir, manufacturar, adquirir, poseer o almacenar armas nucleares . Alegan que este nuevo texto ¡°socava¡± el Tratado de No Proliferaci¨®n (TNP) suscrito por Espa?a. El TNP, de 1968, pretend¨ªa frenar el acceso a la bomba at¨®mica de nuevos pa¨ªses y compromet¨ªa a los poseedores de la misma a reducir sus arsenales. Es el fracaso del TNP en ambos objetivos ¡ªcuatro pa¨ªses se han sumado en las ¨²ltimas d¨¦cadas al club de los cinco y las superpotencias est¨¢n modernizando sus arsenales¡ª lo que ha llevado a Brasil, Sud¨¢frica o Nueva Zelanda a promover su prohibici¨®n total.
Adem¨¢s de considerar que el nuevo tratado debilita el r¨¦gimen de no proliferaci¨®n, hay otra raz¨®n de fondo por la que Espa?a reh¨²sa firmarlo: su pertenencia a la OTAN. La Aliaza At¨¢ntica no se ha pronunciado formalmente sobre el tratado, pero fuentes aliadas reconocen que ha sido objeto de debate entre los socios. La conclusi¨®n no puede ser m¨¢s categ¨®rica: la prohibici¨®n de las armas at¨®micas es incompatible con la doctrina de la disuasi¨®n nuclear en la que se basa la seguridad atl¨¢ntica. Sobre todo frente a Rusia.
Hasta tal punto se considera incompatible el tratado con la seguridad de la OTAN que se ha planteado la posibilidad de que los pa¨ªses que lo suscriban no puedan participar en el partenariado aliado, un r¨¦gimen que permite recibir asesoramiento o apoyo militar y participar en ejercicios o misiones y engloba a m¨¢s de 40 asociados tan heterog¨¦neos como Jordania, Colombia o Afgangist¨¢n. El tratado proh¨ªbe no solo tener armas nucleares, sino tambi¨¦n ¡°buscar o recibir asistencia de cualquier pa¨ªs implicado en actividades prohibidas¡± por el mismo.
Aunque la OTAN no se ha pronunciado, s¨ª lo han hecho sus tres socios nucleares (Washington, Londres y Par¨ªs) que advirtieron, en un comunicado conjunto, que ¡°un tratado que no resuelva los problemas que hacen necesaria la disuasi¨®n nuclear no mejorar¨¢ la paz y seguridad internacionales¡±.
No parece, en todo caso, que las grandes potencias puedan frenar ya un tratado que entrar¨¢ en vigor 90 d¨ªas despu¨¦s de que lo ratifiquen 50 pa¨ªses.
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