La ¡®estelada¡¯, una bandera de inspiraci¨®n colonial

La irrupci¨®n de la estelada como s¨ªmbolo m¨¢ximo del independentismo catal¨¢n resulta relativamente reciente. Hace apenas un lustro, eran pocas las cuatribarradas rematadas por un tri¨¢ngulo azul y una estrella blanca ¡ªde ah¨ª su nombre, ¡°estrellada¡±¡ª de cinco puntas que se ve¨ªan en las manifestaciones y actos como la Diada. Desde entonces, las esteladas han ido sustituyendo poco a poco a las senyeras, la bandera oficial de Catalu?a (art¨ªculo 8.2 del Estatut), ca¨ªda a un segundo puesto en la clasificaci¨®n del sentimiento secesionista: ondear, llevar sobre los hombros o colocar en el balc¨®n una senyera se asocia a menor entusiasmo independentista que si es una estelada. Y desde que la Generalitat se embarc¨® en su desaf¨ªo separatista, la predominancia de la estelada no ha parado de crecer.

La estelada nada tiene que ver con los s¨ªmbolos nacionales surgidos a partir de la Edad Media ¡ªla senyera deriva de las armas de los condes de Barcelona¡ª, sino con algo tan ajeno a Catalu?a como la independencia de las colonias americanas de Gran Breta?a a partir de 1774. Fue el modelo que, m¨¢s de un siglo despu¨¦s, cuando los rebeldes cubanos plantaron cara al imperio espa?ol, adoptaron para crear su bandera de lucha: una estrella identificada con la libertad y el nuevo Estado ¡ªa semejanza de EE UU¡ª y un tri¨¢ngulo como s¨ªmbolo de igualdad, seg¨²n la interpretaci¨®n mas¨®nica.

Cuando en 1898 acab¨® el dominio espa?ol en Cuba, la colonia catalana de la isla identificada con la independencia adopt¨® los s¨ªmbolos a su discurso nacionalista. El Centro Catalanista de Santiago de Cuba fue el primero que coloc¨® la estrella sobre las tradicionales banderas cuatribarradas que comenzaron a ondear en su sede; ense?a que pronto lleg¨® a Catalu?a.

El historiador Joan Esculies ha estudiado el periplo de esta divisa que hoy llena calles, balcones y estadios de Catalu?a a partir del fragmento m¨¢s antiguo de estelada que se conoce. Datado en 1915, se sum¨® en 2015 a la colecci¨®n del Museo de Historia de Catalu?a, donado por la familia que lo hab¨ªa conservado un siglo. Esculies destaca que su difusi¨®n como s¨ªmbolo tuvo mucho que ver con la aceptaci¨®n de la estrella ligada a la masoner¨ªa por el republicanismo y el nacionalismo catal¨¢n desde 1904.

La consolidaci¨®n de la estelada como emblema inequ¨ªvoco del independentismo catal¨¢n no lleg¨® hasta la Primera Guerra Mundial. El 11 de septiembre de 1915, la Uni¨®n Catalanista entreg¨® la bandera ahora en el museo a los voluntarios catalanes alistados en la Legi¨®n Extranjera, por entonces de permiso en Barcelona. Su popularidad creci¨® tras adoptarla Francesc Maci¨¤ en diciembre de 1918 como distintivo de su partido Estat Catal¨¤.

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Crecida exponencialmente en los ¨²ltimos a?os, hasta tres modelos de bandera coinciden en las exhibiciones separatistas: la estelada blava (tri¨¢ngulo azul con una estrella blanca), la m¨¢s com¨²n; la estelada vermella (tri¨¢ngulo amarillo con la estrella en rojo), ligada a la defensa de un Estado independiente marxista, promovida por el Partit Socialista d'Alliberament Nacional dels Pa?sos Catalans (PSAN) en los setenta, y la estelada verda (tri¨¢ngulo verde con la estrella en blanco), que reivindica los valores ecologistas. Y hay m¨¢s tipos, incluso las dise?adas por hinchas deportivos con los colores de su club.

El fragmento citado, con manchas de sangre y desgarrado, son en realidad dos piezas: las cuatro barras rojigualdas estampadas en una tela de lana y superpuesto un tri¨¢ngulo azul de algod¨®n con la estrella blanca. Esculies explica que la intenci¨®n original era quitar el tri¨¢ngulo cuando se lograse la independencia. Y, al menos por ahora, del texto de la ley de ruptura ¡ªla llamada Ley de Transitoriedad Jur¨ªdica y Fundacional de la Rep¨²blica¡ª, presentada el 28 de agosto en el Parlament por Junts pel S¨ª y la CUP, se deduce que el independentismo quiere que la bandera de esa hipot¨¦tica rep¨²blica sea... la senyera.?