Una ¡®operaci¨®n rescate¡¯ para Do?ana tras el peor incendio que ha sufrido
El equipo del parque trabaja ya en el plan de restauraci¨®n. El negro domina el paisaje dos meses despu¨¦s. Pero hay esperanza: brotes verdes a ras de suelo
La tapicer¨ªa del coche conserva un recuerdo de aquellos d¨ªas de junio: un agujero que deja ver la gomaespuma amarillenta del asiento del copiloto. Un ascua se le col¨® a Juan Pedro Castellano por la ventanilla la noche de aquel s¨¢bado 26 de junio, cuando comenz¨® a las puertas de Do?ana el incendio m¨¢s grave registrado de este mal a?o de fuegos en Espa?a. "Los incendios del principio del verano son los m¨¢s conflictivos", explica mientras conduce por los caminos de Do?ana. Castellano es el director de este espacio natural andaluz, la joya de la corona de las ¨¢reas protegidas de Espa?a. "Al castigo del fuego se le une el verano entero", que la vegetaci¨®n tiene que pasar sin una gota de lluvia que alivie la situaci¨®n.
M¨¢s de dos meses despu¨¦s, a ras de suelo, las ramas de los matorrales todav¨ªa tiznan los bajos del pantal¨®n al rozarlas. A vista de dron, a m¨¢s de 100 metros de altura, el negro de las copas de los pinos calcinados se une al azul del horizonte. Lo que es negro ahora deber¨ªa ser del verde intenso que dominaba el paisaje en Do?ana.
10.340 hect¨¢reas de zona forestal afectadas por el fuego, seg¨²n la ultima medici¨®n realizada por la Junta. Y m¨¢s del 70% de esas hect¨¢reas est¨¢n dentro del parque natural. Es el peor incendio que ha sufrido Do?ana, pero ¡ªpor suerte y gracias a los servicios de extinci¨®n¡ª las llamas no penetraron en el parque nacional, el coraz¨®n de este paraje Patrimonio de la Humanidad y el lugar de mayor valor ecol¨®gico.
El incendio fue fruto de una "negligencia", como apunta la investigaci¨®n de los agentes medioambientales de la Junta de Andaluc¨ªa encargados del caso. El problema surgi¨® en una carboner¨ªa de una zona forestal de Moguer (Huelva). Una o varias ascuas fueron llevadas por el viento hasta la vegetaci¨®n. Y el fuerte viento hizo que las llamas corrieran hasta adentrarse en el parque natural. Pero el informe, adelantado por EL PA?S, se?ala un d¨ªa despu¨¦s de iniciarse el fuego el responsable de la carboner¨ªa envi¨® maquinaria pesada a la presunta zona de inicio para remover la tierra, con "la clara intenci¨®n de ocultar evidencias que pudieran inculpar claramente a la empresa". El administrador y dos operarios est¨¢n investigados ¡ªantigua imputaci¨®n¡ª en la causa que tiene abierta un juzgado de Moguer. El administrador de la carboner¨ªa compareci¨® el jueves ante el juez y neg¨® que el fuego se iniciara all¨ª.
"Esto s¨ª que son brotes verdes"
Desde el aire, en medio de la negra devastaci¨®n, aparecen algunas islas verdes de con¨ªferas que se salvaron. Y a pocos cent¨ªmetros del suelo, de cuando en cuando se ve alg¨²n matorral, esparraguera o incipientes alcornoques verdes. Son brotes nuevos. "Esto s¨ª que son brotes verdes y no los de la econom¨ªa", bromea Castellano. A esos arbustos ¡ªtambi¨¦n hay helechos y palmitos en los cauces de los peque?os arroyos y lagunas aparentemente secos del parque¡ª se agarran el director de Do?ana y su equipo, que se encuentran ya preparando de la estrategia de reforestaci¨®n tras el desastre.
Miguel ?ngel Maneiro, t¨¦cnico de Do?ana, es el coordinador del grupo de trabajo cient¨ªfico que se encarga de dise?ar el plan de restauraci¨®n. "Lo que m¨¢s nos preocupa es la erosi¨®n", explica Maneiro. Es decir, que el viento y las lluvias arrastren la tierra que ya no est¨¢ protegida por la cubierta vegetal.
Tanto ¨¦l como Castellano no se cansar¨¢n de mirar al cielo en las pr¨®ximas semanas. "La gran incertidumbre es c¨®mo ser¨¢ el a?o hidrol¨®gico. Eso marca la regeneraci¨®n", a?ade Maneiro. Es decir, que el oto?o venga cargado de lluvias ayudar¨¢ a que haya m¨¢s brotes verdes y que los que hay prosperen.
"Pero necesitaremos dos o tres a?os para que el paisaje vuelva a ser verde", apunta Castellano. "A?os, a?os", responde sin atreverse a dar un n¨²mero concreto cuando se le pregunta cu¨¢ndo se podr¨¢ dar por regenerada la zona afectada por el fuego.
Al poco de comenzar el incendio se iniciaron los trabajos de emergencia en el parque que buscaban, b¨¢sicamente, retirar el material quemado que supusiera un riesgo para las personas. Ahora se ha entrado en la llamada fase de urgencia, que incluye actuaciones puntuales para evitar la erosi¨®n y algunos trabajos previos como la recolecci¨®n de semillas para la futura repoblaci¨®n.
En la ¨²ltima fase, que es la que dise?ar¨¢ el grupo de trabajo que coordina Maneiro, se proceder¨¢ a la restauraci¨®n. "Pero para comenzar esa fase tendremos que esperar un a?o, como marca la normativa. Hasta dentro de un a?o no se puede saber qu¨¦ se puede salvar", explica Castellano.
El director de Do?ana es consciente de la "demanda social" que existe sobre la recuperaci¨®n de la zona, pero pide calma y que se comprenda que se debe esperar ese a?o. Una buena muestra de esa demanda social son las m¨¢s de 8.000 personas de toda Espa?a que se han apuntado a una bolsa de voluntarios para ayudar en las labores de recuperaci¨®n. "La verdad es que nos sorprendi¨® la respuesta", reconoce Jos¨¦ Fiscal, consejero andaluz de Medio Ambiente. "Es una muestra de que afortunadamente hay cada vez m¨¢s conciencia social sobre el medio ambiente", a?ade. Adem¨¢s de particulares, tambi¨¦n son "muchas las empresas que han mostrado inter¨¦s por financiar la restauraci¨®n", a?ade el consejero.
Solo extinguir el incendio supuso un desembolso de dos millones de euros. "Cada descarga de l¨ªquido retardante desde el aire son 1.200 euros", detalla Fiscal. "Ya hemos gastado 370.000 euros en las labores de emergencia y el ministerio ha destinado un mill¨®n a los trabajos de urgencia". ?Cu¨¢nto costar¨¢ la restauraci¨®n completa? "Millones, no puedo dar una cifra concreta", a?ade el consejero.
La Junta tiene planeado convocar reuniones con los voluntarios que han mostrado su inter¨¦s por ayudar para explicarles sus planes. De momento, un grupo de ellos ya particip¨® en agosto en la recolecci¨®n de semillas para la futura repoblaci¨®n. M¨¢s de 1.300 kilos de semillas se guardan ya en un vivero de Sevilla para cuando comiencen los trabajos en el oto?o del a?o que viene.
"Los linces siguen aqu¨ª"
Aunque se debe esperar que transcurran esos 12 meses para acometer la restauraci¨®n, medio centenar de personas ya est¨¢n trabajando en el seguimiento de la zona quemada. Por ejemplo, hay t¨¦cnicos ¡ªespecializados en flora amenazada¡ª que est¨¢n pendientes de lo min¨²sculo, de peque?as plantas como la Loeflingia baetica o la Linaria tursica (esta ¨²ltima solo se encuentran en las dunas del parque). Y tambi¨¦n hay t¨¦cnicos pendientes de lo m¨¢s grande, como los miembros del programa Life del lince ib¨¦rico. En la zona afectada por el incendio estaba constatada la presencia de tres hembras territoriales (y sus cachorros). "Siguen aqu¨ª, no se han ido", apunta Maneiro. "El objetivo ahora es que no se muevan, porque cuanto m¨¢s se muevan m¨¢s riesgo de atropello hay". Y para eso es necesario que tengan comida, que sigan all¨ª los conejos. "Hemos visto conejos en zonas completamente quemadas. Pero el problema es que es un habitat degradado", advierte Maneiro. Por eso se est¨¢n aplicando medidas de urgencia. "No podemos agilizar los brotes, pero s¨ª usar la madera quemada para crear refugios. Y tambi¨¦n proteger los brotes", a?ade.
?Y c¨®mo ser¨¢ la nueva Do?ana que renazca de las cenizas? Aunque el grupo cient¨ªfico encargado de dise?ar ese futuro est¨¢ dando los primeros pasos, todo indica que el paisaje no volver¨¢ a ser solo de pinos, que en un alto n¨²mero son fruto de sucesivas repoblaciones y plantaciones desde el siglo XVIII.
Castellano habla de la importancia de "generar mosaicos, que existan zonas con pinos y otras con otro tipo de vegetaci¨®n". Hacia ese mismo lugar apuntaban ya algunas experiencias, a peque?a escala, que se estaban desarrollando en el parque antes del fuego. A pesar de la tragedia, Castellano cree que "para los gestores es una oportunidad". "Hay que aprovechar esta experiencia para hacer la zona m¨¢s resistente a los incendios con una vegetaci¨®n m¨¢s acorde con el cambio clim¨¢tico", coincide el consejero de Medio Ambiente.
La amenaza de los superincendios
Espa?a ha sufrido en lo que va de a?o 21 grandes incendios forestales. Dentro de esta categor¨ªa se incluyen aquellos que superan las 500 hect¨¢reas de superficie afectada por las llamas. Seg¨²n los datos recabados por EL PA?S del Ministerio de Agricultura y de las comunidades afectadas, el de Do?ana de junio ¡ªcon esas 10.340 hect¨¢reas, seg¨²n el ¨²ltimo balance de la Junta de Andaluc¨ªa¡ª es el mayor de todos. Le sigue muy de cerca el registrado a finales de agosto en Encinedo, en la provincia de Le¨®n, que afect¨® casi a otras 10.000 hect¨¢reas.
Esos 21 grandes siniestros han da?ado 46.400 hect¨¢reas. En total, y hasta el 10 de septiembre pasado, todos los fuegos registrados durante este 2017 han quemado 99.460 hect¨¢reas en nuestro pa¨ªs. Es decir, los 21 grandes siniestros acumulan casi la mitad de la superficie afectada por el fuego.
La organizaci¨®n ecologista WWF advert¨ªa esta semana de que "el cambio clim¨¢tico est¨¢ alimentando incendios cada vez m¨¢s grandes y destructivos, imposibles de abordar por los equipos de extinci¨®n: los llamados superincendios". Es un fen¨®meno que est¨¢ afectando a Espa?a, pero tambi¨¦n a toda la Europa mediterr¨¢nea.
Un claro ejemplo es la catastr¨®fica temporada vivida en Portugal, con el tr¨¢gico incendio de junio ¡ªque se cobr¨® la vida de 64 personas y quem¨® m¨¢s de 65.000 hect¨¢reas¡ª a la cabeza de todos. Seg¨²n los datos recogidos por el proyecto EFFIS (siglas en ingl¨¦s del Sistema Europeo de Informaci¨®n sobre Incendios Forestales), alrededor del 40% de toda la superficie quemada este 2017 en toda la Uni¨®n Europea se concentra en Portugal.
"Todos ten¨ªamos en la cabeza el incendio de Portugal", recuerda Juan Pedro Castellano, director de Do?ana, cuando habla del fuego que sufri¨® este espacio protegido. El parque natural de Do?ana cuenta con cortafuegos, adem¨¢s de estar atravesado por varias carreteras y caminos. Pero no sirvieron de nada en las peores horas del incendio, cuando el viento soplaba con m¨¢s fuerza. "Hay tramos en los que las llamas saltaron hasta 93 metros", recuerda el director del parque.
"Cuando un fuego se inicia no sabes c¨®mo va a acabar", a?ade Esperanza Orellana, directora general de Desarrollo Rural y Pol¨ªtica Forestal del Ministerio de Agricultura, sobre los grandes siniestros.
Este 2017 ya se puede calificar como un mal a?o en cuanto a incendios forestales en Espa?a. El n¨²mero de fuegos est¨¢ un 15% por encima de la media del ¨²ltimo decenio y la superficie afectada es un 17% mayor. "Es el tercer peor a?o del decenio", admite la directora general de Desarrollo Rural y Pol¨ªtica Forestal.
Orellana reconoce la influencia del cambio clim¨¢tico en los incendios. "Influye en el r¨¦gimen de precipitaciones, con lo que las condiciones son a prioripeores". Pero esta directora general apunta otro factor como el m¨¢s importante: "La mano del hombre, ya sea por negligencia o con intencionalidad".
Ah¨ª es donde se debe poner el foco, seg¨²n se?ala Orellana. Se debe aumentar la conciencia social y los instrumentos para "perseguir" a los incendiarios. Las investigaciones de los dos peores siniestros de este a?o en Espa?a ¡ªel de Do?ana de junio y el de Encinedo (Le¨®n) de agosto¡ª apuntan a la mano del hombre tras estos dos enormes incendios.
Orellana tambi¨¦n cree que es determinante la despoblaci¨®n de las zonas rurales, que hace que los bosques tengan menos aprovechamientos econ¨®micos y est¨¦n menos cuidados. Sin embargo, tanto Orellana como Castellano rechazan el "mito" del bosque sucio. "Un bosque es un sistema complejo. Y el matorral tambi¨¦n es bosque", a?ade Miguel ?ngel Maneiro, el coordinador del grupo de trabajo de restauraci¨®n de Do?ana. "Si no, un bosque se convierte solo en un ej¨¦rcito de ¨¢rboles", concluye el director de Do?ana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.